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» tn24
Fecha: 09/05/2025 03:33
El cardenal estadounidense, de raíces hispanas y trayectoria misionera en Perú, ha sido elegido nuevo pontífice. Fue nombrado en 2023 como prefecto del Dicasterio para los Obispos por Francisco, con quien compartía la visión de una Iglesia pobre y cercana a los más vulnerables. El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost Martínez, de 69 años, fue elegido como el nuevo Papa en el cónclave celebrado tras la muerte de Francisco. Su elección, avalada por una amplia mayoría de los 133 cardenales presentes, confirma la continuidad del legado pastoral de Jorge Bergoglio, con quien mantenía una relación cercana y compartía ideales sociales y eclesiales. Prevost, nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, hijo de madre de ascendencia española, tiene una vasta formación académica en matemáticas, divinidad y derecho canónico. Ingresó en 1977 a la Orden de San Agustín y fue ordenado sacerdote en 1982. A lo largo de su vida, desarrolló un extenso trabajo misionero en Perú, donde fue formador, prior, obispo y miembro de la Conferencia Episcopal. Entre 1985 y 1998 ocupó diversos cargos pastorales y formativos en Chulucanas, Trujillo y Chiclayo. Su cercanía con América Latina, sumada a su rol en el Vaticano como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, lo posicionaron como una figura de confianza para Francisco, quien lo nombró para cargos clave desde 2014. Es miembro de siete dicasterios vaticanos y de la Comisión para el Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano. En entrevistas recientes, Prevost ha destacado la importancia de una Iglesia sinodal, comprometida con los pobres, los migrantes y el cuidado del ambiente, en línea con las prioridades del pontificado de Francisco. También ha defendido una postura crítica frente a la deportación masiva de migrantes en EE.UU., recordando la carta enviada por el Papa a los obispos estadounidenses sobre el deber de «tener el corazón de Jesucristo». Sin embargo, mantiene posiciones conservadoras en algunos temas internos de la Iglesia. Sobre la ordenación de mujeres, Prevost ha afirmado que «clericalizar a las mujeres no necesariamente soluciona un problema, podría generar uno nuevo», dejando clara su oposición. Su elección marca una nueva etapa para la Iglesia, con un líder que conjuga formación, experiencia misionera, compromiso social y fidelidad doctrinal, y que deberá enfrentar desafíos como la crisis climática, la migración forzada y los debates internos sobre el rol de la mujer y la sinodalidad.
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