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» Diario Cordoba
Fecha: 08/05/2025 19:31
Miguel Jiménez, párroco de la iglesia de la Asunción de Carcabuey, mantuvo una estrecha relación con el nuevo Papa, Robert Prevost, durante los cuatro meses que trabajaron juntos: primero en la diócesis de Callao (Perú) y luego en Chiclayo. Jiménez define a León XIV como “un hombre de acción” que “no se pone de perfil ante los problemas del mundo”, y destaca su fuerte compromiso con los más desfavorecidos. “Él fue nombrado administrador apostólico de la sede vacante mientras yo estaba en Callao”, recuerda Jiménez. En ese momento, la relación entre ambos fue meramente profesional, aunque ello no le impide definirlo como “una persona muy accesible, trataba a los demás como un padre a un hijo”, afirma. Una "comunicación constante" Durante aproximadamente un mes en Callao, mantuvieron una “comunicación constante”, lo que llevó a Prevost a invitarlo a acompañarlo en su regreso a Chiclayo, invitación que Jiménez aceptó sin dudar. La pandemia, que afectó con más fuerza a América Latina, limitó la interacción directa entre ambos, obligándolos a mantener muchas reuniones por videoconferencia. Sin embargo, los tres meses que compartieron en Chiclayo reforzaron la primera impresión del sacerdote: “Es una persona ordenada, cariñosa, todo un humanista”. El Papa León XIV en el balcón tras su nombramiento. / Marijan Murat/dpa Jiménez insiste en que Prevost no es un hombre contemplativo, sino un pastor activo. “Es alguien que se implica, que no se queda al margen. Se mueve mucho”, señala. Le sorprendió especialmente su dedicación en la diócesis: “Cogía el coche y recorría kilómetros y kilómetros por carreteras difíciles para visitar parroquias o dar conferencias”. Respecto a sus prioridades, el párroco de Carcabuey destaca la sensibilidad de León XIV hacia las desigualdades: “Es una persona muy preocupada por la pobreza. Insistía mucho en eso y estaba pendiente de todo”. Lucía Feijoo Viera "Supe que iba a tener un papel importante en el Vaticano" Aunque sus caminos se separaron cuando Jiménez regresó a Córdoba, ambos mantuvieron el contacto durante un tiempo. “Cuando él se fue a Estados Unidos, el número de teléfono peruano que yo tenía dejó de estar operativo”, explica con una sonrisa. “Espero poder conseguir el nuevo… ¿cuál es el número del Papa?”, bromea. Jiménez admite que nunca imaginó que Prevost llegaría a ser Papa, aunque sí percibía su valía. “Cuando lo vi en Roma, supe que iba a tener un papel importante en el Vaticano”, confiesa. Hoy, no oculta su orgullo ni su alegría ante lo que considera “una muy buena decisión” por parte de la Iglesia.
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