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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 08/05/2025 18:48
Un grupo de productores logró ampliar su superficie cultivada y optimizar el uso del agua subterránea con asesoramiento técnico y energías renovables (inta) ¿Efecto mariposa? Un cambio técnico bien dirigido puede transformar la producción. En una región donde cada gota cuenta, productores locales incorporaron energía solar y riego presurizado para aprovechar mejor el agua subterránea. Con el acompañamiento del INTA, lograron no solo mejorar el rendimiento del riego, sino también ampliar la superficie cultivada y diversificar sus cultivos. Una intervención concreta que marca un antes y un después en el uso eficiente de los recursos. El trabajo se llevó a cabo en el departamento Santa María, una zona árida de Catamarca donde la agricultura depende del riego. Allí, el recurso hídrico proviene de fuentes superficiales o subterráneas, y su disponibilidad condiciona la capacidad productiva de las parcelas. Frente a esta realidad, un equipo de la Agencia de Extensión Rural del INTA Santa María brindó asistencia técnica para rediseñar el esquema de riego con una mirada agronómica e hidráulica integral. En una región donde cada gota cuenta, productores locales incorporaron energía solar y riego presurizado para aprovechar mejor el agua subterránea (inta) Energía limpia para extraer agua La propuesta incluyó la incorporación de un sistema de bombeo alimentado por energía solar, conectado a una perforación con un caudal de 70 metros cúbicos por hora. Esto permitió garantizar un funcionamiento estable de seis horas diarias, clave para cubrir las necesidades de los cultivos en estas condiciones climáticas. Según explicó Flavio Sosa, técnico de la agencia local del INTA, “se requiere una lámina de riego de 5 milímetros diarios, lo que, con ese caudal y tiempo de operación, permite cubrir hasta 8,4 hectáreas”. De este modo, una fuente hídrica que antes resultaba insuficiente bajo sistemas tradicionales, pasó a ser utilizada con mucha mayor eficiencia, gracias al rediseño del sistema y al cambio en el método de aplicación del agua. De lo tradicional a lo planificado El proceso arrancó con un grupo inicial de cuatro productores que regaban por métodos convencionales, como melgas y surcos. Estos esquemas, habituales en zonas rurales, resultaban poco eficientes para las condiciones locales. Con la intervención del INTA, se diseñó un sistema de riego presurizado adaptado a las particularidades de cada cultivo y a las características del terreno. Para papa consumo se recomendó riego por aspersión, mientras que para tomate se optó por goteo. Ambos sistemas permiten una distribución controlada del agua, con menores pérdidas y mayor eficacia en el uso del recurso. Además del diseño, el equipo técnico acompañó el proceso de instalación: armado del cabezal con filtros y válvulas, tendido de cintas de goteo y montaje de alas regadoras fijas. Más superficie y mayor diversificación Los resultados son concretos. Hoy se encuentran en producción dos lotes con papa consumo y uno con tomate y maíz para choclo, totalizando una hectárea cultivada. El resto de las horas de funcionamiento del sistema se destinan al riego de lotes con alfalfa, lo que suma valor al incorporar producción forrajera para la alimentación animal. Con la misma perforación y un enfoque técnico diferente, los productores pasaron de un esquema limitado a otro con mayor potencial productivo, más racional en el uso del agua y adaptable a nuevas incorporaciones. En un contexto desafiante para la agricultura, esta experiencia demuestra cómo el conocimiento aplicado, sumado a tecnologías accesibles, puede generar mejoras reales en el territorio. Fuente: Inta
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