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  • Vendió una cadenita de oro al doble de su valor, lo secuestraron y lo mataron

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 07/05/2025 10:31

    Alejandro Emanuel Meza tenía 25 años. La comunidad de la ciudad de Machagai, ubicada en el extremo norte de la provincia del Chaco, se vio sorprendida en las últimas horas por el brutal crimen de Alejandro Emanuel Meza, un joven de 25 años que se encontraba desaparecido desde el pasado sábado 3 de mayo, y cuyo cuerpo fue encontrado en las últimas horas por personal de la Policía provincial. En este contexto, los investigadores concretaron la detención de los dos autores del homicidio: un hombre de 35 años, quien confesó haber asesinado a la víctima, y su cómplice, de 21. Desde la Policía de Chaco comunicaron este miércoles que la investigación sobre la desaparición de Alejandro se inició a raíz de la denuncia presentada el último sábado por la madre de la víctima, de 45 años, quien informó que ya habían pasado varias horas sin tener novedades sobre el paradero de su hijo. De inmediato, la Comisaría de Machagai activó el protocolo de búsqueda en materia de desaparición de personas, y dio intervención a la fiscalía en turno y otras dependencias policiales. También tomó intervención la División Investigaciones de la localidad de Sáenz Peña, cuyo personal se encargó de entrevistar a familiares y allegados de Alejandro. A partir de esos testimonios, lograron establecer que el joven había estado con otras dos personas al momento de su desaparición. Según consigna el Diario Chaco, Marcos Meza, hermano de Alejandro, contó ante la Policía que 15 días atrás la víctima había comprado una pulsera de oro con un dije en forma de cruz, valuada en 150.000 pesos, a un hombre llamado Eduardo. Alejandro desapareció luego de pautar la venta de un dije con forma de cruz con un hombre que ya le había comprado una pulsera de oro. Consumada la compra, Alejandro publicó la joya en las redes sociales, con el objetivo de revenderla a un precio mayor, y de esa manera sacar cierta ganancia de la inversión. Fue así que L.F., uno de los sospechosos, habría mostrado su interés en la pulsera y se comunicó con Alejandro, quien puso como punto de encuentro la casa de su padrastro. Según el relato de Marcos, el sospechoso solo compro la pulsera, no así el dije, por un valor de $300.000. Pero la situación continuó el 3 de mayo, cuando L.F. habría vuelto a contactar a Alejandro, esta vez por el dije que no había adquirido en el primer encuentro entre ambos. Acordaron el mismo punto de reunión, donde la víctima se esfumó y solo quedó su moto. En esa línea investigativa, y gracias a la declaración de un hombre, los detectives supieron que los dos sospechosos habían secuestrado a Alejandro y lo metieron dentro de un automóvil Renault Logan. Esta información fue constatada a través del relevamiento de las cámaras de seguridad del lugar indicado y los horarios claves. De esta manera, y en el marco de una serie de patrullajes realizados por inmediaciones de la calle Carlos Gardel, siempre en la ciudad de Machagai, los agentes hallaron el automóvil en cuestión y procedieron al secuestro. Además, solicitaron oficios judiciales para la apertura de antenas de abonado telefónico perteneciente a Alejandro, mediante la cual se pudo conocer los últimos movimientos del joven, y de uno de los involucrados. Uno de los detenidos por el crimen de Alejandro Meza. Con toda esta información, la Fiscalía N° 1, a cargo del fiscal Cesar Collado, de la localidad de Sáenz Peña, dispuso la aprehensión de dos personas. Inmediatamente, los investigadores desplegaron a sus equipos efectuar los arrestos. Ayer martes, la Policía logró la detención de los involucrados, un hombre de 35 años y otro joven de 21. En su declaración, el mayor de ellos confesó haber disparado con un arma de fuego a Alejandro, quien murió en el acto. Mientras que el menor, su cómplice, ayudó a esconder el cuerpo. Mientras tanto, otro grupo de trabajo se dirigió a un camino vecinal del Pueblo Viejo, donde los uniformados hallaron un revólver calibre .38 largo de 6 alvéolos, utilizado en el hecho. El arma homicida. Luego, a 5 kilómetros al oeste del casco urbano, a la vera del camino vecinal de Colonia Uriburu, la Policía halló el cuerpo de Alejandro. Al lugar arribó el fiscal Collado y el Gabinete Científico del Poder Judicial para realizar las pericias y el levantamiento del cadáver. Frente a este escenario, y con las declaraciones testimoniales de los detenidos, el fiscal Collado imputó a los sospechosos por homicidio agravado.

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