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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/05/2025 08:37
La familia real nepalí aparece en Katmandú en esta foto de archivo de 1990. De izquierda a derecha, el rey Birendra, la reina Aishwarya, el príncipe Nirajan y la princesa Sruti Dipendra, todos ellos asesinados a tiros por el heredero al trono, el príncipe Dipendra Bir Bikram Shah Dev, visto a la derecha GC/PB El 1 de junio de 2001, la familia real de Nepal fue víctima de una de las tragedias más impactantes en la historia moderna del país. En una noche que parecía ser como cualquier otra en el Palacio Narayanhiti en Katmandú, el príncipe heredero Dipendra cometió un acto de violencia extrema que dejaría al mundo entero atónito. Alcoholizado y bajo efectos narcóticos, el joven príncipe mató a nueve miembros de su familia, incluidos sus padres, el rey Birendra y la reina Aishwarya, y sus hermanos menores. Lo que empezó como un simple desacuerdo familiar se transformó en una masacre sangrienta que sacudió al país y dejó preguntas sin respuesta. Según informes oficiales, la causa del ataque estaría relacionada con una disputa personal. Dipendra había tenido una relación secreta con Devyani Rana, una joven aristócrata, pero su familia se oponía rotundamente al matrimonio. La reina Aishwarya había prohibido esta unión debido al origen de Rana, lo que generó una creciente tensión entre madre e hijo, según afirmó el Daily Mail. Además, el rey Birendra había introducido reformas políticas en los años previos que minaban la monarquía absoluta, lo que también afectaba al príncipe, que temía heredar un rol reducido. En su mente, el asesinato de su familia podría ser la única manera de liberar su futuro. “La masacre fue llevada a cabo por personas dentro de la propia familia real”, afirmó, según Hindustan Times, Prachanda, un prominente político maoísta de Nepal, en una entrevista que sugería que el príncipe no era el único responsable del crimen. La familia, cinco de los cuales aparecen en esta foto de archivo sin fecha, aparentemente murió cuando el príncipe heredero Dipendra, de 30 años, abrió fuego y disparó contra todos los miembros de la familia RCS El asesinato de la familia real: ¿qué sucedió esa noche? La noche del 1 de junio de 2001, en el Palacio Real de Narayanhiti, el ambiente era de relativa calma. Los miembros de la familia real se encontraban reunidos para una cena, como era costumbre cada viernes. Sin embargo, esa noche se transformaría en una pesadilla de violencia inesperada. Según los informes, Dipendra, el príncipe heredero de Nepal llegó al comedor después de haber bebido una considerable cantidad de whisky y de haberse drogado con un cigarrillo preparado con una mezcla de hachís y otras sustancias. Dipendra estaba, en palabras de los testigos, fuera de control. En ese momento, el príncipe heredero se encontraba en medio de una grave disputa con sus padres, el rey Birendra y la reina Aishwarya, quienes se oponían a su relación con Devyani Rana, una aristócrata de una familia rival. Dipendra, furioso por la negativa de sus padres a permitirle casarse con la mujer que amaba, se encontraba profundamente resentido, y esta tensión se acumulaba desde meses atrás. El Daily Mail informa que la discusión fue especialmente intensa esa noche, lo que podría haber impulsado al joven a tomar una decisión fatal. La Familia Real Nepalesa, como se ve en esta foto de 1989 en el Palacio Narayanhiti de Katmandú. Los miembros de la realeza (de izq. a der.) son el Príncipe Heredero Dipendra, el Rey Birendra, el Príncipe Nirajan, la Reina Aiswarya y la Princesa Shruti PK/DL En medio de la cena, se desató la tragedia. Dipendra, en un estado alterado, se levantó de la mesa y abandonó el comedor. Regresó a sus aposentos, pero en lugar de descansar, se vistió con un uniforme militar y se armó con varias armas. Según los informes de testigos, Dipendra portaba un rifle de asalto, un fusil y una escopeta, armas que tenía acceso debido a su afición a la colección de armas. Sin que nadie lo esperara, Dipendra se dirigió al comedor donde la familia seguía reunida. En ese momento, el príncipe heredero irrumpió en la sala y comenzó a disparar contra todos los presentes. Su primer objetivo fue su padre, el rey Birendra, a quien mató a quemarropa. A continuación, disparó a su madre, la reina Aishwarya quien huyó al jardín, y luego a sus hermanos menores y varios otros miembros de la familia real que estaban en la sala. Un asistente del palacio que vio la escena desde las escaleras intentó intervenir, pero fue incapaz de impedir el ataque. Testigos mencionaron que Dipendra parecía estar completamente descontrolado, casi como si estuviera en una especie de trance. Un testigo citado por Times Now News recordó cómo, después de asesinar a varios miembros de la familia real, Dipendra fue a buscar a su madre en los jardines del palacio. Su hermano pequeño, Nirajan, intentó protegerla, suplicándole: “No lo hagas, por favor. Mátame a mí si quieres”. Sin embargo, Dipendra no dudó en disparar a ambos, acabando con sus vidas. Tras cometer la matanza, fue confrontado por su tío, Gyanendra, quien, al ver el horror de lo ocurrido, le pidió que entregara las armas: “Ya has hecho suficiente daño, entrega el arma ahora”, pero el príncipe, en lugar de rendirse, le disparó a su tío, hiriéndolo gravemente antes de intentar suicidarse. El príncipe heredero se disparó en la cabeza y fue encontrado en estado crítico, con daño cerebral severo. El rey Birendra de Nepal (2.º por la der.) y la reina Aishwarya (der.) condecoran al príncipe heredero Dipendra (2.º por la izq.) durante su ceremonia de llegada a la mayoría de edad en el palacio real de Narayan Hity en 1990 CP El ataque dejó a la familia real prácticamente aniquilada en cuestión de minutos. Dipendra, quien ya estaba en coma, fue proclamado rey de Nepal debido a la muerte de su padre, el rey Birendra. La situación era surrealista: un hombre responsable de asesinar a su propia familia se convirtió en rey, aunque solo reinó durante tres días, hasta que finalmente fue desconectado de los aparatos que lo mantenían con vida. La reacción del pueblo y la conmoción internacional La noticia de la masacre real se propagó rápidamente, y la población de Nepal quedó sumida en la incredulidad y el dolor. Dipendra, quien era muy querido por el pueblo, especialmente por su imagen de príncipe carismático, fue de inmediato asociado con el horror que se vivió esa noche. Muchos se mostraban incrédulos de que el popular príncipe pudiera ser responsable de tanta violencia. En una nación donde el rey era considerado casi una figura divina, la noticia de que el príncipe heredero, había cometido semejante crimen, fue recibida como un golpe devastador para el pueblo nepalí. En medio de la confusión, comenzaron a circular teorías conspirativas que cuestionaban la versión oficial. Algunos afirmaron que el rey Gyanendra, el hermano menor de Birendra y tío de Dipendra, pudo haber tenido un papel en la masacre para apoderarse del trono. “La gente conoce muy bien al cerebro detrás de la masacre real”, aseguró Prachanda en su entrevista, señalando sospechas sobre el papel de Gyanendra en el ataque. Sin embargo, nunca se presentaron pruebas que pudieran confirmar estas acusaciones. El humo se eleva hacia el cielo nocturno durante la cremación de los miembros de la familia real de Nepal en Katmandú, el 2 de junio de 2001 La caída de la monarquía La masacre de la familia real de Nepal no solo destruyó una de las dinastías más antiguas del mundo, sino que también aceleró el proceso de desintegración de la monarquía en el país. A partir de ese momento, la necesidad de reformas democráticas se convirtió en una prioridad para muchos sectores de la sociedad nepalí. Años después, en 2008, Nepal abolió su monarquía y se convirtió en una república, un proceso que muchos consideraron el desenlace inevitable de una serie de eventos que comenzaron con esa tragedia sangrienta. A NEPALESE WOMAN CRYS IN FRONT OF A PICTURE OF SLAIN KING BIRENDRA AND QUEEN AISHWARYA DISPLAYED ON THE STREET IN KATHMANDU. La gente sostiene a una mujer nepalesa llorando frente a una imagen del asesinado rey Birendra y la reina Aishwarya expuesta en la calle en Katmandú el 4 de junio de 2001 (Reuters) La masacre en el palacio real de Nepal también está vinculada a una antigua leyenda que habla sobre la caída de la dinastía Shah. Según la profecía, la dinastía real de Nepal caería tras diez generaciones. “La muerte del rey Birendra, el undécimo gobernante de la dinastía Shah, estaba escrita en las estrellas”, mencionó un artículo del Australian Broadcasting Corporation. Aunque algunos nepalíes siguen creyendo en esta profecía, la verdad es que el futuro de la monarquía ya no parece viable en el país.
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