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  • Testigos del cónclave: tres argentinos con roles clave en el Vaticano recordaron cómo fue la elección de Francisco

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 05/05/2025 14:44

    La renuncia de Benedicto XVI el 28 de febrero de 2013 dejó vacante la sede de Pedro por primera vez en siglos. La Iglesia católica se preparaba para elegir a un nuevo papa en un clima de incertidumbre, con escándalos internos recientes, presiones de reforma y una necesidad urgente de liderazgo. El cónclave comenzó el 12 de marzo y, apenas un día después, el mundo escuchó un nombre inesperado: Jorge Mario Bergoglio, jesuita, argentino. Su nombre fue escrito en 77 papeletas (pero fueron más), dos tercios de los votos necesarios para elegir el papa número 266 de la historia. Tres argentinos fueron testigos directos de esa elección histórica desde distintos rincones del Vaticano: el cardenal elector Leonardo Sandri, el maestro de Ceremonial y Protocolo monseñor Guillermo Karcher y el entonces embajador ante la Santa Sede Juan Pablo Cafiero. Sus testimonios, que quedaron plasmados en aquel momento en el documental “El camino del Ángel “de Sidera Media, permiten reconstruir, desde adentro, el clima de esos días y el impacto inmediato que tuvo la elección del primer papa latinoamericano. Guillermo Karcher, el ceremonialista que intuyó el nombre Video: Guillermo Karcher Monseñor Guillermo Karcher, nacido en Saavedra, lleva más de 30 años en Roma ocupando roles clave en el ámbito del Protocolo y Ceremonial. Desde que Francisco comenzó su pontificado, dijo a Karcher: ¡ocupate de los argentinos! Y él, fielmente, ha recibido más de 5.000 argentinos en el Vaticano, convirtiéndose en una figura muy amada y apreciada por sus compatriotas. Monseñor Guillermo Karcher llevaba más de dos décadas trabajando en el Vaticano cuando llegó el día del cónclave. Su vínculo con Bergoglio era cercano desde cuando, en 1992, el cardenal Quarracino le encomendó organizar la ordenación episcopal del jesuita porteño. Durante el cónclave de 2013, era maestro de ceremonias y oficial de protocolo, y su tarea era preparar y asistir a los cardenales en la Capilla Sixtina. “Arreglábamos los papeles, poníamos los vasos de agua, lo que se servía. No sabíamos cuánto iba a durar cada sesión”. Siempre a la espera de la votación, que tenía que darle a la Iglesia y al mundo el papa, el obispo de Roma. Yo me encontraba allí para servir justamente a todos. Pero algo ocurrió en su interior aquella jornada. “Tuve un momento de intuición, una experiencia mística”, relata. “Estábamos rezando el rosario los ceremonieros, mientras esperábamos. Y en una de esas vueltas del rosario vi a la Virgen, la que en italiano se llama che scioglie i nodi [la que desata los nudos], de quien es devoto Bergoglio.” Él trajo de Alemania ese bellísimo cuadro a Buenos Aires. “En realidad yo no era devoto de ella, ahora sí. Quizás le rezaba a la Virgen de Luján, la patrona de la Argentina, otras advocaciones que conozco, pero esa visión fue muy fuerte, fue fuerte porque en el momento en que apareció la Virgen, que yo percibí su presencia, me aflojé, dejé el rosario y les dije a mis colegas voy a rezar por mi cardenal porque era muy directo el mensaje, y me dijeron: ¿por qué? Yo creo que fue una señal porque en ese momento se estaba desatando un nudo muy importante. ”Minutos después, Bergoglio se asomaba a la logia central de la Basílica de San Pedro y Karcher estaba a su lado, sosteniéndole el micrófono. Esta imagen quedó para siempre en la historia. Leonardo Sandri, el cardenal elector argentino Video: Leonardo Sandri El cardenal argentino Leonardo Sandri ocupó puestos de máxima responsabilidad en el Vaticano. Es Prefecto Emérito de la Congregación para las Iglesias Orientales, Vicedecano del Colegio Cardenalicio y consejero de la Comisión Pontificia para América Latina. Llegó a ser el número tres de la Iglesia Católica durante el pontificado de Juan Pablo II. Sandri leía los mensajes del papa Wojtyla cuando su enfermedad no le permitía hacerlo y anunció al mundo su muerte el 2 de abril de 2005. En el cónclave de 2013 fue uno de los cardenales electores, él mismo podía ser elegido papa. Cuando empezó el cónclave, ¿puede explicarnos qué pasó en esos días y cómo se sintió?“ El 28 de febrero de 2013, con la renuncia del papa Benedicto XVI, quedó la sede vacante. Entonces no había más papa”, recuerda. “Fue necesario activar los instrumentos establecidos para la elección del nuevo pontífice. En las congregaciones generales, cada uno de nosotros dijo lo que pensaba, veía y creía sobre el momento actual de la Iglesia y cómo debía ser el nuevo perfil del pastor que tenía que guiarla. No era una etapa fácil: cada día vemos cuán difícil es la vida en el mundo, desde el punto de vista comunitario, nacional, social, universal”. El cardenal Sandri, en una entrevista publicada en Infovaticana, dijo que no fue una sorpresa la elección de Francisco.“No, no fue una sorpresa. Cuando me fui al cónclave, me acompañaron mi hermana y mi sobrina hasta el ascensor de casa, y les dije: Ahora, cuando lo elijan a Bergoglio, lo invitamos a comer a casa un puchero”. Juan Pablo Cafiero: la bandera, la plaza y la emoción Video: Juan Pablo Cafiero Desde otro lugar del Vaticano, el entonces embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, vivía una jornada de incertidumbre bajo la lluvia. Embajador, el clima en el Vaticano estaba en ebullición después de la elección del papa Francisco, ¿Nos puede contar lo que estaba pasando en estos días? “Éramos poquísimos los que estábamos en la plaza al momento de la fumata blanca”, recuerda. “Estábamos con una bandera argentina, cuatro personas, cada uno con un paraguas. Escuchamos las palabras Georgium Marium Bergoglio, después una explosión: abrazos con todos los demás de otras nacionalidades, colombianos, bolivianos…”. A dos días del cónclave A dos días del nuevo cónclave ya llegaron al Vaticano los 133 cardenales electores. El director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, anunció que en la tarde del sábado 3 de mayo el Camerlengo procedió al sorteo de las habitaciones: todos los cardenales electores serán alojados en la casa Santa Marta y en las adyacentes residencias Santa Marta Vecchia; aquellos electores que deseen hacerlo podrán incluso trasladarse a sus alojamientos asignado mañana por la mañana. La capilla sixtina ha sido asegurada por la Gendarmería Vaticana. Hoy, como en 2013, los ojos del mundo vuelven a posarse sobre las 44 hectáreas de la Ciudad del Vaticano. Allí, entre decisiones reservadas y oraciones silenciosas, se busca una figura presente, cercana, capaz de ser puente y guía. Un pastor con sensibilidad para la vida concreta de las personas, que acompañe la fe en medio de la incertidumbre, y que enfrente con firmeza las heridas abiertas del mundo: las guerras, la crisis ambiental, las fracturas sociales y las divisiones dentro de la propia Iglesia. La elección de Francisco respondió, en su momento, a ese anhelo de cercanía y renovación. Doce años después, esa expectativa sigue vigente: que desde el corazón de Roma surja una voz capaz de orientar a una humanidad golpeada y desorientada, con esperanza, humildad y coraje.

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