Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Transformar la escuela secundaria: liderazgo distribuido, foco en el equipo docente y las voces de los estudiantes

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 05/05/2025 06:35

    Un diálogo entre Agustín Porres, Claudia Romero y Valentina Faggi En una jornada enfocada en repensar la escuela secundaria, a partir del impacto del Programa Secundaria Aprende, se destacó el panel conformado por la Dra. en Educación. Investigadora y Profesora, Claudia Romero de la Universidad Torcuato Di Tella, el Director Regional para América Latina de Fundación Varkey, Agustín Porres, y la Coordinadora de Formación en Habilidades para la mejora de trayectorias escolares, Valentina Faggi del Ministerio de Educación de CABA. A partir de un diálogo fluido entre reflexiones, experiencias y datos, los especialistas coincidieron en la importancia de pensar una secundaria diferente con nuevos objetivos para transformar la realidad educativa del presente y crear las oportunidades del futuro. Crear sentido, hacerse cargo, poner el foco “La educación secundaria debe ser transformada, esto es algo que se repite y los datos de los problemas están a la vista”, planteó Claudia Romero que destacó que desde su rol en la Universidad se genera un verdadero entusiasmo “cuando hay una política educativa que tiene ciertas características como las cuestiones de la integralidad del currículum, pensar nuevas formas de aprender y sobre todo tratar de reconectar la escuela secundaria con el sentido”. Sobre este último punto, Romero subrayó: “Uno de los problemas que tiene la escuela secundaria es la pérdida del sentido, no solo para los chicos. Ya sabemos que es crítico para los chicos. Pero a mí lo que me impresiona es ver la pérdida de sentido que tiene la escuela secundaria para los docentes. Ese docente aún el más experto, el mejor, el más comprometido, si tiene que ir de una escuela a otra, de manera diaria termina alienado, agotado, termina vacío. Entonces debe haber una transformación de la escuela secundaria que transforme las condiciones de enseñanza”. Por su parte, Agustín Porres celebró que desde la Ciudad hayan convocado a diversas voces y destacó que es importante “Hacernos cargo de los problemas del secundario como la deserción tiene mucho que ver con nosotros los que trabajamos en el sistema. A veces, sin querer, le echamos la culpa a los chicos y ahí tenemos una responsabilidad bastante grande. Es decir, tenemos que hacerla atractiva a la escuela, no en términos de atractiva de pasarla bien, sino atractiva de darle sentido, de que nosotros debemos renovar el sentido de la escuela para que valga la pena estar ahí”. “Y coincidiendo con lo que decía Claudia de las personas, nosotros tuvimos la oportunidad de trabajar con las escuelas pioneras, con los directores y viajamos a Brasil a conocer el modelo de Escuela de Tiempo Integral, que es el el modelo brasilero que se implementó en varios estados y que transformó la escuela secundaria”, indicó Porres. Además señaló la clave de trabajar en una “pedagogía de la presencia, un clima de trabajo entre los docentes, entre los colegas que hace mucho sentido y creo que es algo de lo que nos falta”. Al pensar en esta transformación y el foco puesto en las personas, Valentina Faggi planteó: “Nosotros trabajamos desde las habilidades para la mejora y el acompañamiento de las trayectorias escolares y cuando hablamos de habilidades, hablamos realmente de un aprendizaje profundo que toma el sentido integral de los sujetos como personas, como personas integradas a la fuente laboral, como espacio socioemocional”. Con un enfoque basado en la evidencia, Faggi destacó que “Los estudios indicaban que el 48% de los estudiantes pedían trabajar habilidades que tuviesen que ver con la vida cotidiana, con las cosas que los trascienden a ellos mismos y que los afectan en el día a día. Entonces, pensar en habilidades que tienen que ver con la mutua afectación, habilidades que buscan- con una práctica sostenida y repetida en los espacios áulicos- generar realmente una transformación de los estudiantes”. “¿Cuántos de nosotros nos encontramos siendo grandes y pensando y reconociendo habilidades como regulación emocional, toma de decisiones, mentalidad de crecimiento, pensamiento creativo? Adquiriendo esas habilidades de grandes y no de chicos”, planteó Faggi provocando que todos los presentes asientan. Bienestar socioemocional Repensar la secundaria: transformar el futuro. —(Cortesía Ticmas) “Más de 500 docentes de escuelas estatales y de gestión privada participaron de una primera inducción de cuatro horas de trabajo”, explicó Faggi con el inicio de Secundaria Aprende en febrero de este año. Y agregó: “Esta inducción tuvo la intención de presentar y definir lo que son las habilidades para la mejora de las trayectorias en la evidencia científica, las bases neurocientíficas que sostienen esta formación, la transformación de los adolescentes y por sobre todo, mostrar algunas bases de conducción sobre las primeras habilidades” Además de trabajar con “espacios de laboratorios de experiencia”, el foco del Programa Secundaria Aprende se centra en trabajar en contexto, atendiendo las realidades y necesidades de cada escuela. “Lo importante acá es poder acompañar a que cada escuela se apropie realmente de un contenido, de un tipo de alumnado, de un perfil de docente. No todas las escuelas son iguales y por eso queremos acompañar en un formato de laboratorio, pero también a través de una plataforma que elaboramos a medida, con un marco teórico, con actividades situadas para que el docente se sienta acompañado a lo largo de todo este proceso y durante este año”, destacó Faggi. Un diálogo entre Agustín Porres, Claudia Romero y Valentina Faggi Mirar afuera para mirar adentro Agustín Porres planteó que se trata de ser curioso, de ver aquello que funciona y adaptarlo. “Cuando buscamos de manera flexible de juntarnos, conocernos, poner los problemas sobre la mesa, eso es una diferencia, porque ninguna respuesta está en un aula aislada”, aseguró. “No hay reforma exitosa, ni siquiera escuelas exitosas, sin un liderazgo constructivo”, aseguró Claudia Romero y planteó: “A ser un buen líder se aprende. Nosotros creemos que esta reforma también es valiosa porque hace dos cosas que toda la literatura sobre mejora escolar dice que hay que hacer. La primera es que las escuelas tengan un margen. Capacidad de usar los criterios generales y adaptarlos a su propia realidad. Ese margen es fundamental porque el cambio, la mejora, no se decreta. Es un cambio cultural, es un cambio de prácticas. Entonces las escuelas se lo tienen que apropiar”. Y agregó que vio este tipo de prácticas en Brasil: “El liderazgo directivo es clave. Un buen equipo de conducción es un buen equipo de conducción cuando genera equipos docentes. Tiene que tener tres características. Por un lado, ser un liderazgo distribuido. No hay uno que manda, no hay una jerarquía vertical. Entonces la autoridad no es tener el poder, sino distribuirlo. Dos. Un liderazgo que gestione basado en evidencia cada vez más las decisiones que se toman tenemos que poder fundamentarse en datos cuantitativos, cualitativos, en registros. Eso genera una buena comunicación acerca de porqué estamos decidiendo tal o cual cosa. No es un capricho individual. Y tercero, diría un liderazgo inspirador”. El rol de la familia en la transformación Repensar la secundaria: transformar el futuro. —(Cortesía Ticmas) “Las familias, desde el momento que comparten una comunidad con la educación, eligen que sus hijos vayan a esa escuela y que formen parte de esa propuesta educativa”, reflexionó Faggi y destacó la importancia de una comunicación asertiva y constante “anticipando los cambios a los que se van a ir enfrentando.” Por su parte, Porres subrayó: “No puede ser una asamblea permanente con los padres, pero tampoco cerrar la puerta y no saber qué pasa. Creo que la pandemia fue un buen ejemplo de que los padres nos involucramos más porque teníamos que entender y como parte de este proceso y ahí hubo equilibrio muy positivo que después hay que sostener con esa participación”. Y destacó cómo la UNESCO también está alineada con la importancia del liderazgo educativo distribuido, un término que todavía no está consensuado pero que marca el camino. “En la secundaria hay que pensar de nuevo la relación con la familia”, aseguró Romero sin perder de vista la importancia de la autonomía de los jóvenes, y destacó que debe desarrollarse “un saber profesional acerca de cómo se le habla a esa familia cuando se nos convoca”. Una historia que emocionó a todo el público presente Claudia Romero se tomó un momento para relatar una historia que ayuda a repensar la relación entre un docente o directivo y la familia y provocó la emoción de todos arriba y abajo del escenario. “Recuerdo una directora de una escuela en la ciudad de Buenos Aires, una escuela técnica. Voy a contar algo fuerte. Antes de entregar los boletines se había reunido con un grupo de familias migrantes. No voy a decir de qué país cercano de limítrofe, pero no lo quiero decir porque no es para estigmatizar que tenían como como hábito, como práctica cultural, poder castigar a los hijos cuando tenían malas notas, castigar físicamente”, contó Romero. Continuó: “La directora, conociendo esa realidad cultural, anticipándose a eso los llama y les dice que van a recibir los boletines. Si alguno ve una mala nota en este país no pueden pegarle a sus hijos. Y si yo me entero que les pegan, los voy a tener que denunciar. Esta directora me lo contaba diciendo que temblaba porque se daba cuenta que se estaba metiendo con algo muy profundo”. Y cerró: “Eso es una intervención profesional que alguien puede decir ¿excede los límites de la escuela? Yo creo que no; es una escuela que conoce a sus familias, conoce el medio, anticipa posibles consecuencias de los actos y de las prácticas de la escuela. Interviene ahí, produciendo también una educación para las familias”.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por