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  • Inmigración, familia y curación milagrosa: la otra cara de Francisco

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 04/05/2025 12:40

    Los orígenes de la familia del Papa Francisco y su posible primer milagro “Mi abuela Rosa fue muy importante para mí. En mi breviario llevo su testamento”. Papa Francisco Viajamos a Portacomaro, Italia, a buscar los orígenes de la familia Bergoglio, que quedaron plasmados en el documental “El camino del Ángel”, de Sidera Media. Desde 2013, este pueblo empezó a tomar relevancia porque allí podían encontrarse miembros de la familia Bergoglio. Es una zona no solo famosa por el vino moscato sino también por ser el lugar natal del poderoso y controvertido cardenal Angelo Sodano. La pequeña localidad, a 484 kilómetros de Roma y con menos de dos mil habitantes, está situada en la provincia de Asti, región del Piamonte. El Santo Padre citaba a menudo en sus discursos a la abuela Rosa, la querida nonna Rosa, que fue quien le enseñó a rezar de pequeño, quien lo formó en la fe. Stefano Masino, periodista de Gazzetta di Asti, declaró para el documental: “La abuela Rosa, como la llaman, Rosina Bergoglio, así la llaman familiarmente en las páginas del diario La Gazzetta di Asti, en los años 20, efectivamente fue una dirigente de la Acción Católica del lugar. [Los Bergoglio] emigraron porque en la Argentina ya vivía un hermano del abuelo del papa, que tenía esta industria, esta empresa de pavimento, que estaba funcionando bien, y entonces lo llamaron, y luego, yo creo que fue una decisión más del abuelo que quiso irse a la Argentina”, explicó el periodista italiano. Efectivamente, Mario Bergoglio —el Papa lo dice—, tanto la abuela Rosa como también el hijo, sufrieron por haberse ido. Era una familia que estaba bien afincada y seguramente tuvieron que haber pensado muy bien lo de viajar a la Argentina, porque acá dejaron mucho. No era la clásica familia que emigra para buscar una mejor suerte o una nueva oportunidad de trabajo, comentó Masino. Una imagen de Jorge Bergoglio mucho antes de ser Papa En una entrevista en la revista jesuita Civiltà Cattolica, el Papa expresaba que atesoraba el testamento de su abuela y que lo llevaba en su breviario: “Lo leo con frecuencia: para mí es como una oración. Ella fue una santa que sufrió mucho, incluso moralmente, y siempre fue hacia adelante con coraje”, expresaba el Sumo Pontífice. Los primeros biógrafos del papa Francisco —cuando aún era el arzobispo Jorge Mario Bergoglio—, Francesca Ambrogetti y Sergio Rubín, relatan en su libro “El pastor” una anécdota en donde quedó en evidencia el carácter fuerte del pequeño Jorge junto a su abuela Rosa: “En una ocasión salieron de paseo y ella le compró un par de zapatos y él, que por entonces tenía apenas cuatro años, le pidió que hiciera lo mismo con el hermano que le seguía, Oscar. Pero doña Rosa se mantuvo firme: ‘No, esta vez te toca a vos’. Su nieto le respondió: ‘Si no se los comprás también a Oscar, yo no los quiero’. Entonces, Jorgito arrojó el paquete de zapatos a una obra en construcción. Estupefacta, la abuela debió llamar al cuidador para recuperarlo”. A Buenos Aires en el Giulio Cesare El 15 de febrero de 1929 llegó a la Argentina la familia Bergoglio, a bordo del barco Giulio Cesare. La suerte hizo que no se embarcaran en el Principessa Mafalda, que había naufragado unos meses antes en las costas de Brasil. Primero fueron a Paraná y recién en 1932 se instalaron definitivamente en el barrio de Flores, en Buenos Aires. Francisco Spinoso conocía al papa Francisco desde los 12 años cuando eran compañeros de la Escuela Técnica. Spinoso recordaba a Regina Maria Sivori, madre del Papa: “Yo de la mamá no puedo decir mucho más de lo que me decía Bergoglio. Lo único que yo supe es que la madre no estuvo muy a gusto con que él siguiera la carrera sacerdotal. En una oportunidad, la madre dijo: ‘Vos vas a ser cura’, dice, ‘pero nunca vas a tener ningún problema’”. Agregaba el excompañero de Bergoglio: “Me lo dijo así, esos chistes que tenía él, que fue un poco como decir en broma lo que le dejaba a cada hijo. Al Gordo le decía: ‘Vos te dejo tal cosa’, a María Elena, ‘tal cosa’, y a vos ‘no te dejo nada porque vos te la vas a rebuscar, vos vas a ser cura’, así”. Así recordaba entre risas la anécdota del joven Jorge Bergoglio. El papa Francisco dejó una huella para los fieles de la Iglesia Católica. Foto: EFE ¿Una curación milagrosa? Otro de los compañeros de la Escuela Química de Jorge Bergoglio, Alberto D’Arezzo, comentó admirado: “En una oportunidad, me llama Francisco [otro de los excompañeros] y me dice: ‘Mirá, el sábado nos reunimos con Jorge [Bergoglio] para tomar un café’. Le digo: ‘Mirá, yo voy a ver si puedo, que mi nieto anda muy mal. Está internado, está mal, mal’. Bueno, la cuestión es que fuimos, estuvimos un ratito, tomamos un café, llegó el momento de que nos íbamos y le digo [a Jorge Bergoglio]: ‘Mirá, te voy a pedir un favor, poneme en una estampita que se cure Tommy, que se mejore’. Llego y le digo a mi hijo: ‘Mirá, me lo manda Jorge [por Bergoglio], ponéselo adelante de la cunita’. Y bueno, y me fui. A las cuatro de la tarde me llama mi hijo de la clínica y me dice: ‘Papá, te voy a decir algo. Tommy dio un vuelco, que ni los médicos pueden creer que ha sucedido’. Bueno, yo enseguida le comenté a mi amigo. Y él se ve que se lo comentó a Jorge. Y Jorge [Bergoglio] dice: ‘No, pará, yo no hice nada’. Agrega el excompañero: “ O sea, él no hizo nada. Se ve que, no sé, este hombre transmite algo que está en el aire y no lo vemos ninguno de nosotros. Fue una cosa milagrosa, realmente milagrosa.” En ese entonces el padre Jorge Mario Bergoglio le entregó a su amigo Alberto D’Arezzo una estampita de San Expedito, el santo patrono de las “causas justas y urgentes”. Un gesto significativo en la última voluntad del papa Francisco hacia sus antepasados fue la elección del mármol utilizado para su tumba. El pontífice pidió que fuera extraído de Liguria, la región italiana de donde provenían sus abuelos maternos Sivori. Esta decisión, cargada de simbolismo, fue un homenaje a sus raíces familiares y a la tierra natal de quienes, décadas atrás, emigraron a la Argentina. Por otra parte, aún es muy temprano para comenzar a hablar de presuntos milagros o curaciones milagrosas. Habrá que esperar un tiempo para considerar la posibilidad de la canonización del papa Francisco, tal como ha sucedido con otros papas como san Juan XXIII y san Juan Pablo II. ¿Cuándo será el tiempo de Francisco?

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