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» Diario Cordoba
Fecha: 04/05/2025 10:08
En el CEIP Alfredo Gil de Peñarroya-Pueblonuevo usan la IA como línea de actuación dentro del ámbito de conocimiento Steam (de desarrollo de vocaciones científico-tecnológicas en el alumnado) del programa Cima de la Junta de Andalucía, que ofrece los recursos necesarios para poner en marcha los proyectos del centro. Peñarroya-Pueblonuevo es una zona minera, «el típico pueblo donde ya no hay empresas que exploten el carbón, que decrece y ahora vive de ayudas, de prejubilados del sector», expresa Rafael Monserrat, el director del centro. De esto se habla con mucha nostalgia en el pueblo, «porque teníamos muchos habitantes, cines, casinos, una zona muy potente, de mucho crecimiento y actividades atractivas que se han perdido», agrega. Esta realidad no es conocida por los niños salvo cuando escuchan los relatos de sus abuelos o padres. Con esa idea en mente, el centro decidió usar la inteligencia artificial para mostrarle a los alumnos y hacerlos partícipes de esa historia que parece perdida. Con ayuda del cronista del pueblo, Jerónimo López Mohedano, y Rubén Cañamaque, el presidente de la asociación La Maquinilla, porque la IA siempre tiene conocimiento humano detrás, los alumnos consiguieron hacer un resumen de la historia de su pueblo con la ayuda de varias aplicaciones, que posteriormente fueron usados para crear una historia en forma de cuento: Las piedras que arden, que tiene cuatro tomos, se va a imprimir y distribuir gratis. La aplicación Gemini fue la encargada de dar orden a los resúmenes de los alumnos y sentido al cuento final, narrado además, por idea de la propia aplicación, por el perro que, cuenta la leyenda, encontró un yacimiento de carbón que dio paso al desarrollo minero de la población. Las ilustraciones y la portada también se han hecho con IA. En todo este proceso, cuenta el también coordinador del Programa de Transformación Digital Educativa, los niños han descubierto que «la IA no es una enciclopedia, eso les ha chocado cuando les dejamos curiosear un poco, que había cosas que la aplicación no sabía, que no es perfecta todavía». Los docentes dejan a los alumnos explorar las aplicaciones generativas, siempre bajo supervisión y manteniendo ciertas palabras y búsquedas bloqueadas para evitar un mal uso de la misma lo que, admite el docente, a veces es complicado de gestionar y para ello también se necesita la implicación de los padres en casa y en talleres para acortar la brecha digital, algunos impartidos por la Guardia Civil. En este centro la idea es que los menores puedan percibir a la inteligencia artificial como una herramienta más, pero «que no inutilice la capacidad creativa del alumnado». En cuanto a su uso para copiar trabajos, por ejemplo, Monserrat explica que hay patrones para detectar si un trabajo está hecho con IA, por ejemplo. En este sentido, cree en la importancia de «orientarlos y que tengan un buen uso en su aprendizaje, sus capacidades y habilidades, que no las suplanta la IA, sino que es un apoyo».
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