Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Tras más de 40 años de peronismo en Las Lomitas, el gobierno celebra recién ahora llevar agua a un barrio postergado

    » Diariopinion

    Fecha: 04/05/2025 05:01

    Cuando el agua es poder: tras décadas de gobierno justicialista, el Modelo Formoseño reparte obras según obediencia Lo que omite la nota es que Las Lomitas lleva más de cuatro décadas bajo administración justicialista, buena parte de ellas bajo el dominio político del clan Meza iniciada por el ex intendente Modesto Meza, fieles al gobernador Insfrán y operadores locales del llamado Modelo Formoseño. ¿Cómo es posible que, después de más de 30 años de este modelo y más de 40 de gobiernos peronistas, recién ahora se decida brindar un servicio esencial como el agua potable a familias que desde hace años trabajan, producen y sostienen la economía informal del lugar? El ladrillero Otilio "Oti" Vázquez agradece al gobernador por la obra —que debería ser un derecho básico, no un favor— y afirma: "Las obras que tenía que hacer el intendente Atilio Basualdo las está realizando el gobernador Gildo Insfrán". Lo dice como si fuera una virtud del mandatario, cuando en realidad expone con crudeza la arbitrariedad del sistema: si el intendente no responde ciegamente al gobernador, las obras se frenan o se ejecutan directamente desde el Ejecutivo provincial a modo de Municipalidad paralela para desprestigiarlo. No es la primera vez que se denuncia esta lógica de castigo selectivo a los jefes comunales que no se alinean políticamente con el gobierno provincial. El intendente de Yema, Nilton Werning, ya había revelado públicamente cómo el SPAP, que debería actuar con criterios técnicos y no políticos, era utilizado por el intendente gildista Antonio Caldera de Los Chiriguanos para distribuir agua con discrecionalidad partidaria. La misma manipulación se observa en la ciudad capital, donde el manejo defectuoso de las estaciones de bombeo del SPAP termina generando inundaciones que políticamente paga el intendente Jorge Jofré, a pesar de no tener control sobre esas instalaciones. La realidad es que no hay ningún gesto altruista ni federal en estas intervenciones. Se trata de un uso político del agua, un derecho humano convertido en herramienta de premio o castigo. Que después de tantos años se festeje una obra que debió haberse hecho décadas atrás, no solo no es una conquista, sino que evidencia el profundo abandono al que fueron sometidos cientos de formoseños mientras servían como engranajes de una maquinaria política que solo responde a la obediencia vertical. ¿Por qué el agua llegó recién ahora a ese barrio? ¿Por qué no se ejecutó esta obra cuando los intendentes eran del riñón del gobernador? ¿Por qué se celebra como un logro lo que en realidad es una confesión de postergación planificada? Las preguntas son incómodas. Pero más incómodo es vivir décadas sin agua potable por no ser útil al esquema político del poder provincial.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por