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  • Las canciones que suenan en El Eternauta: rock argentino de los 70, la voz eterna de Mercedes Sosa y la poesía como bandera

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 04/05/2025 02:47

    Manal: Jugo de tomate Desde su estreno en la madrugada del miércoles todo parece pasar por El Eternauta. La tan esperada adaptación audiovisual de la historieta creada por Héctor Germán Oesterheld con dibujos de Francisco Solano López cumplió las expectativas de la previa y disparó un sinfín de análisis y conjeturas. Desde las coincidencias y diferencias con el guion original, pasando por los efectos especiales, el recorrido de las locaciones urbanas y demás focos sobre el héroe inesperado y su espíritu colectivo. Y en este contexto aparecen las canciones, tan argentinas como la esencia de la trama, y con algunos intérpretes sobresalientes. La música de El Eternauta transita por dos carriles. Por un lado, la banda de sonido original, compuesta por Federico Jusid, que acompaña los climas y las emociones de los héroes de a pie en sus historias mínimas y el enfrentamiento con la nevada mortal. Por el otro, un cancionero más o menos reconocible, entre megaclásicos y revelaciones, elegido meticulosamente para complementar a los personajes y convertirse en una referencia más del relato. Para decir lo que no se animan, o expresar lo que ni siquiera saben que sienten. Y en ese panorama, Javier Martínez, pionero del rock argentino, cantante y compositor de Manal, y la inconfundible voz Mercedes Sosa sobresalen en un repertorio que interpela tanto como los cascarudos o los copos de nieve. La banda sonora de la serie está dominada por el rock argentino de raíz pesada de los 60 y 70. Al menos, es lo que escucha el cuarteto de amigos que forman Salvo, Favalli, Lucas y Polsky, el que curtieron en su juventud y que los mantiene en sintonía a pesar del tiempo. Y en la punta de ese iceberg está sin dudas Javier Martínez, líder de Manal, la banda que trajo el blues al país y lo hizo sonar como si fuera propio, adornado por una lírica que reflejaba lo que sentía esa generación que partió en dos la historia del siglo XX. El Reloj: alguien más en quien confiar El baterista firma cuatro canciones de la serie, y si bien no hay registros públicos de la relación que tenía con El Eternauta, los tópicos de la obra dominan buena parte de la cosmovisión de los primeros rockeros, entre la alienación por la vida en la pálida ciudad y los ideales enfocados en un mundo mejor. Los temas son “No pibe”, “Porque hoy nací” y “Jugo de tomate”, interpretadas por Manal, y “Salgan al sol”, cantada por Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll. Respectivamente, aluden a algunas de las características de Juan Salvo y su grupo: la autenticidad, el renacimiento existencialista, la templanza a la hora de tomar decisiones y la valentía. “No hay que tener un auto / ni relojes de medio millón”, canta Darín al comienzo de la serie, una reflexión sobre lo realmente importante en la vida, Y aunque en “No pibe” Martínez orienta su consejo en el plano del amor, puede aplicarse a un pensamiento premonitorio sobre lo que les está por ocurrir. Esa nevada mortal que hará que el auto probablemente ya no sirva más y que el tiempo sufra alteraciones al borde de la alienación. “Porque hoy nací”, también puede entenderse como la hora cero de un Juan Salvo que está próximo a empezar una nueva vida. Ese tipo sin nombre ni casa, que de tanta soledad se ampara en sus amigos y desconocidos, tan a la deriva como él, sopapeados por el viento en un panorama tan desolador como la muerte. Manal: Porque hoy nací Con cierta ironía en el contexto de una nevada impensada, “Salgan al sol” sugiere romper la rutina y las convenciones en una época en la que las distancias entre la vida joven y la adulta se ensanchaba a pasos agigantados. Con el tiempo, se volvió un grito de guerra del rock en castellano y entrado el nuevo siglo se mantuvo vigente. Divididos la sumó con naturalidad a su repertorio y Adrián Otero, excantante de Memphis La Blusera, la registró en su álbum de versiones póstumo El jinete del blues El cuarto tema es “Jugo de tomate”, el gran hit de Manal, versionado entre tantos otros por Charly García junto a Claudio Gabis. Es el título del último episodio y el complemento del primero. Ya despojado de los bienes materiales, invita al ser humano a tener sangre fría en las venas, como motor para enfrentar los problemas. La otra referencia musical de El Eternauta es Mercedes Sosa. La irrupción de la gran voz de la música popular argentina, bandera de nuestro folklore en la escena internacional, se produce en ese contexto de permanente reivindicación mundial de su obra. La aparición reciente de un disco grabado en Nueva York en 1974, su voz sampleada en festivales internacionales y la versión de por Shawn Mendes en el reciente Lollapalooza Argentina son apenas muestras de ello. Por eso, su presencia en la serie de Bruno Stagnaro era más previsible y las canciones elegidas encastran a la perfección en la trama. ítulo: Mercedes Sosa: Credo (Chacarera Trunca) Una de sus versiones más clásicas, “Todo cambia”, letra y música del chileno Julio Numhauser, parece musicalizar lo inevitable: un escenario apocalíptico en el que nada va a ser como antes. Mercedes lo grabó en 1984, dos años después de la composición del autor chileno en pleno exilio del pinochetismo. Su expresión de deseos, pensada originalmente para su país, adquirió gracias a la Negra un tinte universal, que en El Eternauta asciende a otros mundos imaginarios. La otra canción que canta la tucumana es parte de la Misa Criolla, la monumental obra de Ariel Ramírez que Mercedes editó en 2011, y le valió un premio Grammy. El “Credo (Chacarera trunca)” en su voz se vuelve una súplica profunda, y apuntala una épica que va más allá de la razón. Porque en un contexto apocalíptico, ninguna herramienta cotiza más alto que la resurrección. La música como hilo conductor Salvo el primero, los otros cinco capítulos de El Eternauta tienen títulos de canciones. A los ya mencionados “Salgan al sol”, “Credo” y “Jugo de tomate frío”, se suman dos composiciones muy diferentes entre sí. El Mató: El magnetismo Una es “El magnetismo”, de El mató un policía motorizado. Publicado originalmente en el álbum La dinastía Skorpio, que empujó al grupo platense a emerger del under. Su letra en modo haiku describe a la perfección lo que ocurre en una Buenos Aires a la deriva: “¿Quién te va a cuidar? / En este mundo peligroso tenemos que estar juntos / ¿Quién detendrá a la turba iracunda si no estoy con vos, nena? / Con este magnetismo que sigue bajando, nena”. La otra es “Paisaje”, del italiano Franco Simone y popularizada aquí por Gilda, y propone un juego espaciotemporal. Es el primer tema que suena en la serie, cuando la hija de Juan Salvo se divierte con sus amigas en un yate, todo es calma y nada hace presagiar lo que estaba por suceder. Va a regresar para titular el quinto episodio y una de sus frases también había servido como promoción para vaticinar un sentido común a punto de romperse: “No se piensa en el verano cuando cae la nieve”. Otras canciones Si estaba Mercedes Sosa, en el soundtrack no podía faltar Carlos Gardel, la otra gran voz de la música popular argentina. La versión de época de “Caminito”, compuesta por Juan de Dios Filiberto y escrita por Gabino Coria Peñaloza hace 100 años, profundiza la nostalgia de un protagonista que no termina de cicatrizar el pasado remoto cuando el presente se torna acuciante y el futuro es una gigantesca incógnita. Pescado Rabioso: Post crucifixion Jugando con el lema de su retorno en 2007, la aparición de Soda Stereo puede tomarse como una burbuja en el tiempo. El trío comandado por Gustavo Cerati suena con “Cuando pase el temblor” y sus aires andinos. El guiño retro lo aporta el pasacasete del auto, una figura cien por ciento ochentosa. Afuera, el temblor recién está comenzando y nadie sabe a ciencia cómo y cuándo va a despertar. Lo dicho, el rock pesado parece unir a los cuatro jinetes en los que se articula la historia. En la partida de truco inicial, suenan “Post Crucifixión” de Pescado Rabioso y “Alguien más en quien confiar”, de El Reloj. El legendario grupo del Oeste volverá más adelante con su himno “Blues del atardecer”, y su texto inolvidable. “No estoy solo. Estoy aquí, con mi tarde triste y gris”. El repertorio se completa con “Fuego” de Pity Álvarez en su época de Intoxicados, y de “Chacarera del rancho”, de los Hermanos Ábalos. Si uno de los efectos colaterales del boom de la serie es que jóvenes y no tanto se acerquen a la obra original de Oesterheld, no menos importante es cómo están recirculando cada una de estas canciones. Sobre todo, aquellas que portaban una exposición menor. Por ejemplo, los videos en YouTube de Manal y El Reloj se nutren de mensajes con un texto que se resume en pocas palabras: “Vine acá por El Eternauta”. Y así, otra vez, sobrevuela el espíritu colectivo que moviliza a los héroes de carne y hueso de la historia que, en este caso, se reinterpreta a través del arte.

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