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Concordia » El Heraldo
Fecha: 03/05/2025 00:05
Desde su prisión domiciliaria en Asunción, Paraguay, el exsenador nacional Edgardo Kueider habló por primera vez con profundidad sobre su situación judicial, su vida tras la caída, y su visión sobre las causas que lo involucran. En diálogo con el programa Cuestión de Fondo (Canal 9, Litoral), Kueider apuntó con dureza contra el Juzgado Federal de San Isidro, negó tener relación con la empresa Securitas y se mostró arrepentido por el episodio que derivó en su arresto. “Sé que la condena social ya está y no me la saca nadie”, reconoció Kueider, consciente del impacto público del caso y de que cada declaración será analizada minuciosamente. La entrevista, a cargo de Daniel Enz, cobra especial relevancia por tratarse de uno de los periodistas que, con su tarea de investigación, ha sido pieza clave en el inicio de causas que terminaron con condenas judiciales en la provincia. Kueider se encuentra bajo arresto domiciliario desde hace cinco meses, y explicó que su rutina se limita a ver televisión y repasar documentación de las causas en su contra. Aseguró que el dinero con el que fue detenido no le pertenecía, y que su permanencia en Paraguay se debe a una cuestión de arraigo procesal. “Quiero volver a la Argentina para estar con mis hijos”, afirmó, aunque reconoció: “Sé que si vuelvo, me espera Ezeiza”. Sobre el caso Securitas —señalado como el delito precedente en la causa de lavado de activos que tramita en San Isidro—, fue tajante: “No tengo absolutamente nada que ver. Es un invento. Una asociación ilícita armada de los pelos”, dijo. Además, negó haber conocido o tratado con los hermanos Tórtul, supuestos intermediarios en la operatoria. Respecto a la compra de departamentos en Paraná, indicó que fue una operación legal realizada con fondos de la empresa Betail, creada junto a un primo. Negó rotundamente que su asistente Yara Guinsel sea testaferro o haya recibido acciones. “Es una falsa denuncia, tengo toda la documentación para demostrarlo”, sostuvo. En cuanto a su vínculo con ENERSA, explicó que nunca fue funcionario ni tuvo injerencia en la empresa. Solo firmó actas anuales como parte de su rol en la Gobernación. Reiteró que jamás fue advertido sobre posibles hechos de corrupción ni contratos irregulares con Securitas. Consultado sobre los videos en los que se lo ve contando dinero en su despacho en la Gobernación, explicó que él mismo instaló las cámaras por seguridad, que el dinero correspondía a gastos reservados y que denunció el hackeo. “Yo mismo guardé las copias originales para protegerme. Si hubiera querido ocultarlo, no habría puesto cámaras”, sostuvo. También se refirió al impacto personal y político del caso: “Mientras dure esta investigación, no voy a ser candidato a nada. No soy tan caradura”, dijo, aunque dejó la puerta abierta a un posible regreso: “Cuando esto se aclare, veré si tengo ganas y fuerzas para volver”. Finalmente, calificó de “abuso total de autoridad” la forma en que se han armado las causas en su contra. Siente que fue convertido en “chivo expiatorio” y advierte que el volumen de la investigación es desproporcionado. “Todo esto está montado sobre falsedades. Espero que la Justicia, en última instancia, revele la verdad”, cerró.
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