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» Diario Cordoba
Fecha: 02/05/2025 12:46
Durante el apagón del lunes hubo tres sectores que acapararon un protagonismo especial por la repercusión que tuvo su paralización para la sociedad. El primero, el de la alimentación, los supermercados, que, además de verse afectados como todas las actividades por la falta de energía, se vieron inundados de consumidores que, como ha ocurrido en otras ocasiones, se lanzaron a hacer acopio de alimentos. El segundo era la hostelería, que, además de perder actividad, clientes y mercancía, fue en gran parte lugar de encuentro, sobre todo en terrazas, de no pocos grupos de ciudadanos. Y el tercer grupo, las gasolineras, sustento vital de la movilidad, que al dejar de abastecer de combustible, involuntariamente aumentaban la ansiedad y la sensación de vulnerabilidad. Esta nueva experiencia ha hecho que cada uno de estos sectores reflexione no solo el papel fundamental que juegan en la sociedad sino para aprender de cara a próximas eventualidades. Cordobeses en la plaza de la Corredera, en uno de los pocos bares abiertos, a oscuras. / Manuel Murillo Dudas sobre cómo actuar Así, en lo que se refiere a los supermercados, desde la Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación y Perfumería (CAEA), su portavoz, Álvaro González, ha señalado a este periódico que es fundamental considerar a esta actividad como indispensable, «como ya se hizo en la pandemia». «Es el sector que provee de alimentación a la sociedad y en la pandemia se estableció un cordón que blindaba este sector», recuerda. Sobre todo, apunta, porque «para la gente aumenta la sensación de caos ver los lineales de los supermercados vacíos». Así, señala el portavoz de los supermercados andaluces, es necesario establecer un protocolo claro, desde la administración, que establezca las actuaciones a poner en marcha. Porque, además, este sector es también el primer objetivo en los casos de pillaje y vandalismo. Asimismo, señala que al ser una actividad clave, se genera una dualidad en cuanto al planteamiento, ya que «si se cierran los negocios, se incurre en desabastecimiento a la población y si se abre, se está obligando a los trabajadores a acudir al trabajo aunque haya situación de emergencia». De ahí, señala el empresario, la necesidad de definir cómo proceder en cada caso. Sectores claves demandan ayudas para dotarse de medios alternativos / A. J. González Y después, asegura González Zafra, ha quedado clara la vulnerabilidad del sector (y de todos) desde el punto de vista energético, que ha generado pérdidas de mercancía y la propia paralización de la actividad, por ello plantea la necesidad de abrir alguna línea de ayudas para que, sobre todo los negocios pequeños, puedan proveerse de otro sistema alternativo de generación de energía. Ayuda y refugio Similar planteamiento se hace desde el sector de las estaciones de servicio. El presidente de la asociación provincial, Rafael Larrea, ha apuntado a este periódico que «es necesario abaratar o subvencionar al 100% la instalación de baterías en infraestructuras críticas», pues añade que, «aunque se está reduciendo, el coste a día de hoy es muy elevado, especialmente para las pymes». Recuerda Larrea al respecto que «el 70% de las estaciones de servicio están en manos de pequeñas y medianas empresas, normalmente de carácter familiar». El empresario ha defendido otra faceta que quedó en evidencia el lunes y es que las estaciones de servicio «estuvieran operativas o no, siguieron actuando como puntos de refugio para los conductores. Muchas se convirtieron en centros de recepción de coches que se quedaban sin combustible en los atascos». En cuanto al aprendizaje que debe haber quedado para los ciudadanos, Rafael Larrea recomienda a los conductores «ser más previsores y mantener un remanente razonable de combustible en sus vehículos y no esperar para repostar a que se encienda la luz de la reserva. Ante situaciones imprevistas, esta práctica puede marcar la diferencia en su capacidad de respuesta». «El sector de la alegría» En la hostelería, según explica el presidente de Hostecor, Jesús Guerrero, «ha vuelto a quedar clara la capacidad de resiliencia». «Somos el sector al que primero afectan estas crisis», afirma. El empresario recuerda la repercusión que tiene para estos negocios, la mayor parte familiares, «cerrar un día entero y perder gran parte de la mercancía». Pero aún así, indica que «muchos mantuvimos abierto el negocio y las terrazas, que se convirtieron en punto de reunión de muchas personas». Por ello, Jesús Guerrero ha definido esta actividad como «el sector de la alegría». Hace también una reflexión el empresario en materia de energía, pues recuerda que solo los grandes negocios tienen capacidad para tener sus propios generadores de electricidad y que, además, por razones urbanísticas tampoco podría tener cada uno el propio. Afortunadamente, matiza, «las cámaras de congelación sí son potentes en casi todos los casos y por eso se pudo aguantar mejor», pero el asunto de la generación energética sí es un auténtico problema, concluye. Suscríbete para seguir leyendo
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