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  • Primero de mayo con pobreza social y pobreza democrática

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 02/05/2025 02:50

    La realidad muestra que no alcanza con solo bajar la inflación para bajar la pobreza (Foto: Spencer Platt/Getty Images) En este 1 de mayo 2025, Día del Trabajador, como nunca esta cronista encontró similitudes entre pobreza y democracia. Ya hemos compartido cifras de cierre de pymes (11.000) y desocupación (220.000), ambos en crecimiento y trayendo como consecuencia la caída del consumo y una brutal disminución de la calidad del empleo registrado. Otros 1 de mayo, el trabajador, generalmente integrante de la clase media argentina, vivía sencillamente con calidad de vida, es decir, salarios dignos, vivienda propia o alquilada, agua potable, acceso a la educación y salud. Resumiendo: una vida sin grandes carencias. Hoy, el mundo del trabajo registrado representa solo un tercio del total, el resto son trabajadores informales, cuentapropistas o changarines. A cualquier dirigente sindical que represente a la producción –salvo la ligada a las exportaciones-, a lo educativo, universitario, científico, al comercio, se lo escucha decir que sus representados tienen salarios por debajo de la línea de pobreza. Por lo que podemos inferir –y no por cuestionar las mediciones-, los pobres empobrecidos son mucho más que los registrados. Esto no nació con el presidente Milei, pero sus políticas lo acentúan. Argentina perdió la práctica de la inclusión hace años, muchos. Así se fue degradando la clase media abarcativa que Argentina tenía, donde el esparcimiento y la fluidez por un libro eran cosas cotidianas. Las industrias funcionaban con trabajadores en blanco, y los comercios también. Había consumidores. Un dato importante: el peso argentino valía y no había masivas fugas de capitales, se invertía. Se construía. Se estudiaba. Se vivía. Esta cronista cree que vivimos con verdades a medias. Ser pobre o dejar de serlo por un peso, lo es. Tener un trabajo precario, también lo es. Si 10 millones de pobres hubieran dejado la pobreza, las villas estarían vacías. Ante este panorama, se puede asegurar que solo bajando la inflación (importante) no se baja la pobreza, no se la reconvierte. Sin plan productivo, imposible. Debe la política toda anoticiarse de que una legión de personas “bordean” la delgada línea que separa al pobre del que no lo es. Lo mismo sucede con la ocupación y la desocupación. Fluctúan, cual Hamlet, entre el “ser o no ser” a tan pobre pertenencia. Justo es decir que a una franja importante de personas-ciudadanos argentinos la motosierra del presidente Milei les llegó hace mucho tiempo, desgarrándole las posibilidades de una vida digna. Los gobiernos –por derecha o por izquierda, generalizando-, desguazaron al Estado, haciéndolo elefantiásico o raquítico, desvirtuando su razón de ser. Este empobrecimiento empobrece a la sociedad y a la democracia, que está asediada en su fortaleza. Pobreza social y pobreza democrática se emparentan en su dolor. Si bien una política como el RIGI es aprovechada para hacer crecer la economía y generar trabajo, esto debiera convencer al Gobierno de que, si genera proyectos que incentiven la producción, hay empresarios ávidos de ser protagonistas. Un ejemplo es lo que pasa en Timbúes (Santa Fe), donde un grupo portuario -Terminales y Servicios SA, de los hermanos Ondarcuhu- vio la oportunidad para concretar una terminal multipropósito de 186 has., cuyo producto final es una Terminal Portuaria Multipropósito Verde. Timbúes está enclavado en el final del máximo calado de la red troncal de la Hidrovía. Los empresarios tomaron la oportunidad que les ofrece el RIGI, sumado a la ordenanza competitiva de Timbúes, más los incentivos provinciales. Prevén un primer desembolso de U$S 298 millones iniciales, aunque se proyecta otro que lo duplique. Cree el grupo inversor que en menos de un año estará operando. Se prevé la contratación de 200/300 trabajadores de la construcción y luego una cifra similar de portuarios. Este grupo integra Servicios Portuarios SA, responsables de las terminales 6 y 7 de Rosario. Se conoció además que invertirán en estas terminales U$S 72 millones en un proyecto de actualización, modernización y dragado de la boca de la dársena. La semana pasada, representantes del gobierno nacional, entre ellos el presidente del BCRA y el titular de ARCA, estuvieron en la Bolsa de Comercio de Rosario, donde mantuvieron una reunión a puertas cerradas con empresarios exportadores. Síntesis de lo que allí les comunicaron: la baja de retenciones al agro se efectuará cuando el Gobierno pueda, no ahora (es decir, en junio vuelven a subir). La prioridad es la baja del DEX y el impuesto al cheque. No habrá devaluación. El norte es bajar la inflación. El modelo funciona con apreciación cambiaria. Creen en el modelo japonés. Creen que bajando la inflación bajará la pobreza, mejorará el ingreso y aumentará la demanda. Finalmente, les dijeron: “Vendan ahora los granos, que aun la rentabilidad y el tipo de cambio da”. Queda claro que no existe ni tienen interés en nada productivo. El modelo Milei es puramente financiero. Una fuente confiable de los sectores exportadores le dijo a Infobae: “Liquidaremos dólares si los productores nos venden soja”. Consultada por este medio, la presidente de la Federación Agraria Argentina, Andrea Sarnari, manifestó: “El productor, cuando termina de levantar la cosecha de soja, vende para pagar insumos, alquiler y para hacer frente a la campaña de trigo. El 50/60% se vende cuando levanta la cosecha”. Al cierre de este análisis, el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, daba inicio a las sesiones ordinarias de la Legislatura, la última que se realizará en esta fecha, dado que una de las reformas de la nueva Constitución prevé el adelanto de la misma. Entre otros conceptos, manifestó que cree en un Estado que resuelva más y hable menos. También subrayó que se puede hacer obra pública sin corrupción, en clara alusión a las excusas que brinda el gobierno de Milei para no hacerlas. Y criticó la antropofagia recaudatoria del gobierno central. Criticó la falta de un proyecto industrial. Elevó la voz a favor del agro diciendo que “el esquema de retenciones no se soporta más”. El ministro de Economía santafesino, Pablo Olivares, viene hablando del federalismo coercitivo y prepara para cuando sean convocados por Nación para discutir la reforma tributaria, previsional y coparticipación, un sistema inverso de esta última que implicaría ir de una coparticipación descendente a una ascendente. Lo explica a Infobae: “Básicamente, nuestro planteo es que las provincias recauden y coparticipen hacia arriba a Nación. Nos evitaríamos el centralismo coercitivo. Sería más equilibrado”. Agregó: “Estamos dispuestos a discutir las políticas impositivas, pero Nación debiera dar el primer paso sobre los ‘peajes’ en la Aduana, esas zonas grises que no alivian los costos de las empresas”.

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