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» Diario Cordoba
Fecha: 01/05/2025 18:47
La jornada festiva que supone el 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, coincide prácticamente siempre con la fiesta de las Cruces de Mayo de Córdoba. Eso provoca que, si el tiempo acompaña, los recintos vivan una intensa jornada donde no faltan ni el rebujito, ni las bolitas de flamenquín, ni, por supuesto, las sevillanas. El día de hoy acompaña, aunque en ocasiones el sol apreta con fuerza, a todos aquellos cordobeses y turistas que disfrutande una fiesta grabada a fuego en el calendario festivo de la ciudad. Anabel y su grupo de amigas de Villa del Río ya tienen como tradición comer en las Cruces al menos uno de los días, y este año tocó el 1 de mayo. «Algunas estamos aquí en Córdoba, otras en el pueblo, otras en Madrid... pero siempre hacemos todo lo posible para juntarnos un día de Cruces», comentaba entre cerveza y jarras de rebujito, y a la espera de que saliera la comida de la cocina de la cruz de la plaza de San Agustín, montada por la hermandad de la Entrada Triunfal. La segunda jornada de las Cruces de Mayo, en imágenes / Manuel Murillo Los grupos de amigos y familias son numerosos en jornadas como la de este jueves, pues el descanso laboral de la mayoría permite juntarse con quien hacía tiempo que no se coincidía. Pero ojo, dependiendo de la cruz se elija el pedir y el comer será más o menos sencillo. Las cruces de barrio, las más alejadas del centro, suelen ser esas donde prima el ambiente familiar, con escenario incluido. En zonas como el Figueroa, el Campo de la Verdad o el bulevar de Hernán Ruiz tomarse la cerveza, el refresco y pedir una de pimientos fritos no era complicado. Sí se concentraba más gente en las cruces céntricas, aunque las ganas de fiesta hacían soportables las colas. Juan y su familia suelen venir todos los años a la cruz que la hermandad de la Buena Muerte monta en la plaza de San Hipólito. «Somos de Alcolea y venimos todos los años a esta cruz, es ya como una tradición», comentaba Juan con su hija pequeña en brazo. «Es verdad que a veces puede haber mucha gente, pero si coges un barrilito así apartado se está lujo», añadía. Un hombre hace pinchitos en la cruz que monta la hermandad del Nazareno, en la plaza del Padre Cristóbal. / A. J. González Frente a la tradición y a la cruz de siempre, estaban los que venían por primera vez a Córdoba y a la fiesta, como era el caso de Pepe y Sara, una pareja de madrileños que aprovecha el puente en la capital para pasar unos días en la ciudad. «Nosotros queríamos venir a los Patios, pero el trabajo no nos dejaba. Así que decidimos venir antes y nos hemos encontrado con las Cruces, y desde luego no nos arrepentimos», señalaba él con su primera jarra de rebujito en la mano. La segunda jornada nocturna de Cruces de Mayo, en imágenes / A.J.González Tardeo y fiesta nocturna Tras un mediodía y un tardeo apoteósicos, la noche transcurrió algo más tranquila que la anterior. El viernes laborable no dejó tanto espacio a la fiesta, aunque aún quedan por delante tres días de Cruces en los que gastar los barriles de cerveza y las jarras de rebujito. De nuevo, las cruces más multitudinarias vuelven a tener un potente control por parte de la Policía Local para garantizar la convivencia. La percepción de los agentes es que en la noche de este jueves hay menos afluencia de visitantes a las cruces y, de momento, no ha habido necesidad de restringir el acceso por exceso de aforo.
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