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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 01/05/2025 10:48
LGante en vivo con Ulises Bueno “Hoy me hice el estudio de orina y sangre. ¿Y saben qué? Cero drogas y sustancias, papá”, escribió L-Gante, el joven nacido como Elián Valenzuela, en su cuenta de Facebook. No fue solo un parte médico, fue una declaración de guerra. En medio de rumores que lo señalaban por consumo de estupefacientes y excesos con el alcohol, el cantante de General Rodríguez respondió con una furia medida, pero certera. El resultado, según él, es categórico: limpio. El posteo no tardó en viralizarse. Miles de interacciones inundaron la publicación con mensajes que iban desde el apoyo fervoroso hasta el escepticismo corrosivo. Pero él no dudó. Redobló la apuesta. “A casa los que hablaban giladas. Quiero ver si ahora los medios dicen eso. Lo único que encontraron es flow”, remataba el mensaje con el filo de quien está cansado de ser juzgado. Hace apenas unos días, el intérprete había revelado estar atravesando problemas cardíacos, gastrointestinales y renales. Su salud, expuesta como nunca, lo puso en una posición incómoda y vulnerable. Los comentarios no tardaron en vincular esos síntomas con un estilo de vida descontrolado. Pero él eligió otro camino: hablar con los resultados de los estudios en mano, hablar desde los números clínicos. En un país donde los ídolos populares son tan adorados como destruidos, Valenzuela eligió hacer pública su verdad. No con un comunicado prolijo ni una entrevista cuidadosamente editada. Lo hizo a su modo: con jerga callejera, desde su cuenta personal, apelando a esa autenticidad que lo convirtió en fenómeno. Después de su mediática y ampliamente difundida relación con Wanda Nara, la narrativa sobre L-Gante se convirtió en un culebrón que saltaba de los programas de chimentos a los partes policiales. Pero ahora, tras esa tormenta, asegura estar enfocado en recuperarse. Y lo cierto es que no se ha alejado por completo de los escenarios. Anoche, ante la sorpresa de todos, el cantante apareció en el Movistar Arena durante el show de Ulises Bueno. Fue un momento breve pero cargado de símbolos. Juntos interpretaron No cambié, una colaboración donde también participa el grupo DesaKTa2. “Wanda”, gritó L-Gante antes de su parte, como en la versión original. El eco de su ex pareja se coló en la noche, lo que de inmediato provocó un estruendo entre el público, asombrado por su presencia. L-Gante no dudó en hablar de su salud y volver a subirse a un escenario “Ando de vago, con amigos que están siempre segundeando. La bruja sabe que yo no soy ningún santo. Y si no cambio, me bajo un cambio”, rapeó con gesto desafiante. La letra, autobiográfica, se sintió como una confesión pública. No fue lo único. En una muestra de versatilidad, L-Gante también presentó una versión cuartetera de Antes que me vaya, tema que compusiera para Wanda y que integra su álbum Celda 4. Allí, bajo la luz tenue del escenario, su voz se volvió una mezcla de nostalgia, despecho y redención. La canción sonó distinta. El cuarteto, género históricamente asociado al desahogo emocional, le dio una textura más íntima. La gente coreaba, algunos bailaban, otros simplemente escuchaban. Y él, en el centro, parecía cerrar un capítulo. La reacción de Wanda Nara y L-Gante mientras se presentaba la versión final del tema con Ulises Bueno El caso de L-Gante es un espejo: refleja tanto el vértigo de la fama como la crudeza de una opinión pública despiadada. Sus exámenes médicos se volvieron argumento de defensa. Sus canciones, refugio y trinchera. Su aparición con Ulises Bueno, un gesto inesperado que dejó claro que aún tiene mucho que decir —y cantar—. Y si algo dejó claro, al menos según lo vivido anoche, es que aún no piensa bajarse del escenario tan fácil. Es que, a pesar de que entiende que debe priorizar su salud, es consciente de que el show debe continuar.
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