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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/04/2025 10:55
Comer de forma equilibrada, mantener un peso adecuado y dejar de fumar son cambios que podrían reducir casos graves relacionados con la salud del corazón (Europa Press) (HealthDay News) - Casi dos tercios de los casos de paro cardiaco podrían prevenirse gestionando los riesgos del estilo de vida, el medio ambiente y la salud personal, señala un estudio reciente. Los investigadores descubrieron que abordar 56 factores de riesgo cotidianos de paro cardíaco repentino (PCS) podría prevenir hasta el 63% de los casos, informaron los investigadores en la revista Canadian Journal of Cardiology. “Nos sorprendió la gran proporción (40 a 63 por ciento) de casos de PCS que podrían prevenirse mejorando los perfiles desfavorables”, señaló en un comunicado de prensa el investigador sénior, Renjie Chen, profesor de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Fudan, en Shanghai. El paro cardiaco ocurre cuando el corazón deja de latir de forma repentina e inesperada, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. Para profundizar en los riesgos de paro cardiaco, los investigadores analizaron los datos de más de 502,000 personas que participaron en el Biobanco del Reino Unido, un estudio de salud a largo plazo en el Reino Unido. De los participantes, 3.147 sufrieron un paro cardiaco súbito durante un seguimiento promedio de casi 14 años. Investigadores identificaron 56 riesgos, como sedentarismo y obesidad, que contribuyen a la alta tasa de casos de paro cardíaco a nivel global (Imagen Ilustrativa Infobae) Los investigadores compararon a las víctimas de paro cardiaco con las personas sanas utilizando un conjunto de 125 factores de riesgo potencialmente modificables que incluían la dieta y el ejercicio, el tabaquismo y la bebida, la depresión y la soledad, la exposición a la contaminación, el empleo y las finanzas, y el exceso de peso y presión arterial. El análisis reveló 56 factores de riesgo que se vincularon fuertemente con un paro cardiaco súbito, incluidos 25 que tuvieron un impacto en el 10 al 17 por ciento de los casos. Estos incluían fumar, hacer ejercicio, el tiempo que se pasaba viendo televisión, la obesidad, el sueño, la dificultad para respirar, la fuerza de agarre de la mano y el nivel educativo. “Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que investigó de forma exhaustiva las asociaciones entre los factores de riesgo modificables no clínicos y la incidencia de un paro cardiaco súbito”, dijo Chen. Los hábitos de estilo de vida tuvieron el mayor impacto en el riesgo de paro cardiaco, y los casos potenciales se redujeron hasta en un 18 por ciento si las personas abordaban problemas como comer bien, hacer ejercicio, fumar y beber, encontraron los investigadores. “El estudio encontró asociaciones significativas entre varios factores modificables y un paro cardiaco repentino, y los cambios en el estilo de vida fueron los más impactantes para prevenir los casos”, señaló en un comunicado de prensa el investigador principal, Huihuan Luo, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Fudan. Abordar factores como presión arterial alta, tabaquismo o distorsiones en el sueño puede salvar vidas En general, los casos de paro cardiaco podrían reducirse entre un 40 y un 63 por ciento si las personas abordaran o resolvieran por completo los factores de riesgo más potentes, concluyeron los investigadores. Los investigadores dijeron que se sorprendieron al descubrir que el tiempo que se pasa en una computadora, un comportamiento sedentario, parecía tener un efecto protector. El estudio dijo que eso podría deberse a la educación superior entre los usuarios de computadoras en lugar de un efecto protector directo. El equipo también identificó factores que podrían reducir el riesgo de paro cardíaco, como un mayor consumo de champán o vino blanco, mantener un estado de ánimo positivo, reducir el exceso de peso, controlar la presión arterial y obtener más educación. “Uno de los hallazgos más intrigantes del estudio es el efecto cardioprotector asociado con el consumo de champán y vino blanco, lo que cuestiona las suposiciones de larga data sobre la especificidad de las propiedades cardioprotectoras del vino tinto”, dijo el autor principal de un editorial acompañante, Nicholas Grubic, estudiante de doctorado en salud pública de la Universidad de Ontario, en Canadá. “La investigación sobre los mecanismos subyacentes sigue sin estar clara, pero estos hallazgos refuerzan la idea de que los beneficios del consumo moderado de alcohol podrían ser más complejos de lo que se suponía anteriormente”, dijo Grubic en un comunicado de prensa. - Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. ofrecen más información sobre el paro cardiaco. FUENTES: Canadian Journal of Cardiology, 29 de abril de 2025; Elsevier, comunicado de prensa, 29 de abril de 2025
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