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» Diario Cordoba
Fecha: 30/04/2025 06:35
¡Vaya, ahora que salgo a hacer unas fotos por el centro, se me va la luz en casa! ¿Me he despistado con algún recibo? ¿Han saltado ‘los plomos’ por un contacto? ¿Hay algún lío con el cambio de comercializadora que hice? Es posible, habrá que verlo. «Tranquilo Juan», me digo. Ya que estoy en el rellano, aprieto el interruptor para comprobar que no funciona, como sospechaba, y que es un problema del bloque, que no es un consuelo. En la entrada, Fernando me dice que el apagón afecta a toda la manzana. Esto no va bien. Pero conforme caminaba manzana tras manzana del Centro, tomando por Cruz Conde hasta la Ribera y vuelta por Alfaros, veía a la gente fuera de las tiendas, oscuras como boca de lobo, y oía los comentarios airados por un apagón que afectaba a toda España y Portugal. No, decididamente la cosa no va bien. Pero habrá que verlo, porque ya hay que poner en duda toda información, ya que al regreso escuchaba que el apagón afectaba a Francia, Italia, Alemania, Holanda... Antes de meterme en casa, en mi bar ‘de guardia’, nunca mejor dicho, me ponen un medio, más por cariño y solidaridad que cumplir con un trabajo difícil de desarrollar sin luz. «Mi hija me ha tenido que llamar desde su trabajo a China y no ha podido, en China también están igual». Me dicen. «¿En China también sin luz? ¡Anda ya!» Pero no digo nada más, porque... ¿Por qué no? Había que verlo. «Lo que demuestra esto es la fragilidad de nuestra sociedad», decía Rafael. En eso sí que no había nada que ver. Es indiscutible. Ya en casa, de donde salí dudando si se trataba de un corte en mi vivienda y volví con medio mundo sin electricidad y en un clima preapocalíptico al que solo faltaban zombis correteando por las calles, encontré una vieja radio y saqué del cajón velas, linternas y pilas. Lo más duro, sobre todo al anochecer, es que era imposible compartir las inquietudes, sobre todo al anochecer. En todo caso, hasta de la información oficial que oía por la radio aplicaba la frase: «Es posible, habrá que verlo». Ahora es el momento de encontrar las causas y de conocer las razones exactas del gran apagón sin que el lenguaje ultratécnico disfrace responsabilidades. Llega el tiempo de resarcir daños, que los hay, y sobre todo de tomar las medidas para que no vuelva a ocurrir. Aunque eso también habrá que verlo. *Periodista
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