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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/04/2025 06:35
Un jurado popular encontró culpable a un pastor evangélico por el abuso sexual de siete jóvenes mujeres en su templo de Lomas de Zamora (Diario Conurbano) Durante dos jornadas de juicio oral, un jurado popular encontró culpable al pastor Pedro Romero, de 66 años, por el abuso sexual de siete mujeres. Los hechos ocurrieron entre 2004 y 2017 en el templo evangélico que lideraba, ubicado en la calle Celina de Minetto, en Villa Centenario del partido bonaerense de Lomas de Zamora. La acusación estuvo a cargo de la fiscal Marcela Dimundo, y el proceso concluyó ayer martes, cuando se conoció el veredicto unánime del jurado. En los próximos días, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 de Lomas de Zamora convocará a una audiencia de cesura en la que se determinarán los pedidos de pena, y será un juez quien defina el monto final de la condena. Según informaron fuentes judiciales al portal Diario Conurbano, la causa se inició en 2022 tras la denuncia de las primeras cuatro víctimas. Luego de que el caso tomara estado público, las otras tres mujeres se presentaron ante la Justicia y aportaron sus propios testimonios. La investigación preliminar estuvo a cargo de la fiscal Marcela Juan, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 16 del mismo distrito. Los delitos imputados a Romero fueron calificados por el jurado, en cinco de los casos, como “abuso sexual gravemente ultrajante por la duración del hecho y por su calidad de ministro de culto”. Por otro de los hechos, se sumó el agravante de “daño psíquico”, mientras que el séptimo fue catalogado como “abuso sexual con acceso carnal”. Fueron clave para la culpabilidad cada uno de los testimonios de las víctimas Las declaraciones de todas las víctimas coincidieron en una serie de patrones de abuso que se repetían a lo largo de los años. El pastor aprovechaba momentos de angustia personal y desequilibrios emocionales de las jóvenes para ejercer presión. En varias ocasiones, amenazó con “maldiciones” o supuestos accidentes si no accedían a sus pedidos. Fue una de las víctimas que relató un caso particularmente grave ocurrido en 2015. Romero se había ganado la confianza de su esposo con el argumento de ayudar a la pareja a concebir un hijo. La mujer declaró que el pastor la citaba a una oficina contigua al templo, siempre fuera de los horarios habituales de culto, con la excusa de realizar un “ritual” para facilitar el embarazo. Allí, según su testimonio, la obligó a desnudarse y la manoseó bajo el pretexto de “activar energías espirituales”. “Gracias a mí y a mis poderes vas a quedar embarazada”, dijo Romero, según consta en el expediente judicial. Tras varios episodios de hostigamiento entre 2015 y 2017, la víctima decidió no volver, momento en el que recibió amenazas por parte del acusado: “No digas nada porque te va a caer una maldición muy grande”, le habría advertido. Una de las denuncias más delicadas involucró a una menor de edad. La víctima señaló que el pastor la convenció de asistir a una “sesión de sanación espiritual” y allí cometió los abusos bajo un discurso de justificación religiosa. Las pericias psicológicas confirmaron el daño emocional producido por los hechos. Un pastor está prófugo por el abuso de su nieta en Merlo Antonio Daniel Villamea, un pastor religioso de la localidad bonaerense de Merlo, se encuentra prófugo de la Justicia luego de que el juez de Garantías Nº2 de Morón, Ricardo Fraga, ordenara su captura nacional e internacional por una sospecha aberrante: está acusado de abusar sexualmente de su nieta en varias oportunidades. Según confirmaron fuentes judiciales a Infobae, el pedido de detención, emitido a fines de febrero, se dio luego de una investigación llevada a cabo por la fiscal María Laura Cristini. La denuncia inicial fue realizada por Daiana, hija del imputado y madre de una de las víctimas, quien decidió actuar tras notar comportamientos extraños en su hija, actualmente de 15 años, quien comenzó a mostrar angustia. Los abusos comenzaron en 2017, cuando la menor tenía menos de 8 años, y se producían mientras quedaba al cuidado de su abuelo. La situación salió a la luz cuando la familia logró mudarse de la vivienda que compartían con Villamea, lo que permitió que la niña pudiera hablar sobre lo sucedido. Fue recién en septiembre del año pasado que se animó a contar su calvario.
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