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» Rafaela Noticias
Fecha: 29/04/2025 08:03
Asesinato de Julio Funes: para la Fiscalía existen "indicios serios" de culpabilidad, para la defensa "no hay pruebas contundentes" Por Redacción Rafaela Noticias Sobre el asesinato de Julio Funes, de 70 años, ocurrido en marzo de 2020 en una vivienda de calle Soldano al 1370, barrio Fasoli, no existen testigos presenciales, lo que complejiza la causa. Por ello, el fiscal del caso, Dr. Martín Castellano, d ebió reunir “indicios serios, graves y que resulten concordantes con pruebas directas o de conducción indirecta” para determinar la autoría del hecho . Así lo sostuvo el propio Castellano durante su alocución en los alegatos finales, realizados este lunes a través de la plataforma Zoom durante más de cinco horas. La audiencia fue seguida por el Tribunal Pluripersonal integrado por el juez José Luis Estévez y los conjueces Sergio Beceyro y Cecilia Álamo. También estuvieron presentes los acusados Iván Belizán y su hermana Marianela Pairetti, acompañados por sus defensoras públicas, las doctoras Amalia Cassina y Georgina Alasia, respectivamente. Durante su exposición, el fiscal calificó como de “marcada agresividad rayana en lo salvaje” la conducta atribuida a los imputados. Relató que Belizán y Pairetti se presentaron en la vivienda de Funes el 29 de marzo del 2020, llevando guantes de látex, y trasladaron el cuerpo —ya sin vida— desde la casa hacia un galpón, donde lo prendieron fuego rociando el lugar con un líquido inflamable. De acuerdo al fiscal, Funes había sido asesinado varios días antes. Vecinos declararon que desde la vivienda emanaban fuertes olores putrefactos. Castellano sostuvo que Belizán había sido el autor del homicidio, golpeando a Funes en la nuca con un palo, y luego atando sus manos y pies con cables. Según el Ministerio Público de la Acusación, los imputados idearon un "macabro y sólido plan" con el fin de quedarse con las pertenencias de la víctima, incluida su casa. En los días posteriores al crimen, y según testimonios recabados en el debate, los acusados comenzaron a retirar elementos del domicilio y afirmaban ante los vecinos que Funes se había ido a Córdoba a visitar familiares, dejándolos a cargo de la propiedad. Antes del desenlace fatal, Funes había establecido un vínculo afectivo con Pairetti, a quien luego intentó desalojar, sin éxito, recurriendo a ayuda municipal. Belizán, por su parte, también frecuentaba la vivienda y, de acuerdo a Castellano, se instaló en ella. Durante la audiencia, la prima de la víctima brindó una declaración de impacto donde manifestó: “Deseo que se haga justicia, que caigan los culpables de quienes provocaron la muerte de mi primo. Estoy segura de que son los acusados. Le fue quitada de forma violenta su vida; en sus manos está hacer justicia para que estas cosas no vuelvan a ocurrir”. Respecto a la calificación legal, el fiscal acusó a Iván Belizán de homicidio doloso simple, agravada su situación por un segundo delito que se debatió en el juicio: abuso sexual con acceso carnal contra una menor de 13 años, su sobrina —hija de Pairetti—, quien también prestó declaración de impacto: “Hasta el día de hoy vivo con miedo. Pido justicia. Decidí hablar para que no haya otra más”. Por ambos delitos, Castellano solicitó una condena de 40 años de prisión efectiva para Belizán, apenas cuatro años menos que el máximo previsto legalmente (44 años). Para Marianela Pairetti, en tanto, pidió 9 años de prisión como partícipe necesaria del homicidio. El fiscal reclamó al Tribunal que realice una “visión de conjunto” de las pruebas, recordando la inexistencia de testigos presenciales. Entre los elementos mencionó: testimonios de vecinos que ubicaban a los imputados en la vivienda los días previos al incendio, la excusa del supuesto viaje de Funes, la sustracción de pertenencias, olores nauseabundos denunciados por los vecinos, registros de cámaras de seguridad que mostraron a Belizán y Pairetti llegando el día del incendio, el hallazgo de un palo quemado presuntamente utilizado en el crimen, guantes de látex en la escena, restos de un bidón con olor a líquido inflamable, y una confesión del crimen atribuida a Belizán ante familiares, entre otros. Por su parte, las defensoras solicitaron la absolución de ambos imputados. La Dra. Cassina cuestionó la validez de los testimonios, señalando que “es el comentario, del comentario, del comentario” y que los testigos se basaron más en rumores barriales que en observaciones directas. “Muy pocos vinieron a contar lo que realmente vieron. Por eso, la prueba de la Fiscalía no tiene el grado de certeza necesario para una condena”, afirmó Cassina. Y agregó: "No se produjo prueba contundente en el juicio" Incluso puso en duda que el cuerpo hallado el 29 de marzo haya sido efectivamente el de Julio Funes, alegando que no se practicó una pericia concluyente y que el estado de carbonización impedía su identificación. Asimismo, deslindó de responsabilidad a Belizán, argumentando que no frecuentaba la casa y que, por su contextura física, sería improbable que haya cometido el crimen. Además, insinuó que Pairetti podría haber tenido un móvil concreto para el homicidio: quedarse con la vivienda. La Dra. Alasia, defensora de Pairetti, sostuvo que su clienta era una “víctima de violencia de género”, manipulada por su hermano Belizán. Se opuso a que se la considere partícipe secundaria del homicidio y afirmó que “estar en compañía no constituye participación". Argumentó también que, incluso si su defendida colaboró en quemar el cuerpo, el homicidio ya estaba consumado y que ese hecho no configura delito. Ambas defensoras hicieron hincapié en la ausencia de testigos presenciales directos. En relación al abuso sexual, Cassina puso en duda el testimonio de la víctima, destacando contradicciones entre su denuncia inicial y su declaración en el juicio. Sobre el pedido de pena de 40 años para Belizán, la defensora lo calificó como "excesivo", opinión que compartió la Dra. Alasia respecto de los 9 años solicitados para Pairetti: "Es un año más que un homicidio simple, cuando solamente estuvo como compañía", manifestó. Con exposiciones extensas y numerosos contrapuntos entre las partes, tras más de cinco horas concluyeron los alegatos. Ahora, la definición está en manos del Tribunal, que deberá dictar su veredicto de absolución o condena, y eventualmente la pena, el miércoles.
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