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Valle María » Vallemarianoticias
Fecha: 29/04/2025 12:12
La necesidad de fondos llevó al intendente de Córdoba Capital a concretar una profunda reestructuración para acordar con Llaryora. Daniel Passerini pidió la renuncia a todo su gabinete, desde secretarios hasta directores generales, una total de 580 funcionarios. La decisión se desencadenó por la grave crisis financiera que enfrenta la municipalidad de Córdoba Capital, golpeada por la deuda heredada, la fuerte baja de la recaudación, la caída total de subsidios nacionales al transporte y el aumento de la demanda social y de salud pública por la crisis. Passerini había quedado debilitado la semana pasada cuando se conoció que el ministro de Finanzas de la Provincia, Guillermo Acosta, enviaría un funcionario a controlar la caja de la Municipalidad, como resguardo del fondeo que se disponía a concretar el gobernador Martín Llaryora. Ahora, el intendente busca recuperar la iniciativa con el rearmado del gabinete, jugada que en principio dejaría a una importante cantidad de funcionarios sin trabajo. Guillermo Pizarro, número dos de Finanzas en la Municipalidad, sería reemplazado por Matías Vicente, de la estructura de Guillermo Acosta, el ministro de Llaryora. En el entorno del intendente niegan una intervención y afirman que el cambio fue consensuado en una reunión entre Acosta y Sergio Lorenzati, el responsable de los números la capital cordobesa. Como sea, Acosta ocupa un lugar privilegiado en la mesa chica de Llaryora. Un dirigente muy cercano a Passerini afirmó que “no hubo ninguna intervención de Llaryora” a la Municipalidad. No es un secreto que el gobernador y su sucesor en la intendencia de Córdoba, arrastraban diferencias desde el año pasado. Como sea, ahora en el entorno de Passerini afirman que se trata de una “reestructuración que dejará al intendente con mayor poder de decisión propia”. Los llaryoristas, en cambio, ven un “manotazo” ante la “intervención de Acosta dispuesta por el gobernador”. Las próximas semanas serán claves para saber cuál de las dos visiones es la real. Los llaryoristas temen que haya un “vacío de poder” y que los gremios del Suoem (municipales) y Surrbac (recolectores) recuperen posiciones de las que habían sido desplazados durante el mandato de Llaryora en la Municipalidad, que aprovechó la pandemia para poner en caja a los gremios que históricamente habían controlado la Municipalidad. En el entorno de Passerini admiten que algunos dirigente peronistas intentan “horadar la gestión” y meter una cuña en la sociedad Llaryora-Passerini. “Se está reconfigurando un equipo de trabajo que mostrará la consolidación del acuerdo y dejará en claro que no hay ningún salvataje de la Provincia”, afirman cerca del intendente. No es la visión que tienen los llaryoristas, que ven en la forma “concentrada de administrar” del intendente un estilo que “entorpece” la gestión. “Por supervivencia política, Llaryora necesita que a Passerini le vaya bien”, dicen los llaryositas, que recuerdan cada vez que pueden que el intendente capitalino, a diferencia del gobernador, no tiene reelección. La Política On Line
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