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» Impactocorrientes
Fecha: 27/04/2025 20:22
El FMI dejó al desnudo el temor de los inversores: pidió que el modelo económico sea respaldado en las urnas En Washington hubo elogios para Argentina de los organismos, el Tesoro de EEUU y los grandes bancos de inversión. Pero la euforia tiene techo: el resultado del Gobierno en las elecciones legislativas. Compartir en Facebook Compartir en Twitter El Gobierno retomó la iniciativa en el arranque del segundo trimestre. Puso en marcha el sistema de bandas cambiarias, eliminó el cepo para las personas y flexibilizó el acceso al dólar para los nuevos flujos que ingresen las empresas, con obligación de permanencia por 180 días. El resultado fue incluso mejor al esperado, con un tipo de cambio oficial que se mantiene por debajo de los $1.200, un 12% por debajo de las cotizaciones financieras antes de las medidas. La inflación también aflojó en las dos últimas semanas, al quedar claro que el dólar no se va a disparar. El escenario más probable es que vuelva a dar levemente arriba del 3%, pero con tendencia a la baja. Ahora las miradas apuntan a mayo, mes de baja estacionalidad en materia de precios. La inflación de ese mes podría ser cercana al 2%, con alguna chance baja incluso de que lo perfore. Luego de un primer trimestre errático, los indicadores parecen acomodarse. Las reservas subieron fuerte por los desembolsos del FMI y el Banco Mundial, llegando a los USD 39.000 millones. El dólar se acomodó a la baja y lo mismo ocurrirá con la inflación. En los próximos meses esto debería también repercutir en una mejora de los ingresos que permita reactivar más rápido a la economía. En ese sentido, Esteban Domecq, director de Invecq Consultora, explicó que la recuperación en “V” de la economía no llega a graficar del todo bien cómo se está dando el rebote: “Hay sectores que nunca cayeron, como el energético, la minería o el real estate. Y hay otros que todavía no logran repuntar, como la construcción o el consumo masivo. En el medio, están los bienes durables que consolidan la mejora a partir de un tipo de cambio más estable y la reaparición del crédito”. Elogios y superávit Luis Caputo y su equipo recibieron todo tipo de elogios por la marcha del plan económico. Argentina será este año uno de los países con mayor repunte de actividad (el FMI estimó 5,5% contra solo 2% de Brasil, por ejemplo) y entre los pocos que tendrá superávit fiscal. Pero sobre todo hay mucha expectativa por la “normalización” de la economía y la liberación de restricciones cambiarias. Incluso el secretario del Tesoro americano, Scott Bessent, adelantó que EEUU está dispuesto a poner a disposición de la Argentina una línea crediticia en caso de ser necesario. También elogió el préstamo del FMI: “En el caso de la Argentina es justificado que lo reciba, pero quizás no lo sea tanto en la situación de otros países”, explicó. Pero también hubo un baño de realidad, que llegó de parte de Kristalina Georgieva. En una conferencia habló sobre las grandes oportunidades de la Argentina, pero también hizo referencia a los riesgos. Y allí se despachó, al considerar como muy importante que “las elecciones confirmen el rumbo elegido y que el país no descarrile”. La titular del FMI expresó en buena medida lo que los mercados empezaron a mirar con detenimiento luego del acuerdo con el organismo. La inquietud es siempre la misma: que al Gobierno le pase lo mismo que a Mauricio Macri, que parecía que se quedaba por ocho años pero al final volvió el kirchnerismo. Este recuerdo está todavía fresco en la memoria, fue hace solo seis años y la caída de los activos generó millonarias pérdidas a bancos y fondos de inversión. La respuesta del equipo económico ya es conocida: “Esta vez será diferente, nunca tuvimos una situación como la actual”, dice Caputo, una y otra vez. Por lo pronto, es cierto que hay muchas diferencias respecto a la experiencia macrista. Quizás la más importante es que a casi un año y medio de haber llegado al poder el gobierno no logró conseguir acceso a los mercados. Y ello pese a conseguir superávit fiscal desde el primer mes de gestión. Con Macri paso exactamente al revés: nunca logró equilibrio en las cuentas públicas, pero logró financiamiento desde el primer día por un total de casi USD 50.000 millones a lo largo de dos años y medio. Aquel final ya es conocido. Por eso, ahora la gran preocupación del gobierno es lograr un resultado electoral favorable. El interés de los inversores por las elecciones legislativas quedó al desnudo durante la presentación que realizó Alejandro Catterberg, director de Poliarquía, en un evento organizado por el J.P.Morgan en Washington. Es el mismo en donde habló Bessentt y el propio Caputo. El día después El politógo recibió decenas de preguntas sobre el “día después” de las elecciones legislativas. Las miradas apuntan en particular a la provincia de Buenos Aires. No es casualidad que Javier Milei considerara la semana pasada como muy factible una alianza entre libertarios y el PRO, aún luego de las críticas de Mauricio Macri. Dado el gran interés que el mercado tiene en relación a las inversiones, parece razonable que el equipo económico apueste en los próximos meses a un claro objetivo, que es bajar aún más la inflación. El esquema de flotación con bandas cambiarias va en esa dirección: se puso un piso bastante bajo y la decisión oficial es que el Banco Central no intervenga hasta que la cotización dólar caiga hasta los 1.000 pesos. La expectativa de una mayor caída del tipo de cambio es importante para retomar el proceso de desinflación en los próximos meses. Se trata de un factor clave para lograr un resultado electoral lo más contundente posible. Parece difícil que los bonos argentinos tengan mucho más fuerte rally en la previa electoral. Lo mismo podría decirse del ingreso de capitales, en especial de largo plazo. Son pocos los que arriesgarán a tomar este tipo de decisiones sin mayores certezas políticas. La derrota de Macri en las PASO a manos de Alberto Fernández provocó un derrumbe récord en los precios de los activos, que costó más de cinco remontar o al menos volver a la carga. Por eso la apuesta por el mercado argentino conlleva sus riesgos. Si sale bien, el espacio para una suba de las cotizaciones es significativo. Pero el peligro de un regreso a políticas populistas tendría un impacto enorme sobre los activos, tanto o más que lo ocurrido en 2019. Por eso, la mayoría prefiere la cautela mientras no haya certezas del resultado de las políticas que viene llevando adelante Milei. Por Pablo Wende
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