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Paraná » Entreriosactual
Fecha: 26/04/2025 18:20
Cómo distinguir las grasas buenas de las malas y en qué alimentos se encuentran. Beneficios de practicar Running y una buena alimentación Durante años, la palabra “grasa” estuvo asociada al aumento de peso, el colesterol alto y las enfermedades cardíacas. Sin embargo, la ciencia nutricional actual permite diferenciar entre distintos tipos de grasas, algunas de las cuales son fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo. Las grasas insaturadas —tanto monoinsaturadas como poliinsaturadas— son consideradas beneficiosas por numerosos estudios. Estas grasas pueden reducir el colesterol LDL (el “malo”), mejorar el HDL (el “bueno”), disminuir la disfunción y favorecer el rendimiento cognitivo. Se encuentran en alimentos como: – Aceite de oliva extra virgen – Frutos secos como nueces y almendras – Semillas (chía, lino, girasol) – Pescados grasos (atún, salmón, sardinas) – Palta Además de ser una fuente de energía eficiente, las grasas saludables permiten absorber vitaminas liposolubles (A, D, E y K) y forman parte de las membranas celulares. Las grasas trans —presentes en alimentos procesados, productos de panadería industrial, margarinas y frituras— se vinculan a un aumento del colesterol LDL, disminución del HDL y mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. En cuanto a las grasas saturadas, presentes en carnes rojas, fiambres, productos de pastelería, manteca y quesos enteros, la recomendación general es moderar su consumo. La Organización Mundial de la Salud sugiere que no superen el 10% de las calorías diarias. Limitar estas grasas no implica eliminarlas por completo, sino reemplazarlas por opciones más saludables siempre que sea posible. Correr cambia el cuerpo, pero también el cerebro: la ciencia ya no duda sobre los beneficios del running Correr genera una respuesta química en el cerebro que va más allá del esfuerzo físico. Esa sensación de euforia que muchos describen —el famoso runner’s high— está relacionada con la liberación de endorfinas y endocannabinoides, compuestos naturales que alivian el dolor y generan bienestar emocional. En paralelo, un estudio publicado en la revista Nature en abril de 2025 mostró que correr de forma sostenida mejora funciones cognitivas clave como la atención y la memoria de trabajo, incluso en personas sin entrenamiento previo. La investigación documentó cambios cerebrales positivos en adultos sedentarios que empezaron a correr tres veces por semana. Correr con regularidad ayuda a mejorar el sueño, aliviar cuadros de depresión leve, reducir la presión arterial y reforzar la autoestima. Las personas que corren desarrollan mayor resiliencia frente al estrés y una mejor percepción de sí mismas. El mensaje que dejan estas investigaciones es claro: correr no es solo moverse, es cuidar el cerebro, mejorar el ánimo y reconectar con uno mismo.
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