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» Diario Cordoba
Fecha: 26/04/2025 05:14
Empática y camaleónica. Capaz de encarar aventuras haciéndole un guiño al riesgo y dando un paso más para descubrir (se) en papeles distintos, en versiones nuevas de una mujer que sigue siendo la niña que a los cinco años pasó del ballet a la gimnasia rítmica de la mano de su madre. Ya fuera casualidad o destino, lo cierto es que se convirtió en la primera mujer nacida en Córdoba -cuatro años más tarde la logró en Tokio la tiradora baenense Fátima Gálvez- que logró una medalla en unos Juegos Olímpicos. Lourdes Mohedano Sánchez de Mora (Peñarroya-Pueblonuevo, 1995) forma parte del deporte español. Pero su historia no es solo la de aquel memorable episodio en los Juegos de Río de Janeiro en 2016. Hubo un antes, hay un ahora y habrá un mañana impredecible. Porque con Lourdes no hay límites. Adorna cada desafío con esa impronta típica de las gimnastas, que nunca pierden la expresión ilusionada y el porte regio. Lourdes sigue explorando coreografías vitales para llegar al movimiento perfecto. ¿Qué hizo? El 21 de agosto de 2016, todo un país se emocionaba con las lágrimas de un puñado de jóvenes que devolvió a España a un podio olímpico después de veinte años. La selección nacional de gimnasia rítmica hizo historia en los Juegos de Río de Janeiro. En ella estaba una cordobesa, Lourdes Mohedano, una chica de Peñarroya-Pueblonuevo que para entonces ya era un ídolo en el deporte provincial. Su extraordinaria trayectoria llegó a su punto más alto en Brasil, donde su nombre centelleó como nunca en la escena mediática que suponen las Olimpiadas. Llegada a Madrid del equipo de gimnasia rítmica, medalla de plata en los Juegos de Río 2016. / Efe El conjunto español formado por Lourdes Mohedano, Sandra Aguilar, Artemi Gavezou, Elena López y Alejandra Quereda conquistó la medalla de plata en los Juegos de Río 2016. Después de realizar un ejercicio casi perfecto, solo quedaron por detrás del equipo de Rusia, dominador absoluto, y empataron a puntos con las gimnastas de Bulgaria, que fueron medalla de bronce. El logro desató la locura. España no subía al podio en gimnasia rítmica desde 1996. Y Lourdes Mohedano, con 21 años, se convertía en la primera mujer cordobesa en colgarse al cuello un metal olímpico. La plata de los Juegos derivó en una catarata de reconocimientos y actos sociales en todos los puntos del país. En Córdoba recibió un excitante homenaje popular en el Palacio Municipal de Deportes Vista Alegre -donde comenzó su trayectoria deportiva en las filas del Club Liceo- y en su localidad natal, Peñarroya, se bautizó el pabellón municipal con su nombre. ¿Y después, qué? Después de la explosión llegó la hora de replantearse todo. Para una chica joven, con rutinas muy marcadas desde su infancia, no resultó fácil. Había tocado el cielo como deportista. Salió de la competición de élite pero no dejó de lado la gimnasia. Los campus y masterclass llenaron una agenda diaria en la que también encontraron un lugar actividades como sus estudios de Interpretación y los compromisos publicitarios. Intervino con sus compañeras de selección en los spots navideños de las burbujas Freixenet y se convirtió en uno de los rostros más buscados por distintas marcas comerciales para promocionar sus productos. El mundo de la interpretación, la imagen y la publicidad siempre ejercieron un atractivo especial para Lourdes Mohedano, que se formó para construir su vída en torno a nuevos ejes. Apenas año y medio después de su medalla olímpica, la cordobesa sorprendió cambiando las coreografías sobre el tapiz por el desfile con paso enérgico por las pasarelas. Debutó en 2018 como modelo en la Mercedes-Benz Fashion Week presentando creaciones del diseñador Ulises Mérida. En aquel escenario despuntaba también otro paisano de Lourdes, el cordobés de Posadas Palomo Spain. El giro era frenético. Tres años en la escuela de actores de Juan Codina en Madrid la llevaron a rodar su primer corto bajo la dirección de Alberto Pons, Osito, junto al actor Carlos Iglesias. Una bolsa de hielo sobre un corazón vacío, del director Eduardo Mayo, y Atlántida o cómo desaparecer, de Alberto Conejero, han sido sus incursiones en el teatro. Lourdes Mohedano en el desfile de Ulises Mérida en 2018, su estreno en las pasarelas. / Efe Su presencia como presentadora en distintos actos ha sido constante en los últimos años. Habitual en la Gala del Deporte Cordobés, también ha intervenido en otras como las de LaLiga y el COE, además de en jornadas para jóvenes -Proyecto Mentor- y foros más allá de la temática deportiva, como campañas contra el bullying o para promover el uso sano de las redes sociales. Con un expediente cargado de anotaciones de rango -es Medalla de Andalucía, plata de la Real Orden de Mérito Deportivo del CSD, medalla de oro e hija predilecta de Peñarroya-Pueblonuevo y plata de la ciudad de Córdoba-, Lourdes Mohedano busca horizontes distintos desde Madrid, donde reside desde aquellos tiempos de adolescencia en la residencia Blume. Sigue con el mismo brillo en los ojos, pero con otra mirada. Más madura, siempre inconformista. «Actriz, gimnasta olímpica y más». Así se define a sí misma en su perfil de Instagram. ¿Y qué más? No quiten los ojos de la pantalla. Suscríbete para seguir leyendo
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