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  • La Búsqueda de Belleza en Corea del Sur: Un Viaje de Autoaceptación y Presión Social

    Federal » El Federaense

    Fecha: 25/04/2025 05:48

    La llegada a Corea del Sur siempre ha sido un viaje cargado de ansiedades sobre mi apariencia. Desde mi primer viaje, a la edad de 14 años, las expectativas familiares y sociales sobre la belleza han pesado en mi mente. Era habitual que mis padres me ofrecieran como regalo de graduación una cirugía de párpado doble, un procedimiento que se realiza anualmente en Seúl más de 200,000 veces. En una cultura donde las recompensas para los estudiantes destacados suelen incluir tratamientos estéticos, la presión por ajustarse a ciertos estándares estéticos fue, y sigue siendo, palpable. A pesar de haber rechazado la oferta en ese entonces, a los 31 años, mis perspectivas han cambiado. La edad, junto con la constante exposición a modelos de belleza en la televisión y redes sociales, ha empezado a erosionar mi resistencia. Incluso en una encuesta sobre contratación en Corea, casi la mitad de los gerentes de empresas admiten que toman decisiones en base a la apariencia de los candidatos. Hoy en día, la cirugía estética no es solo común; es casi un rito de pasaje. Un giro inesperado en Seúl Mi más reciente visita a Seúl comenzó como un viaje de cuidado personal. En las tiendas de belleza, descubrí productos que prometían mejorar la salud de mi piel. Esto despertó en mí un interés por tratamientos más serios, tales como el Botox o inyecciones de ácido hialurónico. Esos tratamientos, considerados no permanentes, fueron alentados por amigos y familiares, presentándose como una opción válida y asequible. El momento de la verdad en la clínica Tras buscar “cirugía plástica en Seúl”, toda esa curiosidad me llevó a una clínica en Gangnam, donde la cantidad de instalaciones proliferan rápidamente. Al ingresar, fui recibida por una recepción brillante que vibraba a ritmo de imágenes llamativas. A pesar de mis dudas, me sentí como parte de un ritual compartido. Sin embargo, pronto me encontré con una escena escalofriante: una mujer de edad avanzada y con su rostro vendado me hizo dudar de mis decisiones. Mientras observaba a otros pacientes, noté que todos parecían habituados a ese ambiente. Corea del Sur se posiciona como líder mundial en cirugía plástica con cifras que dejan boquiabierto: 8.9 procedimientos por cada 1,000 personas en comparación con 5.9 en EE. UU. La normalización de estos actos quirúrgicos no podía ser más evidente. Estadísticas de Cirugía Plástica Corea del Sur Estados Unidos Procedimientos por 1,000 personas 8.9 5.9 Mi consulta fue una experiencia profundamente reveladora. Aquí estaba, enfrentándome a una evaluación rigurosa de mis rasgos. Un cirujano me comentó que mis ojos lucían cansados y pequeños, mi nariz era demasiado plana y mi barbilla demasiado robusta. Fue un shock directo que me llevó a cuestionar mi propia naturaleza. La influencia del K-face El modelo de belleza moderno, conocido como K-face, está definido por un conjunto de características que se han popularizado en la cultura pop surcoreana: un rostro en forma de V, ojos brillantes, piel sin imperfecciones y rasgos simétricos. Sin embargo, este ideal es dinámico, alterándose con las tendencias de K-pop y K-drama, reforzando la idea de que la búsqueda de ser perfecta es tanto una lucha constante como un trago amargo. Las celebridades como Jennie de Blackpink son vistas como las portadoras del look ideal, marcador que ha creado un ciclo donde la influencia social se mezcla con la presión por alcanzar un estándar experimentado por millones de mujeres en el mundo. Los retos psicológicos de la estética moderna A medida que mi visita continuaba, sentía que la búsqueda de la perfección era un ciclo interminable. Más tarde, durante mi consulta, una consultora me presionó suavemente a considerar modificar varios rasgos, argumentando que cada cambio implicaría otro, confirmando que el camino hacia el aplauso estético sería primero una lista de correcciones interminable. Mientras discutía sobre cómo mejorar mi nariz, mis inseguridades se transformaron en una alternancia de espera y duda. El deseo de encajar y ser aceptada se convertía en una trampa, enfatizando cómo la belleza identificada por los medios moldeaba nuestras percepciones de nosotras mismas. Caminando hacia la decisión Antes de terminar mi consulta, la asesora me recordó que tardar mucho en decidir podría agravar mis inseguridades. Con el aumento de la edad, el cuerpo tarda más en adaptarse a las modificaciones. En ese instante, me sentí menos una cliente y más un producto a la venta. Como concluyó una observadora de tendencias: “Al presentar constantemente ejemplos de un estándar de belleza coreano, los medios han impulsado un régimen de apariencia que las personas terminan imponiéndose a sí mismas”. Así es como se sostiene la demanda del movimiento estético en Corea. En última instancia, mi experiencia en Corea del Sur reafirma la belleza como una carga compleja; uno debe encontrar el equilibrio entre lo que se espera y lo que realmente se siente como auténtico.

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