25/04/2025 09:12
25/04/2025 09:12
25/04/2025 09:12
25/04/2025 09:12
25/04/2025 09:12
25/04/2025 09:12
25/04/2025 09:11
25/04/2025 09:11
25/04/2025 09:10
25/04/2025 09:10
Federal » El Federaense
Fecha: 25/04/2025 00:55
En una escena emblemática, la figura de Osvaldo Bayer observaba desde el más allá el evento inaugural de la Feria del Libro en La Rural, mientras funcionarios del gobierno hacían sus intervenciones. Esto se dio en un contexto en el que el secretario de Cultura de la Nación, Leonardo Cifelli, había sido señalado por la reciente demolición del monumento en honor a Bayer en Santa Cruz, tras una masiva movilización en recuerdo del Día de la Memoria. Este acto no fue solo una apertura a una nueva edición de la feria, sino un clamor por la memoria y la justicia. Las inauguraciones de la feria no son solo eventos culturales, sino actos profundamente políticos. En esta edición, donde Riad, capital de Arabia Saudita, ocupa el puesto de ciudad invitada, escritores decidieron levantar la voz en un gesto simbólico que busca construir memoria histórica. Durante su discurso, Juan Sasturain ofreció un elogio del libro, provocando reflexiones sobre el estado actual de la literatura y la cultura argentina. Hizo referencia a figuras como Roberto Fontanarrosa y Héctor Oesterheld, afirmando que no ven el acto de leer como una mera casualidad comercial, sino como un acto de resistencia intelectual. La industria editorial y el apoyo gubernamental El actual presidente de la Fundación El Libro, Christian Rainone, quien asumió en diciembre, aseguró que su objetivo es posicionar a la feria como un espacio que combine tradición e innovación. Esto viene acompañado de un reclamo recurrente en el sector: la necesidad de implementar medidas que faciliten el recupero del Impuesto al Valor Agregado para librerías, lo que constitiría un alivio para las editoriales, quienes han mantenido los precios de los libros relativamente estables frente a la inflación. Por su parte, Cifelli, en un intento por despolitizar el evento, fue abuchado por la mayoría de los asistentes, aunque algunos pocos aplaudían. Su discurso, que aseguraba que el actual gobierno promueve una cultura libre, fue recibido con incredulidad y rechazo. Los ecos de “¡Caradura!” resonaron entre los presentes, evidenciando la tensión entre el público y el representante gubernamental. Reflexiones sobre la vergüenza y el futuro cultural Ante esta atmósfera, el jefe de gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, también se pronunció, resaltando la complejidad que enfrenta la industria editorial. Anunció la creación de una Bienal de Historietas y un Festival de la Luz, y subrayó que un libro adquiere su verdadero valor cuando es leído. Las palabras de Macri intentaron contrastar con el clima de confrontación. En un giro emocionante, Sasturain cerró el acto con una profunda reflexión sobre la vergüenza y la esperanza. Mientras tanto, un grupo de escritores, incluyendo nombres destacados como Liliana Heker y Claudia Piñeiro, levantaron una réplica del monumento de Bayer, simbolizando una resistencia cultural. “Esto es un homenaje a un autor fundamental, un acto político para reivindicar lo que el gobierno intenta desmantelar”, comentó Piñeiro al respecto. De esta manera, la Feria del Libro no solo se erige como un espacio de encuentro literario, sino como un escenario en el que se confrontan memorias y políticas culturales, recordándonos que la literatura es, ante todo, una herramienta de lucha y resistencia.
Ver noticia original