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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/04/2025 10:56
Los sorprendentes descubrimientos en yacimientos St Bathans están transformando la comprensión de la biodiversidad de invertebrados antiguos en el Pacífico (Imagen Ilustrativa Infobae) En el sur de Nueva Zelanda, recientes investigaciones revelaron la existencia de cangrejos de río prehistóricos que alcanzaban tamaños impactantes de hasta 25 centímetros, superando en más del triple a las especies actuales. Esta revelación, liderada por paleontólogos de las universidades de Flinders y Canterbury, proporciona una nueva perspectiva sobre la fauna extinta de la región y reescribe aspectos cruciales de su historia ecológica. Según Muy Interesante, este descubrimiento es particularmente relevante, ya que los crustáceos habían permanecido ocultos para la ciencia hasta ahora. Técnicas de descubrimiento El proceso no se basó en el hallazgo de caparazones completos, sino en diminutos fragmentos de mandíbulas, cada uno de tan solo unos milímetros, extraídos de sedimentos del yacimiento de St Bathans. Estos fragmentos presentaban una cresta molar recubierta por apatita, un material escasamente visto en estas dimensiones, que logró resistir el paso de millones de años. La particular composición mineralizada de estas mandíbulas permitió a los científicos, mediante técnicas cuidadosas de extracción y análisis, desenterrar estos testimonios ocultos del pasado. Los pequeños fragmentos de mandíbulas, esenciales para desentrañar la existencia de crustáceos prehistóricos, demuestran cómo minúsculas estructuras pueden ofrecer pistas significativas sobre especies de gran tamaño (Worthy, T. H.) Implicaciones en la biodiversidad El análisis de los fragmentos mandibulares reveló la coexistencia de al menos tres especies diferentes de cangrejos de río, lo que indica una diversidad acuática mucho mayor en el Mioceno en comparación con la situación actual en Nueva Zelanda, donde predominan solamente dos especies del género Paranephrops. El medio destaca que este descubrimiento abre una ventana fascinante hacia el pasado, ofreciendo una nueva comprensión de los ecosistemas de agua dulce de la época. Ecosistema del Mioceno Durante el Mioceno, los lagos donde habitaron estos cangrejos también albergaban una variedad de vida acuática, incluidos peces similares a las truchas, cocodrilos de agua dulce y aves buceadoras. Muy Interesante detalla cómo estos crustáceos gigantes probablemente desempeñaron un papel fundamental en la cadena alimentaria, siendo tanto presa como reguladores del fondo lacustre, de manera similar a como lo hacen sus descendientes hoy en día. El ecosistema acuático del Mioceno en Nueva Zelanda revela una complejidad biológica única, mostrando cómo las especies convivían en un entorno rico en diversidad (Imagen Ilustrativa Infobae) Importancia del hallazgo de “Yabbie Buttons” Otra revelación significativa fue la identificación de “yabbie buttons” en la región. Estas estructuras calcificadas, que se desarrollan en el estómago de los cangrejos para el almacenamiento de calcio y regeneración del caparazón, fueron detectadas por primera vez en Nueva Zelanda. Anteriormente, se confundían con dientes fósiles de peces, un error que las iniciativas paleontológicas actuales lograron corregir. Este avance además de aportar claridad a colecciones paleontológicas globales, donde podrían existir muchas “yabbie buttons” mal clasificadas, redefine las búsquedas de muestras de especies similares en otros continentes. El esmalte fosilizado presente en los fragmentos de mandíbulas parastácidas proporciona una valiosa mirada a los hábitos alimenticios y adaptaciones de estos crustáceos antiguos (Worthy, T. H.) Valor y relevancia de la investigación Muy Interesante enfatiza que, en un ámbito paleontológico donde los dinosaurios colosales y los mamíferos gigantes suelen llevarse toda la atención, estos descubrimientos subrayan que incluso los detalles más pequeños pueden ofrecer revelaciones significativas. Los fragmentos fosilizados de estas mandíbulas representan material tangible de un linaje antiguo y un ecosistema perdido que ahora se conoce mejor gracias a estos sutiles rastros del pasado. Futuro de las investigaciones Estos hallazgos son prueba de que todavía queda mucho por descubrir en los registros fósiles de Nueva Zelanda. La historia biológica de la región no solo está escrita en los grandes esqueletos, sino también en estos fragmentos diminutos que contienen información valiosa. Según Muy Interesante, el yacimiento de St Bathans continúa siendo una fuente inagotable de sorpresas, albergando una diversidad de restos fosilizados de aves, peces, reptiles y mamíferos terrestres, cada uno añadiendo una pieza más al detallado mosaico de la evolución de la fauna local. Este descubrimiento también invita a los científicos a reevaluar las metodologías de búsqueda y clasificación de fósiles pequeños, promoviendo una atención más detallada y un enfoque interdisciplinario para acceder a un conocimiento más rico y profundo sobre múltiples ecosistemas del pasado.
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