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  • Dólar bajo y reformas pendientes: qué pasará con las exportaciones este año y qué sectores se verán más golpeados

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 24/04/2025 08:43

    El sector agropecuario fue el principal motor del crecimiento exportador en 2024, gracias a la recuperación de la producción de soja y maíz (Imagen: Shutterstock) Tras un 2024 marcado por la recuperación agrícola luego de la histórica sequía del año anterior, el panorama exportador para 2025 se presenta con mayores desafíos estructurales. Si bien el año pasado cerró con un incremento significativo en las ventas externas, las condiciones que permitieron ese rebote no se repetirán y el desempeño será magro. De acuerdo a un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea, la mejora de 2024 respondió en gran parte al efecto rebote: la producción agrícola se disparó, junto con la de combustibles, permitiendo que las exportaciones totalizaran los USD 79.721 millones, muy por encima del bajo nivel registrado en 2023. El incremento fue de casi 20% y la balanza comercial arrojó un saldo positivo de USD 18.899 millones. Sin embargo, alertan que gran parte de esa mejora se concentró en las provincias pampeanas y sectores primarios, mientras que las manufacturas de origen industrial y algunas regiones del norte no lograron repuntar con igual intensidad. Exportaciones por provincia en 2024 (IERAL) En los primeros dos meses de 2025, las ventas al exterior continúan creciendo, a un ritmo menor (4% interanual), y un porcentaje similar se espera para todo el año. Un tipo de cambio que pierde competitividad Uno de los principales factores de preocupación para 2025 es el valor real del tipo de cambio, en un marco en que la salida del cepo no significó un aumento significativo en la cotización como se esperaba. Este fenómeno compromete la competitividad externa de las exportaciones no tradicionales y de alto valor agregado, especialmente aquellas que deben competir con productos importados o cuyas ventas se dirigen a mercados muy sensibles a precios. También, el foco está en la falta de reformas estructurales como un obstáculo central para mejorar el perfil exportador del país. Los costos de transporte interno y las cargas tributarias son algunos de los factores que siguen encareciendo los productos argentinos frente a sus competidores internacionales. Un dato clave del informe es la creciente desigualdad territorial en la distribución de los beneficios exportadores. Mientras las provincias agrícolas del centro del país concentran la mayor parte del crecimiento de 2024, otras regiones —como el NOA y el NEA— no lograron capitalizar ese impulso, lo que agravó las brechas estructurales. Perspectivas A nivel global, el IERAL proyecta un aumento de solo 5% en las exportaciones. Desde la consultora Abeceb señalaron: “Aun con la leve corrección cambiaria del dólar oficial en el marco del nuevo régimen de bandas cambiarias, todo apunta a una significativa reducción del superávit comercial proyectado para 2025 respecto de lo observado en 2024. Así, nuestras proyecciones apuntan a una caída del superávit comercial a la mitad desde los USD 18.899 millones registrados el año pasado (en torno a USD 9.000 millones)”. Desde LCG estimaron que las exportaciones totalizarán USD 81.800 millones este año y las importaciones USD 69.600 millones. Fernando Landa, presidente de la Cámara de Exportadores (CERA) afirmó: “Nuestra ultima estimación es cerrar 2025 con USD 83.600 millones de dólares exportados. Igualmente hay que seguir de cerca el conflicto del comercio internacional”, en plena guerra comercial y por lo tanto, en un escenario cambiante y de incertidumbre. A su vez, los principales países en disputa, EE.UU y China, son dos de nuestros principales socios comerciales, lo cual complejiza la situación. Respecto a los rubros que motorizarán esta suba, según el IERAL, por un lado, están las tendencias en cada sector. Para este año se espera una cosecha estable de granos, y lo mismo en las exportaciones de sus derivados. Se estima un incremento en petróleo (impulso de Vaca Muerta) y en productos mineros, que, además aprovecharían las ventajas del RIGI. Por otro lado, están los riesgos, internacionales y nacionales. En el primer caso, Trump y su política comercial, que “amenaza con achicar el tablero del comercio mundial si se cumplen sus amenazas, con menos demanda externa y precios internacionales más bajos. Eso claramente complicaría a las exportaciones argentinas”, indica el informe. En cuanto a los riesgos nacionales, la preocupación radica en los altos costos en dólares, que reduce la competitividad argentina. Si la economía se estabiliza, se mantendrían esos altos costos. El desafío nacional está en cómo mover las fichas para lograr reducir los otros como los laborales “no salariales” y las regulaciones. Desde una perspectiva regional, se pueden mencionar otros costos a disminuir. “Para la región Pampeana, claramente está la necesidad de reducir o eliminar las retenciones que representan un 4,6% de la recaudación nacional. En el caso de las petroleras y mineras, otro problema es el de la infraestructura, necesaria para transportar mayores volúmenes al exterior”, afirman. En el caso de las economías regionales (el otro agro y agroindustria), señalan, un problema serio son los altos aranceles para ingresar a otros países, reduciendo la competitividad. El caso típico es la diferencia con Chile, que exporta con arancel cero a gran número de países. La clave está en celebrar acuerdos comerciales para disminuir aranceles. Un conflicto en este punto es que implicaría disminuir aranceles en Argentina, lo cual amenazaría a la industria sustituta de importación (electrodomésticos, informática, textiles, entre otros), con fuerte peso en la economía nacional.

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