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» Elterritorio
Fecha: 23/04/2025 11:55
Luego de una oración a cargo del cardenal Kevin Farrell, se dio inicio al traslado del ataúd desde la residencia de la Casa Santa Marta. Se esperan tres jornadas de recogimiento y oración, en las que la comunidad podrá rendirle tributo final miércoles 23 de abril de 2025 | 9:45hs. Es Sede Vacante en Roma, un período de transición en el que el tiempo -no necesariamente solo el divino- queda suspendido a la espera de que llegue un sucesor que coja el testigo del papa que ya se ha ido. Francisco ha muerto y no hay otra prioridad en el Vaticano que la de preparar sus exequias, organizadas para este sábado, y organizar al mismo tiempo el cónclave del que saldrá elegido el nuevo pontífice de la iglesia católica. Este miércoles el ataúd con el difunto pontífice Francisco fue trasladado desde la capilla donde reposaba, en el interior de lo que fue su hogar hasta el lunes desde el inicio de su pontificado-la residencia de Santa Marta- hasta la basílica de San Pedro, conforme a lo establecido en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis. Los Patriarcas y los Cardenales, vestidos con su hábito coral correspondiente, se han encontrado en la capilla de Santa Marta, mientras que los Arzobispos y Obispos, los Canónigos del Capítulo Vaticano, los Penitenciarios Menores Vaticanos Ordinarios y todos los miembros de la Capilla Pontificia, vestidos con su hábito coral correspondiente, lo han hecho en la misma plaza a las 8:30. Una vez el ataúd donde reposa Francisco llegue a San Pedro, en el altar de la Confesión, será el turno del camarlengo Farrel, quien presidió la Liturgia de la Palabra en uno de los lugares sagrados más importantes para el catolicismo. El altar de la Confesión se abre frente al altar mayor para dejar ver desde lo alto la sepultura de San Pedro. Como su nombre indica, evoca el martirio de Pedro en la colina vaticana, bañada por la sangre de los protomártires romanos durante las persecuciones del emperador Nerón. Al término de la liturgia, comienzan las visitas para que los fieles puedan darle su último adiós a Francisco en la capilla ardiente y despedirse de un papa cuya popularidad ha llegado a los rincones más recónditos del mundo gracias a su cercanía y a su deseo de expandir la iglesia fuera de los muros vaticanos.
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