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  • “En las escuelas que prohibieron los celulares se vuelven a oír risas en los pasillos”: consejos de un psicólogo para que los niños dejen las pantallas

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 23/04/2025 08:36

    Un psicólogo habla sobre el auge de las pantallas en los niños En un contexto donde las pantallas dominan la vida cotidiana de niños y adolescentes, las escuelas que han implementado la prohibición de teléfonos móviles comienzan a notar cambios significativos en el ambiente escolar. Según informó la BBC, los informes de estas instituciones destacan una disminución en los problemas de disciplina, menos conflictos entre estudiantes y un aumento en la interacción social. “Se vuelven a oír risas en los pasillos”, afirman los informes, reflejando un ambiente más saludable para el desarrollo de los menores. Esta problemática ha sido ampliamente analizada por Jonathan Haidt, psicólogo y autor del libro La generación ansiosa, que desde su publicación ha dado lugar a un debate global sobre el impacto de las pantallas en la niñez. En una entrevista reciente, Haidt señaló que los jóvenes de la Generación Z son conscientes de los efectos negativos de los teléfonos móviles, pero se sienten atrapados en un sistema que fomenta su uso constante. “No he conocido a ningún miembro de la Generación Z que diga: ‘Nos encantan los teléfonos, son buenos para nosotros’. Todos ven lo que está pasando, pero se sienten atrapados”, afirmó el autor. El auge de las escuelas sin teléfonos móviles Jonathan Haidt publicó el libro "La generación ansiosa" que ha dado lugar a un debate global sobre el impacto de las pantallas en los adolescentes De acuerdo con Haidt, el cambio más inmediato tras la publicación de su libro se ha dado en las escuelas que han optado por prohibir el uso de teléfonos móviles durante el horario escolar. Estas medidas, aunque inicialmente enfrentaron cierta resistencia por parte de algunos estudiantes y padres, han demostrado ser efectivas. Según los informes recopilados, las instituciones que implementaron esta política han experimentado una reducción en el ausentismo escolar, menos llegadas tarde y un aumento en la puntualidad. Además, los estudiantes han comenzado a interactuar más entre ellos, lo que ha mejorado el ambiente general en los centros educativos. El psicólogo destacó que países como Reino Unido y Australia lideran la implementación de leyes y políticas para regular el uso de dispositivos móviles en las escuelas. Aunque en Estados Unidos la resistencia inicial fue mayor, especialmente por parte de padres que desean mantenerse en contacto constante con sus hijos, el “espíritu de la época” ha comenzado a cambiar, según Haidt. La sobreprotección parental y su impacto en la infancia El autor también analizó cómo la sobreprotección de los padres, que comenzó a intensificarse en los años 90, ha influido en el uso de las pantallas como una herramienta para mantener a los niños ocupados y seguros. Según Haidt, esta tendencia no se limita a Estados Unidos, sino que se ha extendido a otros países de habla inglesa. Durante esa década, la percepción de un mundo más peligroso llevó a los padres a restringir la libertad de sus hijos, lo que, combinado con el auge de la tecnología, resultó en un aumento significativo del tiempo frente a las pantallas. Haidt explicó que esta dinámica también está relacionada con los cambios en las expectativas sociales hacia las madres trabajadoras, quienes enfrentan una presión adicional para equilibrar sus responsabilidades laborales y familiares. “Las mujeres de hoy tienen menos hijos que sus abuelas, trabajan fuera de casa y, sin embargo, pasan más tiempo con los niños”, señaló el psicólogo, destacando cómo las pantallas se convirtieron en un alivio para padres abrumadores por estas demandas. El papel de las grandes empresas tecnológicas Otro punto central del análisis de Haidt es el papel de las grandes empresas tecnológicas en la transformación de la infancia. Según el autor, en los años 90, el acceso a Internet se consideraba una herramienta educativa, y los esfuerzos se centraban en garantizar que todos los niños, independientemente de su nivel socioeconómico, tuvieran acceso a computadoras. Sin embargo, con la llegada de plataformas como TikTok, Snapchat, Meta y Google, el enfoque cambió hacia la maximización del tiempo de los usuarios en sus plataformas mediante algoritmos diseñados para mantenerlos enganchados. Haidt advirtió que esta dinámica ha generado una inversión en el problema de la igualdad educativa. Mientras que antes se buscaba proporcionar acceso a la tecnología a los niños de bajos recursos, ahora el desafío es protegerlos de los efectos negativos de las pantallas, algo que las familias más acomodadas ya están haciendo al limitar el acceso de sus hijos a estos dispositivos. “Tenemos que dar a los niños pobres las mismas protecciones que tienen los niños ricos”, afirmó el autor, subrayando la necesidad de reducir el tiempo frente a las pantallas para garantizar un desarrollo cerebral saludable. El desafío de desenganchar a los niños de las pantallas El autor también destacó la importancia de educar a los niños sobre los riesgos de las pantallas (Imagen Ilustrativa Infobae) Para Haidt, el problema no radica únicamente en el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas, sino en el tipo de contenido al que están expuestos. Según el psicólogo, plataformas como TikTok, que promueven videos cortos y fragmentados, son especialmente perjudiciales para el desarrollo cognitivo de los menores. En su opinión, es fundamental proporcionar a los niños más oportunidades de interacción social y experiencias significativas fuera del mundo digital. El autor también destacó la importancia de educar a los niños sobre los riesgos de las pantallas. Actualmente, trabaja en una versión de La generación ansiosa dirigida a niños de entre 8 y 12 años, con el objetivo de enseñarles a identificar las estrategias que las empresas tecnológicas utilizan para captar su atención. “¿Quieres tener una vida increíble y emocionante? ¿Quieres hacer cosas? ¿Quieres divertirte con tus amigos? No sigas ese camino. No dejes que estas empresas te engañen y te atrapen”, es el mensaje que Haidt busca transmitir a los más jóvenes. Un llamado a la acción colectiva A pesar de los desafíos, Haidt se muestra optimista sobre la posibilidad de generar un cambio significativo en la forma en que los niños interactúan con la tecnología. Sin embargo, enfatiza que este cambio requiere un esfuerzo colectivo, tanto de las familias como de las instituciones educativas y los gobiernos. “Tenemos que centrarnos en lo que haga falta para que los niños tengan un desarrollo cerebral saludable durante la pubertad”, afirmó el autor, subrayando la importancia de limitar el tiempo frente a las pantallas y fomentar experiencias que promuevan el bienestar emocional y social de los menores. El debate sobre el impacto de las pantallas en la infancia continúa, pero las experiencias de las escuelas que han prohibido los teléfonos móviles ofrecen un ejemplo talentoso de cómo las políticas adecuadas pueden marcar una diferencia tangible en la vida de los niños.

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