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  • Paso a paso hasta la fumata blanca: cómo es el cónclave para elegir al nuevo Papa

    Parana » El Once Digital

    Fecha: 23/04/2025 07:30

    Cónclave hasta la fumata blanca. Tras la muerte del papa Francisco, ocurrida el lunes a los 88 años, el Vaticano puso en marcha el proceso más solemne y enigmático de la Iglesia católica: el cónclave. Este tradicional rito milenario se desarrollará en el corazón del Vaticano, con un único objetivo: elegir al nuevo Sumo Pontífice que liderará a más de mil millones de fieles en todo el mundo. La muerte de Francisco deja a la Iglesia en "sede vacante", un período excepcional que concluirá con la celebración de un antiguo y ceremonioso ritual para buscar un sucesor: "el cónclave que elegirá al nuevo Papa". El proceso se caracteriza por su riguroso protocolo, marcado por el secreto y el simbolismo. Del latín “cum clave” (bajo llave), se trata de una reunión en la que "los cardenales se reúnen en la Capilla Sixtina, a puertas estrictamente cerradas, para elegir al próximo Pontífice que liderará la Iglesia y no volverán a la 'libertad' hasta completar su misión". La tradición que se mantiene inalterable La “sede vacante” sigue un ritual detalladamente normado por el Derecho Canónico, en el que “nada se ha de innovar”, tal como lo establece la normativa eclesiástica. Es el camarlengo -actualmente el cardenal estadounidense Kevin Farrel- quien asume temporalmente el control de la Santa Sede y convoca a los purpurados a Roma. El cónclave se celebra con los cardenales encerrados para animar al acuerdo y evitar interferencias. Esta práctica tiene su origen en 1270, cuando el pueblo de Viterbo, exasperado por años de indecisión, decidió encerrar a los electores hasta que se designara al nuevo Papa, que resultó ser Gregorio X. En la fecha señalada, "se encerrarán en la Capilla Sixtina para debatir el nombre del futuro Papa, aunque solo podrán votar o ser elegidos los menores de 80 años." Esta clausura busca preservar la pureza del proceso, libre de presiones externas. Misa solemne y la clausura del cónclave "Esta jornada histórica comenzará con la misa 'Pro eligendo Papa' en la Basílica de San Pedro y después los electores irán en procesión hasta la Sixtina cantando el 'Veni creator'." Una vez allí, frente al imponente fresco del Juicio Final de Miguel Ángel, todos jurarán confidencialidad y obediencia. Acto seguido, el maestro de ceremonias eclesiástico ordenará el cierre con la icónica frase “Extra omnes” (fuera todos), tras lo cual se cerrarán las puertas y comenzará el encierro. Para evitar filtraciones, incluso se utilizarán inhibidores de frecuencia. "Actualmente los electores son 135. La mayoría de Europa (53), seguidos por los asiáticos (23), los sudamericanos (17), norteamericanos (20), africanos (18) y de Oceanía (4)." Entre ellos, habrá presencia argentina, gracias a la descentralización promovida por Francisco. Una multitud esperará por el nuevo Papa. Archivo Participación argentina y el esperado humo blanco "La pequeña lista de los religiosos argentinos que elegirán al nuevo Obispo de Roma está integrada por el prefecto del dicasterio de la Doctrina de la Fe, Víctor Manuel ‘Tucho’ Fernández; el arzobispo de Córdoba, el jesuita Ángel Sixto Rossi; el arzobispo de Santiago del Estero, Vicente Bokalic; y el arzobispo emérito de Buenos Aires, Mario Poli." Abolidos los modos de aclamación y por compromiso, la elección se hará por escrutinio secreto. Cada cardenal escribirá el nombre de su elegido en una papeleta rectangular, con la inscripción “Eligo in Summum Pontificem”, que será luego depositada en una urna. Luego, cada purpurado llevará su papeleta hasta la urna y, ante los escrutadores, pronunciará el juramento: 'Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien en presencia de Dios, creo que debe ser elegido’.” Tras el conteo, las papeletas se unirán y serán quemadas. El primer día de encierro se realizará una sola votación y en los días posteriores, en caso de fracasar, dos por la mañana y dos por la tarde. Momento más esperado: la fumata blanca Tras cada votación, se quemarán los votos en una estufa instalada para la ocasión en la Capilla Sixtina. El color del humo que salga por la chimenea anunciará al exterior el resultado: si es blanco, significará que se ha alcanzado un acuerdo. Si es negro, el cónclave deberá seguir." Cuando un cardenal alcance los dos tercios necesarios, el decano, Giovanni Battista Re, le preguntará: “¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?” Y si asiente, le consultará cómo desea llamarse como nuevo líder de la Iglesia. "El nuevo Papa soberano es llevado enseguida a la sacristía de la Capilla Sixtina, conocida como la 'sala de las lágrimas', donde habrá preparados tres trajes pontificios de varios tamaños.” Finalmente, el protodiácono anunciará al mundo: “Habemus Papam”, y el nuevo pontífice saldrá al balcón para dar su primera bendición “Urbi et Orbi”.

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