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Federal » El Federaense
Fecha: 22/04/2025 01:14
El Papa Francisco será recordado como un ferviente defensor de la paz, gracias a sus incesantes llamados y visitas a quienes sufren las consecuencias de uno de los más graves desastres provocados por el hombre: la guerra. En su última aparición pública, el Papa reiteró lo que se había convertido en un lema de su pontificado: el aprecio por la paz. Era un eco que nunca perdió su fuerza a lo largo de los años. Un mensaje poderoso en su último mensaje Durante la bendición Urbi et Orbi de Pascua, el día anterior a su muerte, sus palabras resonaban como un recordatorio de los innumerables llamados que había hecho a lo largo de su pontificado, instando a los líderes mundiales a dejar las armas y optar por el diálogo. Aunque luchaba por articular sus palabras, la voz del Papa, aunque debilitada, se escuchó clara en la plaza de San Pedro y en las pantallas de todo el mundo. Compromiso desde el inicio de su pontificado Desde sus primeros días en el cargo, el Papa Francisco lideró el movimiento global católico por la defensa de la paz. A través de sus discursos y acciones concretas, mostró una firme convicción en el poder de la reconciliación y la necesidad de poner fin a la violencia en todas sus formas. Conocido como “el Papa de las periferias”, siempre tuvo presente a aquellos que sufren por la guerra. Mientras oraba por la paz en las regiones que acaparan la mayor parte de la atención mediática, no olvidó a las áreas más golpeadas, pero muchas veces en el olvido. Gestos simbólicos a favor de la paz Un gesto emblemático de su pontificado ocurrió en abril de 2019, cuando se arrodilló para besar los pies de los líderes de Sudán del Sur, un país atrapado en una devastadora guerra civil. Al recibir a sus líderes en el Vaticano, el Papa los instó con humildad a dejar las armas y buscar el camino hacia la paz. Cuatro años después, en febrero de 2023, visitó nuevamente Sudán del Sur, donde, junto a otras figuras religiosas, compartió palabras de aliento y esperanza con miles de fieles que aún padecen las secuelas de la guerra. Un legado de lucha contra las armas nucleares En su viaje a Hiroshima y Nagasaki en noviembre de 2019, el Papa planteó un poderoso llamado contra las armas nucleares. Al dirigirse a los asistentes en el Parque del Hipocentro de la Bomba Atómica en Nagasaki, condenó la destrucción causada por estos armamentos y su posesión, afirmando que “el uso de la energía atómica para fines bélicos es inmoral”. Llamados constantes a la paz Más allá de sus viajes, el Papa Francisco ha utilizado su voz para intervenir en conflictos globales, pidiendo de manera incansable treguas y negociaciones. En mayo de 2014, reunió en el Vaticano a los presidentes de Israel y Palestina para un cónclave de oración, reflejando su creencia de que el diálogo y la oración pueden abrir caminos hacia la paz. Con la continua escalada de violencia en el Medio Oriente, en octubre de 2024, lanzó un ferviente llamado pidiendo un alto al fuego en Gaza y el acceso humanitario esencial para quienes sufren en la región. La voz de un pacificador A pesar de sus problemas de salud, incluso en sus últimos días, el Papa fue fiel a su misión de abogar por la paz. Durante su hospitalización por neumonía bilateral, tomó un tiempo para conectarse por videollamada con la parroquia de la Sagrada Familia en Gaza, con quien había mantenido un contacto cercano. En este Año Santo dedicado a la Esperanza, el legado de la paz, los mensajes y el cuidado del Papa Francisco resuenan y perduran, recordando que su clamor no se limitaba a desear una simple ausencia de guerra, sino que abogaba por la justicia, el diálogo y la fraternidad. Un mundo que debe ser para todos y no solo para unos pocos, donde quienes tienen más nunca olviden a aquellos que tienen menos.
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