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Federal » El Federaense
Fecha: 21/04/2025 16:12
En el corazón de Los Palacios, Pinar del Río, se encuentra una figura que, a primera vista, podría parecer un líder comprometido con su comunidad: José Ramón Cabrera Miranda, conocido por todos como Ramoncito. Sin embargo, la realidad nos revela una faceta mucho menos noble de este personaje que está al frente de la Asamblea Municipal del Poder Popular. Un Rostro Amigable y la Realidad Detrás Ramoncito ha logrado cultivar una imagen de cercanía con los ciudadanos. Sonríe, socializa y se muestra accesible, creando la ilusión de que realmente se preocupa por las necesidades de la gente. Sin embargo, todo este comportamiento es parte de una máscara que esconde un profundo oportunismo y un carácter corrupto que se alimenta del poder que detenta. Corrupción y Abuso de Poder La corrupción es el telón de fondo de su actuación política. Este alcalde ha sido descubierto utilizando recursos del Estado para beneficio personal, lo que se traduce en una vida acomodada en una casa de lujo construida gracias a materiales y mano de obra del gobierno. Este estilo de vida ostentoso contrasta fuertemente con la realidad de muchos ciudadanos que apenas logran sobrevivir. Delaciones y Represión Pero su actuación no se limita al robo. Ramoncito se ha convertido en un auténtico delator, persiguiendo a aquellos que intentan establecerse por su cuenta. Mientras sus propias manos se enriquecen, se asegura de que nadie más disfrute de la autonomía que él se ha arrogado. Este comportamiento represivo ha permitido que mantenga su posición, a costa del bienestar de otros. La Hipocresía en la Era Digital Su estilo de liderazgo no parece guiado por principios, sino más bien por la necesidad de alimentar su imagen pública, incluso si eso significa utilizar las redes sociales para engañar al resto. En las plataformas digitales, cuelga fotos que muestran actividades donde entrega diplomas a aquellos que perpetúan la opresión, como si esos momentos pudieran borrar su historial manchado por el abuso y la corrupción. Una Doble Moral Insoportable Ramoncito es, quizás, uno de los ejemplos más claros de la doble moral que se apodera de algunos líderes. Por un lado, predica un discurso de compromiso y servicio; por el otro, sus actos son una constante violación de esos mismos principios. Este hombre simboliza un sistema que premia la sumisión y la hipocresía, todo disfrazado de una revolución que ha perdido su rumbo. En definitiva, la figura de Ramoncito nos invita a reflexionar sobre el verdadero estado de la política local y el impacto que tiene sobre los ciudadanos, quienes deben enfrentar las adversidades diarias mientras sus líderes se enriquecen sin escrúpulos.
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