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» Misionesparatodos
Fecha: 14/04/2025 13:49
El escritor peruano Mario Vargas Llosa falleció este domingo, 13 de abril, a sus 89 años en la capital de Perú, Lima. Pasó por la militancia política, una candidatura presidencial y 16 años viviendo por el mundo. Todo eso se tradujo en una rica y abundante obra que enmarca aún los mejores años de la literatura latinoamericana. Ahora, Vargas Llosa convertirá una vez más en “posible lo imposible”: ser eterno. “Los latinoamericanos somos soñadores por naturaleza y tenemos problemas para diferenciar el mundo real y la ficción. Es por eso que tenemos tan buenos músicos, poetas, pintores y escritores, y también gobernantes tan horribles y mediocres”, dijo Mario Vargas Llosa antes de recibir el Premio Nobel en 2010. Esa creencia fue el pulso de sus letras a lo largo de su vida: encarnar en sus obras las luces y sombras de Perú y América Latina. Este domingo, 13 de abril, esas historias se alejan de su narrador, luego de que la familia de este gran escritor anunciara su muerte. “Con profundo dolor, hacemos público que nuestro padre, Mario Vargas Llosa, ha fallecido hoy en Lima, rodeado de su familia y en paz”, confirmó en la red social X su hijo mayor, Álvaro. Con profundo dolor, hacemos público que nuestro padre, Mario Vargas Llosa, ha fallecido hoy en Lima, rodeado de su familia y en paz. @morganavll pic.twitter.com/mkFEanxEjA — Álvaro Vargas Llosa (@AlvaroVargasLl) April 14, 2025 Vargas Llosa se dio a la tarea de traducir las realidades sociales en páginas que juntas completan obras maestras como ‘La ciudad y los perros’ o ‘La fiesta del Chivo’. Su genialidad como escritor lo llevó a recorrer América Latina y países europeos como Francia y España, lugares en donde materializó la idea de crear a partir de la complejidad humana. Será recordado por siempre como uno de los referentes del ‘boom’ latinoamericano, la época dorada de la literatura de esta parte de América, en la que las palabras de Vargas Llosa, junto con las del colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar y los mexicanos Carlos Fuentes y Juan Rulfo, inmortalizaron los sueños que, “por naturaleza”, habitan en los latinos. En France 24 repasamos quién fue el escritor peruano, dentro y fuera de sus obras. ARCHIVO – El Premio Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa asiste a una ceremonia en la que recibió el título Honoris Causa de la Universidad Nova de Lisboa, en Lisboa, Portugal, 22 de julio de 2014. AP – Francisco Seco El amor por Julio Verne, la razón por la que descubrió “el infierno” Hijo de Ernesto Vargas Maldonado y Dora Llosa Ureta, Jorge Mario nació el 28 de marzo de 1936 en la ciudad de Arequipa, junto al volcán Misti, en lo alto de los Andes peruanos. Su padre lo abandonó desde antes de nacer. En respuesta, Dora decidió llevar a su hijo a Bolivia, donde su padre era cónsul peruano en Cochabamba. A pesar de que esos primeros años estuvieron llenos de mimos, con una casa grande y servidumbre a la orden de sus caprichos, esos días fueron para Vargas Llosa “algo traumáticos” Cuando tenía 10 años -después de regresar a su país natal con la ciudad costera de Piura como hogar- supo que su padre estaba vivo. Ernesto y su esposa volvieron a estar juntos, y decidieron mudarse a la capital peruana, Lima. A muy corta edad Vargas Llosa descubrió el sentir de su padre por su amor a las letras: el progenitor temía que el amor del pequeño Mario por Julio Verne y la escritura de poesía le restaran “hombría”, ya que creía que “los poetas son siempre homosexuales”. ARCHIVO – El escritor Mario Vargas Llosa habla en un mitin en Lima, Perú, el 21 de agosto de 1987, ante una multitud de más de 50.000 personas. AP – A. Balaguer Ese puede que haya sido el motivo de la mano dura que su papá siempre le mostró. Prueba de ello fue el envío a la Academia Militar Leoncio Prado, una época que Vargas Llosa describió en “El tiempo del héroe” y con la que ganó el Premio de la Crítica Española. Para el escritor, su paso por la academia militar “fue como descubrir el infierno”. En 1953, a sus 17 años, ingresó a la Universidad Nacional de San Marcos para estudiar letras y derecho, “lo primero por vocación y lo segundo para complacer a mi familia, que creía, no sin cierta causa, que los escritores suelen morir de hambre”, explicaba él mismo. Dos años después, se casó con su tía política Julia Urquidi, diez años mayor que él y de la que se separaría en 1964. Luego de culminar sus estudios, Vargas Llosa viajó a España en 1959 con una beca de posgrado en la Universidad Complutense de Madrid, donde se doctoró años después con una tesis sobre Gabriel García Márquez, conocida como ‘García Márquez: historia de un deicidio’. La escritura, un oficio de tiempo completo En el año 1960 se trasladó a París, donde trabajó como periodista. Fue en la capital francesa en donde terminó de escribir su primera novela “El tiempo del héroe”, que después se convirtió en “La ciudad y los perros” (1963). Dos años después, en 1965, se casó con su prima Patricia Llosa. Juntos tuvieron tres hijos: Álvaro (1966), Gonzalo (1967) y Morgana (1974). Después, en 1966, recibió la mejor recomendación de quien sería su agente literaria, Carmen Balcells: dedicarse por completo a la escritura. ARCHIVO – El Premio Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa asiste a una ceremonia en la que recibió el título Honoris Causa de la Universidad Nova de Lisboa, en Lisboa, Portugal, 22 de julio de 2014.Retrato tomado el 5 de mayo de 1987 en Estocolmo muestra al escritor peruano Mario Vargas Llosa. AFP – HAKAN LINDGREN ‘La casa verde’, fue publicada tres años después que ‘La ciudad y los perros’; ambas obras fueron los cimientos de la gran carrera que le esperaría al peruano. Los primeros textos de Vargas Llosa revelaron un Perú en el que la arrogancia, la brutalidad militar, la decadencia aristocrática y los indígenas amazónicos de la Edad de Piedra habitaban la realidad de su país natal durante el siglo XX. “El Perú es una especie de enfermedad incurable y mi relación con él es intensa, dura y llena de la violencia de la pasión”, escribiría el Nobel en 1983. Dicho eso, su carrera parecía llegar a lo más alto en 1969, cuando su prestigio se consolidó con la obra ‘Conversación en la Catedral’. Y es que Balcells tenía razón, escribir era para lo que Vargas Llosa había nacido. Fruto de ello es el legado que hoy deja: al menos 20 novelas, un libro de cuentos, 10 obras de teatro, 14 libros de ensayo, dos de crónicas y uno de memorias, según el recuento de la ‘BBC’. Retrato tomado el 9 de septiembre de 1990 que muestra al escritor y ex candidato presidencial peruano Mario Vargas Llosa durante la última jornada del festival de cine estadounidense de Deauville. AFP – MYCHELE DANIAU El universo de sus letras se expande -y se contrae a la vez- en textos como ‘Pantaleón y las visitadoras’, ‘La tía Julia y el escribidor’, ‘La guerra del fin del mundo’, ‘¿Quién mató a Palomino Molero?’, ‘Lituma en los Andes’ y ‘El pez en el agua’, ‘La fiesta del Chivo” o ‘El sueño del celta’, publicada poco antes de recibir el Nobel aquel 7 de octubre de 2010, luego de haber rozado muchas veces ese reconocimiento. Previamente había sido galardonado con el Príncipe de Asturias de las letras (1986, compartido con Rafael Lapesa), el Cervantes (1994) y el Planeta (1993 por ‘Lituma en los Andes’). El ‘boom’ entre García Márquez y Vargas Llosa Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez -seguidos por una ola de escritores latinoamericanos- se encargaron de enaltecer el pulso narrativo y el ingenio de quienes escribían para vivir, o vivían para escribir, en América Latina. La amistad de estos escritores lideró lo que se conoció como el ‘boom latinoamericano’ de 1960 a 1970, una época dorada para la literatura de Latinoamérica en la que las obras de estos creadores eran su producto de exportación para el resto del mundo. ARCHIVO – Estudiantes aprenden sobre el escritor peruano Mario Vargas Llosa en una biblioteca pública en Lima, Perú, 7 de octubre de 2010. AP – Martin Mejia Sin embargo, el horizonte del grupo se perdió por una pelea entre dos de las figuras más importantes: Vargas Llosa y García Márquez. En 1976, el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, el escritor peruano le dio un puño al autor de ‘Cien años de soledad’ y a quien había sido su amigo hasta ese día. La discusión, de la que ninguno de los dos quiso hablar mientras estuvo vivo, fue el principio del final de aquellos años en los que los grandes textos tenían tinta latinoamericana. “La literatura es eternidad, la política mera historia” Vargas Llosa, como otros miembros del ‘boom’ latinoamericano, era un convencido de las ideas de izquierda. Fue un seguidor de Fidel Castro y defensor del comunismo, hasta que en 1971 llegó el desencanto por la Revolución Cubana tras el caso del poeta Heberto Padilla, quien fue obligado en aquel entonces a hacer una autocrítica. Luego de que ciudades como Madrid, París y Nueva York fueran su hogar por 16 años, este maestro de las letras regresó en 1974 a un Perú gobernado por una dictadura militar. “Me di cuenta de que estaba perdiendo el contacto con la realidad de mi país, y sobre todo con su lengua, que para un escritor puede ser mortal”, dijo el escritor. El escritor peruano Mario Vargas Llosa, candidato a la presidencia por el Frente Democrático Peruano, saluda a sus seguidores el 19 de agosto de 1989 tras una rueda de prensa en la que elogió la política de mercado abierto adoptada por el gobierno militar chileno. AFP – MARIO UGARTE Años después, decidió lanzarse como candidato presidencial en su país natal en el año 1990. En un principio, se perfiló como un favorito hasta que apareció un agrónomo desconocido hasta ese momento que le arrebató la Presidencia: Alberto Fujimori. El escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, amigo de Vargas Llosa desde hace mucho tiempo, confesó posteriormente que se había opuesto a la candidatura del escritor, y explicó: “La ganancia incierta del Perú sería la pérdida de la literatura. La literatura es eternidad, la política mera historia”. Tras su fallida carrera política, volvió a las letras, de donde -según él- nunca debió salir. Sin embargo, nunca tuvo una desconexión total con la realidad política y, cuando lo creyó necesario, comentó sus puntos de vista. Las últimas entregas Su paso por el ensayo lo definieron obras como ‘La tentación de lo imposible’ (2004), ‘Rumbo a la libertad’ (2005), ‘El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti’ (2008) o ‘Sables y utopía’ (2009). ARCHIVO – El escritor Mario Vargas Llosa habla con la prensa en Nueva York, el 7 de octubre de 2010. AP – Seth Wenig En 2010 fue cuando obtuvo el Premio Nobel de Literatura, el que esperaba haber ganado más por su “obra literaria” que por sus “opiniones políticas”. Un año después, el entonces rey Juan Carlos I de España le otorgó el título de marqués de Vargas Llosa. Para 2021 fue elegido miembro de la Academia Francesa y se convirtió en “inmortal”, un alto reconocimiento de un país que en 2016 ya le había hecho formar parte de la mítica colección de La Pléiade. Luego de separarse de quien fue su última esposa, Isabel Preysler, publicó su última novela en 2021, titulada ‘Le dedico mi silencio’, y recuperó su relación con su exmujer Patricia. ARCHIVO – El escritor peruano Mario Vargas Llosa asiste a la 46 edición de la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires, Argentina, el 6 de mayo de 2022. AP – Natacha Pisarenko Prometió escribir hasta el final y así fue. Ahora, tras su muerte, su vida resuena más que todas sus obras juntas, y de todas, es incluso la más universal. Por: Hugo Caro Jiménez- France24
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