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» Diario Cordoba
Fecha: 13/04/2025 19:07
-En sus libros, Córdoba siempre está muy presente. ¿Eué es lo que más le inspira de su tierra? -La nostalgia. Córdoba para mí, quizá porque no vivo en ella, es la nostalgia. La semilla de pequeño y de joven se quedó ahí y yo la riego y la recuerdo cada vez con más cariño, yo voy por ahí predicando Córdoba por todas partes. Córdoba está aquí, está conmigo siempre y lo que me lleva a ella es siempre el recuerdo. -Comentaba que lleva a Córdoba a todos lados, tanto que incluso fue presidente de la Casa de Córdoba en Madrid. ¿Qué recuerda de esa experiencia y qué significó para usted? -La oportunidad de ser presidente de la Casa de Córdoba me permitió poder llevarle a la gente lo que es Córdoba, incluso a los propios cordobeses, que en muchos casos había cosas que no conocían de Córdoba porque se habían trasladado a trabajar a Madrid hacía muchísimos años. Me dio la oportunidad de poner una política de conocimiento auténtico de lo que son las verdaderas raíces y cultura cordobesa. Fue una experiencia enriquecedora y también relativamente frustrante, porque uno pretende llevar la cosa al máximo grado y luego todo el mundo no está dispuesto a aguantar que le hablen todos los días de la Mezquita, Medina Azahara, Abderramán III o de Séneca y su influencia en la sociedad romana. José Luis Aranda, autor de ‘Callejeando por Córdoba’. / Víctor Castro -En su nuevo libro, ‘Callejeando por Córdoba’, recorre la historia de la ciudad, ¿qué quería contar en él? -Para mí, hay una Córdoba que es la Córdoba conocida, cautivadora, la de los monumentos y la historia. Pero también existe una Córdoba más familiar, más cercana, la Córdoba de la infancia y la juventud, donde los niños podían jugar a la pelota en la calle, donde uno iba a ver juguetes a la tienda de los Guillermos o a por un pastel a La Perla. Con este espíritu quise hacer este libro, dividido en cinco paseos, en los que se recorre la Córdoba actual con la memoria viva de la Córdoba antigua. El libro mezcla lo que hay y lo que hubo, y se cuenta como si un amigo te acompañara por las calles. Quería transmitir una Córdoba más humana, la que Antonio Gala definía como una ciudad a la medida del hombre, y que hoy en día, entre tanto progreso -a veces mal entendido- corre el riesgo de perderse. -¿Qué le está diciendo la gente que lo ha leído? ¿Qué ‘feedback’ está recibiendo de los lectores? -Lo estoy viviendo todo muy bien. El libro ha tenido una acogida estupenda. Mucha gente conoce Córdoba solo desde lo monumental o por referencias vagas. Este libro les muestra una Córdoba distinta, con detalles curiosos, historias escondidas, huellas del tiempo en las paredes, las calles, los rincones... La gente se sorprende con ese enfoque, se emociona. El libro solo lleva un mes fuera, pero ya ha tenido una buena respuesta en varios sitios, así que estoy muy satisfecho. -¿Y cómo ve usted la evolución de Córdoba después de todos estos años? -Córdoba tuvo una gran caída a finales del siglo XIX y a principios del XX. Luego empezó a levantarse de nuevo. Hoy tiene una situación asentada, pero echo de menos el conocimiento profundo de lo que Córdoba ha sido y puede ser. Hay una falta de conexión con esa historia, un olvido de lo que representa Córdoba en el contexto nacional e incluso mundial. A veces el «tener» sustituye al «ser». Córdoba ha sido, puede y debe ser algo importante, porque tiene motivos de sobra para el orgullo. Yo, cuando hablo de ella, me entusiasmo. Córdoba tuvo una sociedad hispano-romana primero, hispano-musulmana después, que no fue impuesta, sino construida con aportaciones propias. Y Córdoba brilló porque sus habitantes hicieron que brillara. Yo eso lo defiendo por orgullo, por dignidad, por amor y así deberíamos hacerlo todos. Suscríbete para seguir leyendo
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