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Federal » El Federaense
Fecha: 13/04/2025 13:45
Conmemorando una de las festividades más significativas del cristianismo, miles de cristianos ortodoxos y católicos se reunieron en Jerusalén para participar en la emblemática procesión del Domingo de Ramos. A pesar de la lluvia que caía sobre la ciudad sagrada, los fieles descendieron desde el Monte de los Olivos, donde se inició esta tradición que marca el comienzo de la Semana Santa. Este año, la atmósfera durante la celebración estuvo cargada de emociones, ya que la guerra en Gaza ha permeado el contexto de la festividad. Sin embargo, el espíritu de unidad prevaleció entre los asistentes. “Es un día feliz. Hasta los judíos están en las calles animando y nuestros hermanos palestinos comparten este momento con nosotros. Este es un día de unidad, y, por la gracia de Dios, continuaremos orando por la paz en esta región”, expresó Joseph Theophile Ngouo, un sacerdote de Camerún que ha estado en Israel durante los últimos siete meses. La procesión, que se realizó en un ambiente de esperanza y anhelo de paz, refleja el deseo de los presentes de seguir fortaleciendo los lazos entre las diferentes comunidades, incluso en tiempos difíciles. Este acto no solo conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, sino que también representa un llamado a la reconciliación y la armonía entre los pueblos.
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