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» Elterritorio
Fecha: 13/04/2025 11:40
La falta de conocimiento de los adultos con lo que hacen, piensan o sufren sus hijos es una de las claves para entender parte de las problemáticas que se reflejan en la serie domingo 13 de abril de 2025 | 6:05hs. La psicóloga Olga Acevedo. Para entender y dimensionar de qué manera las distintas problemáticas que atraviesan tanto a padres como a adolescentes la serie Adolescencia, El Territorio entrevistó a la licenciada en Psicología Olga Acevedo, quien se especializa en el trabajo con niños, niñas y adolescentes. En primera instancia, adelantó la división de su abordaje en tres puntos importantes para su análisis: el contexto y la realidad que atraviesan a los protagonistas de la serie, las redes sociales y el rol que desempeñan en los chicos y la comunicación que mantienen los padres con sus hijos. “Me parece que es una serie que refleja una sociedad muy distinta a la sociedad misionera, en el sentido de que está un poco magnificada. Sabemos que es una serie que está armada para movilizar al espectador, pero más allá de eso también esto impacta porque es un chico de una familia bastante común, de una familia bastante tradicional”, mencionó la entrevistada al hablar al contexto en el que gira la serie. “Tenemos -evaluó- que tener en cuenta que hay múltiples factores que lo pueden llevar a un chico a reaccionar de esa manera, porque si no también aparece toda esa fantasía y ese temor de que parece ser que un chico que está expuesto a esto perfectamente puede reaccionar así”. Sobre las redes sociales, explicó que en este caso puntual funcionaron de manera negativa en el protagonista, ya que fortalecieron y solidificaron el bullying y el maltrato que este adolescente estaba sufriendo. “Otro punto importante es cómo el adulto minimiza la comunicación que tiene con el adolescente. Eso lo veo reflejado en el caso del policía que aparece en la serie y el desfase que había en la comunicación y en el vínculo con su hijo. El quiebre que hay en la comunicación entre padre e hijo es terrible”, apuntó. Acevedo destacó el poder reflexionar qué tipo de función tenemos como adultos y el acercamiento que los padres podemos llegar a tener con nuestros adolescentes: “Yo creo que estamos tan inmersos en el consumo, en el trabajo, en el gasto, pero no somos conscientes de la responsabilidad que tenemos en cuanto a lo emocional y en cuanto a la comunicación con nuestros hijos. Ahí hay un desfasaje”. Al ser consultada sobre las emociones y sensaciones que atraviesan a los adolescentes en esta etapa, comentó: “Se sienten totalmente criticados por sus padres cuando en realidad este corte de comunicación se dio mucho antes que yo entre a esta etapa. Este es un trabajo de hormiguita que tiene que partir desde la niñez. Ahora yo veo la costumbre de los padres, cualquier cosa es que no moleste y le da el celular, entonces ya lo van aislando. Somos los padres que vamos brindando y acostumbrando a una conducta, que claramente cuando ese niño crece, se transforma en adolescente”. Luego añadió que este aislamiento que padece el chico lo expone al riesgo de encontrarse con contenidos mucho más peligrosos durante su crecimiento y que dejaron de ser simples dibujitos o juegos en red de los cuales participaba. “En la adolescencia cambia el contenido de lo que yo estoy consumiendo, siendo algo mucho más peligroso y más contaminante para ellos”, continuó, remarcando que “hay padres que hacen guardia, porque son policías, porque son médicos, porque son enfermeros, y no pueden compartir siempre. Pero en un momento del día llegar y decir ‘che, cómo estuvo tu día, te cuento un poco el mío, cómo estuvo el tuyo’, que haya un hábito, que yo tengo que construir en mi hijo, de hablar. Si nunca lo hizo, porque creés que cuando sea adolescente lo va a hacer, entonces ellos se sienten criticados”. Por otro lado, Acevedo también repasó el vínculo que nuestros hijos mantienen con “personas” en distintas redes sociales al sumergirse dentro de la web. Los denominados amigos virtuales que a un chico le generan vínculos con individuos de distintos lugares del mundo en donde se sienten escuchados y en donde comparten lo que viven diariamente. “El ser humano necesita de un otro, entonces lo va a buscar. No lo encuentro en mi casa, o en el colegio cara a cara, lo haré virtual, pero yo necesito hablar o conectarme con alguien. El tema es que la virtualidad nos trae esto de que yo no sé quién está del otro lado, me puede decir que se llama Pedro y es Juan, o que tiene 17 y en realidad tiene 48”, puntualizó. Violencia y bullying En otra parte de la entrevista, la psicóloga resaltó la importancia del trabajo que se lleva adelante sobre educación sexual integral (ESI), en la que no solamente se trabaja sobre la sexualidad, sino que también en el vínculo, la comunicación, el respeto. Puntualmente al referirse a la problemática del bullying, la profesional sostuvo: “Esto tiene que ver si pertenecés o no pertenecés a lo que la sociedad va marcando como modas. Las chicas se desesperan por tener hechas las uñas, por ejemplo. A los chicos les cuesta un poquito más acercarse. Ellos están atravesados justamente por este machismo, esta idea de que parece ser que el hombre no sufre. Son por ahí más las chicas las que sí se acercan un poco más al espacio. Como que dentro del colegio tenés al grupito que son las más populares o las chicas que tienen más cuidados en su estética o acceden a más cosas y tenés las otras que se van aislando”. En ese marco,añadió: “El tema del bullying y la discriminación es algo histórico, todos hemos pasado por eso. Hablamos de adolescentes por la serie, pero desde niños también son, por momentos, muy crueles, porque se ríen de si el compañero tiene el zapato roto, si usa lentes, si es gordo o es muy flaco o es muy petiso, y esas cuestiones siempre estuvieron. Creo que van a seguir estando en la medida en que los padres no tomen conciencia de ir trabajando las diferencias, que se agudizan en la adolescencia porque es lo que quiere hacer el adolescente, diferenciarse”. Además, consideró de suma importancia las herramientas que los padres puedan dar a sus hijos para ayudarlos en este proceso: “Tal vez te cargan porque vos estás excedido de peso, ¿Qué hacemos con esto? Trabajemos, empecemos una actividad física, vayamos a la nutricionista, tenemos nutricionistas dispersas en todos los centros de salud de forma gratuita”. “Quiero decir que tiene que ver con ocuparnos de esa cuestión. ¿Qué sostén emocional damos nosotros a nuestros hijos para que ellos no crean que porque mi compañero me carga por algo se acabó mi mundo? Porque esto, en realidad, esto de lo que pasó en la serie, del asesinato que comete este chico, en realidad es la contracara de un chico que si no ataca a quien agrede, se ataca a sí mismo, que eso aparece en los casos de suicidio, en donde yo ya no tolero el aislamiento que me están haciendo o el acoso que me están haciendo termino atacándome a mí mismo”. Al hablar de las preocupaciones que tienen los jóvenes dijo: “En estos últimos años están mucho mejor con esto del género, de la elección sexual, como que llegan a cierta edad y empieza esto de que parece que me gustan las chicas, parece que me gustan los chicos, estoy como en esa confusión e intento encontrarme. En realidad, lo que te dicen detrás de todo eso es ‘intento encontrarme, intento saber quién soy, para dónde voy’. Y después pasamos, saltamos, como que hay una brecha ahí directamente a naturalizar inicios sexuales muy tempranos sin ser conscientes ellos de lo que implica”. Sobre esto, mencionó la importancia de dar herramientas y fortalecer que los chicos no busquen información errónea en cualquier lado y que accedan a información científicamente comprobable de como saber cuidarse, a qué riesgos se exponen y hacerles entender de que deben respetar sus cuerpos. “Entender que esto no es simplemente iniciarse sexualmente, probar y nada más, sino que entender que está tu salud en riesgo, el contacto con el otro, la comunicación, lo afectivo. Es mucho más amplio que un simple encuentro sexual o genital”. Una de las cuestiones que también expuso la profesional es la idea de implementar las temáticas que atraviesa la serie en distintos establecimientos educativos. Esto a partir de que los chicos la vean y pueden generar debates con los docentes. Al ser consultada sobre qué le dejó la serie, Acevedo indicó: “Creo que viene a reflejar justamente lo totalmente perdidos que estamos los adultos frente a las cosas que le están pasando a nuestros adolescentes, lo totalmente aislados que estamos. Entonces viene a reflejar la falta de comunicación, la falta de interés y responsabilidad del adulto sobre lo que les pasa a nuestros adolescentes, porque tenemos que responsabilizarnos, tenemos que tener el coraje de poner un límite, de también bancarnos estar presentes, sentarnos y escuchar lo que tienen para decirnos y por sobre todas las cosas brindar herramientas para que puedan resolver”. “El charlar, el poder intercambiar cosas, todo el tiempo es lo importante, la comunicación es lo más vital para cualquier tipo de vínculo o de aprendizaje, en lo que sea”, resumió. Compartí esta nota:
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