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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 13/04/2025 04:50
Javier Milei y la directora del FMI, Kristalina Georgieva Allá por 2018, cuando el gobierno de Mauricio Macri transitaba su peor año, el equipo económico mantenía fuertes diferencias internas. Luis “Toto” Caputo era ministro de Finanzas y, contra lo que pensaban el de Economía, Nicolás Dujovne, y el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, rechazaba firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que permitiera la libre flotación del dólar. “Federico, es de manual, te van a ir a buscar”, le advertía Caputo a quien hoy es también su colega en el Gabinete, pero no orbita sobre la política económica. “Hay que dar la medida y la señal. Si te dan 50 mil millones de dólares, pero no podés vender, te falta la señal. En Argentina el dólar no flota tranquilamente”, insistía, según recuerdan los testigos de esas discusiones. Macri zanjó el tema: son dos contra uno, perdiste “Toto”. El 20 de junio se suscribió bajo esas condiciones el préstamo Stand-By, récord para el organismo. Lejos de calmarse, el dólar pasó de cotizar a 26, en junio, a cerca de 40 en septiembre. Caputo, que a esa altura ya había reemplazado a Sturzenegger al frente del BCRA, seguía reclamando de todos los modos posibles herramientas para estabilizar el peso. El Fondo accedió a ampliar la ayuda y permitió un sistema de bandas cambiarias, pero eso vino acompañado de la exigencia de la cabeza del propio “Toto”, quien se había vuelto indigerible para el entonces segundo del FMI, David Lipton. Lo que siguió, es historia conocida: no funcionó. Seis años y medio después, Caputo vuelve al mismo ring, necesitado de dólares y sin otra fuente de financiamiento, pero con otros actores y el desafío de que esta vez resulte diferente. Luis Caputo y Santiago Bausili, presidente del Banco Central El discurso de Javier Milei transmitido por cadena nacional tuvo el sentido exacto de explicar por qué este acuerdo no es un déjà vu, una memoria fresca de los procesos críticos de las gestiones de la Alianza y de Cambiemos. “Quiero ser claro con algo: nunca jamás en los últimos 120 años tuvimos orden fiscal, orden monetario y orden cambiario a la vez. Nunca, esta es la primera vez”, sostuvo el Presidente, luego de disponer el fin del cepo. Efectivamente, el Gobierno recurre al Fondo con superávit fiscal y, de hecho, se comprometió a bajar aún más el gasto (del 1,3 al 1,6% del PBI). También es cierto que el FMI planteaba en el ida y vuelta de las negociaciones que debían eliminar las restricciones cambiarias, si pretendían un desembolso de la magnitud como el convenido. La Casa Rosada navegaba cómoda con la idea de llegar con un dólar planchado (sin devaluación fuerte) y un índice de inflación a la baja a las urnas. Pero la dinámica local, a la que se le agregó el vendaval internacional, derivó en el adelantamiento de los planes. La gran incógnita es a cuánto se irá el dólar –que está habilitado a fluctuar en un rango entre 1000 y 1400- y cuánto de esa suba, que se descarta que ocurrirá, se trasladará a precios. En estimaciones preliminares, la consultora EcoGo, de Marina Dal Poggetto, sostiene la siguiente hipótesis: “Con un salto de 20/30%, probablemente volvamos a ver meses de inflación en torno al 4,5/5,5% mensual”. El IPC de marzo, difundido el viernes, ya había encendido una luz roja: 3,7%. Eso, por supuesto, también potenciará los reclamos de paritarias y podrá un ruido fuerte donde había cierta calma. En el Gobierno, imaginan tensión los próximos tres meses, y se ilusionan con que luego empiece a despejar. Es difícil de proyectar cuando, además, el mundo se ha vuelto tan incierto y ofrece una volatilidad extra. Milei tiene como escudos a Estados Unidos y el FMI, no está solo; pero esa señal le sirve para capear los mercados, pero no necesariamente en la opinión pública. Abril, mayo y junio, justo serán meses electorales en las provincias. La única que realmente importa en el “círculo rojo” es la disputa en la Ciudad de Buenos Aires, en la que se dirime si el PRO tiene sobrevida como partido y si La Libertad Avanza es un sello competitivo sin Milei en la boleta. La mesa chica del armado libertario decidió pactar con la mayoría de los gobernadores: no presentarán batalla seria en las provinciales –en beneficio de los mandatarios- y esperan la devolución de gentilezas para las nacionales, cuando el Gobierno necesita sí o sí reforzar su composición en el Congreso. La diputada neuquina, Nadia Márquez, junto a Karina Milei y Martín Menem Más allá de este diseño, LLA aún no consigue instalar nombres de peso y leales en el interior. En los comicios de Santa Fe, es muy probable que la performance sea magra, muy atrás del oficialismo provincial que encabeza la figura del gobernador Maximiliano Pullaro, que va como candidato a convencional constituyente. Con la audacia de quien se jacta de acelerar en las curvas y nunca pisar el freno, el Presidente arranca la maratón electoral con apertura del cepo, probable devaluación, reducción del gasto y rebote de la inflación. Esas son las consecuencias de corto plazo, con las promesas de crecimiento e inversión, a mediano y largo plazo. Hasta ahora, inversionistas y empresarios vienen demostrando respaldo e interés por Argentina pero no terminan de concretar operaciones de magnitud. De igual manera, el proceso de privatizaciones quedó a merced de que se liberen trabas, como la posibilidad de girar dividendos al exterior. La única privatización terminada por el momento es la metalúrgica IMPSA, en Mendoza. Se abrieron licitaciones para que pasen a manos privadas tres firmas: Corredores Viales, Belgrano Cargas e Intercargo, por las que hubo consultas. Según fuentes oficiales, en los próximos días se publicará en el Boletín Oficial el decreto que da inicio a la venta del paquete estatal de Transener, empresa transportadora de energía eléctrica de alta tensión. Está dentro de lo que denominan el “capítulo 1” de Enarsa, puesto que en la compañía hay unas 17 sociedades de las que el Gobierno quiere desprenderse. Para empresas calificadas como determinantes porque fijan tarifas de servicios públicos, se incluirán fórmulas polinómicas para establecer los costos. Se evalúa cómo lograr un equilibrio porque no habrá compradores si no garantizan el retorno de la inversión. En dos semanas, también se pone en marcha el llamado para concesionar cuatro centrales hidroeléctricas en el sur: Alicurá, El Chocón, Cerros Colorados y Piedra del Águila. Planta de Aysa Una de las que en el Gobierno ven viable para avanzar más rápido es Aysa. Se hará de dos formas: una licitación para ejercer el management de “control y operaciones”, y el resto va salir a la Bolsa. La modalidad de deshacerse de las empresas públicas a través de la venta de acciones, algo disruptivo, quedaría acotado sólo para aquellas que no sean consideradas “geopolíticamente” estratégicas. No es menor –dicen- quién puede convertirse en socio del Estado, en temas de seguridad militar, atómica, entre otras áreas sensibles. Así, de mejorar la situación en la segunda mitad del año, ven en la Casa Rosada una “ventana de oportunidad” en la venta de empresas entre julio y octubre. Es más, no descartan enviar al Congreso nuevos proyectos para incluir privatizaciones que quedaron fuera de la Ley Bases. En importantes estudios jurídicos reciben con frecuencia consultas por pliegos o por el régimen de inversiones, pero los empresarios extranjeros –hasta antes de este anuncio- eran reticentes hasta que se liberen las restricciones y se de un triunfo del oficialismo en las elecciones legislativas. El cuco del regreso del kirchnerismo todavía asusta. “Por ahora, vemos con más probabilidad que participen jugadores nacionales en las privatizaciones”, resumen desde un bufet. Rodrigo de Loredo, Karina Banfi y Soledad Carrizo del bloque UCR En medio de la tormenta, el sistema político sigue fracturándose. La UCR, que arrancó con un bloque de diputados de 32, tuvo una tercera escisión este viernes en Diputados. Están los que responden a Rodrigo De Loredo (son 14), los de Democracia para Siempre, de Facundo Manes (son 12); y los de la flamante Liga del interior, más conocidos como “radicales con peluca”, liderados por Pablo Cervi (son 6). Esta división, como otras, son funcionales y promovidas desde LLA. El kirchnerismo, por su parte, está pegado con plasticola entre los pedazos que responden a Cristina Kirchner y a Axel Kicillof. La ex presidenta debate en X con Milei, pero su vida política cotidiana se ha reducido a puntear las listas de la tercera sección electoral. El Presidente pondrá a prueba desde este lunes el segundo anuncio económico más importante de su mandato. El primero fue el plan de desregulación y reducción del gasto, en diciembre de 2023, luego de devaluar. En su último mensaje, lejos del tono de confrontación, buscó llevar esperanza frente a la oleada que se viene, casi poético: “En un mar de volatilidad, ya no somos una balsa de madera a la deriva; somos un verdadero acorazado”.
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