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  • Lorena Carbajal: «El Estado debe estar del lado de quienes necesitan contrapeso frente al poder económico concentrado»

    » El Ciudadano

    Fecha: 11/04/2025 11:46

    Por Luciana Mangó Este domingo 13 de abril, Lorena Carbajal compite en la lista a convencionales reformadores del Frente Amplio por la Soberanía (FAS) en el departamento Rosario, mientras que la nómina de distrito único del sector es encabezada por Claudia Balagué y Leonardo Caruana. La docente y militante socialista planteó a El Ciudadano que hubiera esperado más difusión del papel que juega discutir una nueva Constitución para Santa Fe, ya que hace más de sesenta años que no se actualiza. También, enumeró los derechos que espera pasen a estar protegidos constitucionalmente. —¿Cómo viene la campaña? ¿cómo están trabajando desde su espacio? —Venimos muy bien. La fortaleza de nuestro espacio, el Frente Amplio por la Soberanía, es que somos un equipo consolidado por 11 fuerzas políticas. Aunque es relativamente nuevo, la mayoría de sus integrantes tienen amplia trayectoria y experiencia. Compartimos una coherencia de valores y principios, algo que se nota en los actos y jornadas que organizamos en toda la provincia para convocar a la participación ciudadana. Son cosas que no se pueden impostar. Lo más importante es que, pese a que la reforma constitucional suele verse como un tema de nicho o de la política, detectamos que la ciudadanía está huérfana de espacios de participación. Hubo procesos de democratización y descentralización en el pasado, pero hoy están retraídos, no solo por falta de programas territorializados, sino porque no hay un interés en escuchar la voz directa de la gente. Nosotros creemos que no tiene sentido reformar la Constitución sin escuchar las inquietudes y necesidades reales de los santafesinos. Por eso, nuestro enfoque es más artesanal: recuperamos prácticas que la «nueva política» olvidó, priorizando el encuentro directo con la gente más allá de las redes sociales. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Diario El Ciudadano (@diarioelciudadano) —¿Cómo ven el posicionamiento y fortalecimiento del Frente Amplio por la Soberanía (FAS), que es un espacio relativamente nuevo? —Nuestra fortaleza es la coherencia. Somos personas que, más allá de nuestras procedencias como radicales, peronistas o socialistas, siempre estuvimos en el mismo lugar, incluso cuando los partidos tradicionales se reposicionaron. Creemos que eso también eso se recapitaliza. Estamos ocupando un vacío: una fuerza de centroizquierda, democrática y progresista, sin complejos en decirlo. Reivindicamos políticas que llevó adelante en su momento Frente Progresista y de la militancia universitaria en defensa de la educación pública. En un contexto donde muchos frentes apuestan a figuras mediáticas o discursos oportunistas, nosotros priorizamos solidez ideológica y trabajo territorial. Puede que no seamos los más masivos, pero somos valorados y reconocidos. La democracia necesita diversidad de voces, y hoy representamos a un sector que estaba huérfano. —¿Qué opinás de la alianza del Partido Socialista con el PRO dentro del Frente Unidos? —Yo integro Bases, una corriente de opinión interna del Partido Socialista. En su momento, disputamos una interna que no la ganamos, pero con una diferencia clave: no acordábamos con confluir con el PRO ni con sectores de derecha en el armado de una fuerza de gobierno. Creemos que en función de cómo llegás al poder condiciona lo que podés transformar. Muchos afiliados o votantes del socialismo hoy no se sienten representados por el Frente Unidos. Nosotros encarnamos la historia y los valores del socialismo, un partido centenario, y en la representación de un sector de la población que son los trabajadores, jubilados, estudiantes, pequeños comerciantes y productores agropecuarios. El Estado debe estar del lado de quienes necesitan contrapeso frente al poder económico concentrado. Si solo favorece a los que ya tienen poder fáctico, ¿qué espacio queda para construir una sociedad más justa, más vivible? Eso nos llevó a no compartir la línea que lleva adelante el oficialismo. Esperamos que en un futuro pueda haber un retorno a estas fuentes, este núcleo identitario. Me impactó, por ejemplo, ver discursos negacionistas del terrorismo de Estado desde legisladores aliados al oficialismo, a nivel provincial y a nivel nacional. Como socialista, no comparto espacios con esos sectores. Ni creo que sea gratis compartir esa línea. —Sobre la reforma constitucional, ¿creés que hay participación ciudadana real o fue un proceso precipitado? —Hay una decisión deliberada de que la gente no se entere de qué se va a discutir, de qué se va a votar. Yo soy militante participo en las las volanteadas y mesas, la mayoría no sabe qué se va a votar. Es un error porque es un proceso tan trascendente y no puede hacerse de noche a la mañana. Debió incluir a universidades, colegios profesionales y organizaciones sociales antes de la ley de la reforma, debieron convocarlos. La Constitución impacta en la vida cotidiana. La ley, la palabra no genera mágicamente nuevas realidades pero genera condiciones que te acercan o alejan más de determinados escenarios. Y si un derecho está consagrado constitucionalmente, hay más herramientas para exigir su cumplimiento. Es notorio, no sé si es intencional, pero no está dando a conocer la Constitución. Hoy no hay difusión desde el gobierno provincial, solo algo desde los medios y el Tribunal Electoral. Hubiera sido importante una campaña pedagógica desde los órganos correspondientes. Es una subestimación total del electorado, reducido a un rol pasivo de consumidor y que su única acción es ir a poner una cruz en una boleta. Otra subestimación es haber creído que todo se mueve en torno a figuras conocidas, un descrédito que se fogonea de la política como una rama de la actividad humana porque hay personas que han dedicado su vida a eso. En todo caso habrá mejores o peores exponentes. En ese sentido estamos orgullosos de quienes encabezan nuestra lista, Claudia Balagué, Leonardo Caruana, Griselda Tessio. Son personas que no son nuevas en la política pero en cada lugar que han estado han hecho un aporte significativo para la mejora de la gestión pública. —¿Cuál es la importancia de esta reforma y qué propuestas llevan? —La última reforma en Santa Fe fue en 1962, y nunca se adaptó a los cambios de la Constitución Nacional de 1994. Necesitamos darle rango constitucional a ciertos derechos para que no dependan de gobiernos de turno. Es necesario que haya acceso a la salud y educación. También creemos que no solo en la Legislatura sino también en el ejecutivo tiene que haber mandatos concretos para que desarrollen leyes sobre estas temáticas. Santa Fe es la única provincia que no tiene una ley de educación. Necesitamos también integrar un único sistema de salud, que nadie tenga que peregrinar por distintos lugares hasta dar con el efector que le corresponda. Necesitamos que el medicamento sea considerado como un bien social. En cambio ahora vemos que salen medidas como esporádicas. Es un derecho fundamental que no está consagrado por la Constitución. En nuestro frente también contamos con referentes ambientales. Creemos que este tema atraviesa a todas las áreas: salud, educación, producción. Hay que discutir los modelos de producción. A veces parece algo tabú. Aunque se niegue el cambio climático, hay tormentas severas, hay sequías profundas, hay olas de calor que no teníamos antes. Tenemos una realidad que está afectada por los procesos de urbanización, por los modos de producción, por los modos de consumo y creemos que eso tiene que estar protegido y resguardado en la Constitución porque son los bienes comunes. No son sólo los recursos naturales como nuestros ríos, humedales y la riqueza de nuestro suelo. Creemos que no pueden quedar librados a las fuerzas del mercado que pueden destruir nuestro ecosistema. Después, todo lo que tiene que ver con derechos humanos y garantías. El trabajo que tenemos con los pueblos originarios, tenemos candidatas que son referentes y que incluso han participado en el debate constitucional en el 94 por ese tema. En materia con los procesos de participación y democratización, la reforma política necesaria que la representatividad que tienen los cuerpos legislativos sea acorde a los votos que obtiene cada fuerza. La limitación es las reelecciones que hoy son indefinidas. En la introducción de mecanismos de participación directa como consultas populares e iniciativas. Muchos de los artículos habilitados al debate permitiría que se incluyan pero va a depender mucho de la composición que tenga la convencional constituyente que avance en estos tema o que se limite bastante el nivel de discusión. —¿Qué riesgos ves en la reforma? ¿Ves que algo del espíritu de época se puede colar en esta Constitución? —Sí. Hay sectores que demonizan agendas progresistas como derechos de mujeres, diversidad, de los trabajadores como culpables de los problemas que tenemos en la sociedad o de la propia economía. Pero la sociedad ya dio por ganados esos avances. Uno de los temas más preocupantes tiene que ver con la ley de Educación Sexual Integral (ESI) y los feminismos, el discurso violento que hay desde el Estado hacia estos sectores y quienes participamos. A veces las sociedades están más de avanzada que ciertos sectores de la política que quizá está leyendo mal el clima de época Creo que la gente sí necesitaba más estabilidad en su economía. Es muy difícil vivir en la incertidumbre permanente. Pero creo que la inmensidad de la sociedad reivindica los derechos de la infancias, las mujeres, de los mayores, de la diversidad sexual y si bien se van a dar discusiones en este sentido, cuando este debate tome estado público apuesto a haya colectivos que puedan accionar para que más allá de lo que se discuta en un recinto cerrado determinados temas alerten para que no haya retrocesos y se consagre constitucionalmente los avances que la sociedad ya da por ganados y no quiere perder. Nuestra apuesta política como espacio no se agota en una elección, aspiramos a construir un espacio sea una alternativa, que vea alguna esperanza frente a la antipolítica o la vieja política. Reivindicamos la política, tenemos experiencia, formación y honestidad para ofrecer. —También preocupa el discurso antipolítica y autoritario, a veces pareciera que los rasgos democráticos pueden estar en peligro. —Si hay una cosa espeluznante que el máximo responsable del gobierno de la provincia diga que «no habrá garantías constitucionales», ¡cuando estas protegen hasta a él mismo! Por ejemplo el principio de inocencia. Las garantías son las que aseguran a los propios ciudadanos que el Estado no vaya en contra de su propiedad, que no le ponga impuestos confiscatorios. Si no tenemos garantías para qué existen las leyes, el debido proceso… Creen que la gente está pidiendo eso y en realidad la gente quiere vivir tranquila, que las cosas funcionen como corresponde. Hay sectores que no estuvieron a la altura para resolver determinadas situaciones. Pero transformar los reclamos ciudadanos en dinamitar las instituciones o desprestigiarlas. No comparte la idea de casta política ni siquiera de clase política, las personas que hacemos política tenemos distintos orígenes, yo soy hija d obreros operarios, mi mamá no terminó la secundaria, mi papá fue técnico mecánico. Yo estudié en Rosario, trabajé toda mi vida, soy docente, tomo colectivo, mando a mi hijo a aun a escuela pública. El problema no es la política en sí, sino por ejemplo la falta de una justicia independiente que actúe contra corrupción, tanto en lo pequeño como en lo grande. —¿Algún tema clave que no se esté discutiendo? —Nosotros planteábamos una reforma integral porque nos parecía que este recorte, por ejemplo, limitaba la discusión acerca de la composición de las cámaras y los procesos de sanciones de leyes. No se habilitó la posibilidad de contar una unicameralidad que permitiría agilizar muchos procesos de legislación. Muchas veces se empantanan porque van a la Cámara de Diputados, donde hay representantes elegidos por la mayoría del pueblo de Santa Fe pero cuando llegan al Senado donde están elegidos por departamento, naufragan, quedan sin estado parlamentario. En el senado hay un perfil muy conservador y no permite avanzar en cuestiones como el hecho de que en Santa Fe no hay una ley de Educación. Una reforma integral hubiera permitido que se incluyera las voces de más especialistas. Sí, como candidata, me preocupa cómo va a quedar el tema de la autonomía. Si bien la reforma habilita declararla, pero va a estar sujeta a una ley provincial y deja las cartas orgánicas en manos de los concejos municipales. Para Rosario, sería clave una autonomía que tena una lógica metropolitana (transporte, ambiente, residuos) con el Gran Rosario. Hoy, cada localidad actúa aislada.

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