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» Diario Cordoba
Fecha: 10/04/2025 02:54
No es el nombre de alguna inteligencia artificial como tantas que cada día nos desplazan de lo humano; es el nombre de una mujer, persona en plenitud de su vitalidad. Ha venido de Alemania para recibir el azahar de nuestra Córdoba y que su corazón se envuelva en la alegría de una nueva primavera, con su azul, sus paisajes y sus horizontes, sus amaneceres, sus tardes rosas, sus noches siempre llevadas a las estrellas. Porque el alma de esta mujer posee el misterio de sentir la vida y plasmarla en belleza. Sus ojos, sus manos y hasta su sonrisa captan los colores y las formas que vibran a su alrededor, que laten con la brisa, por la tierra, por las nubes, en la sonrisa de un niño, con el canto de un pájaro, en los mil matices que pintan los pétalos de una flor, en la dulce melodía de un violín, planeando sobre una partitura igual que el vilano en las tardes de un parque. Esta mujer tiene el poder de la ternura; pasea por el ir y venir de cada día explicándonos el sentido que posee todo lo creado, desde el detalle más inadvertido, y nos lo convierte en imágenes y palabras, que son mensajes de inocencia, de reflexión y de esperanza. Esta mujer es heredera de una larga tradición de mujeres que vienen al mundo con la misión de transformarlo en armonía y sensibilidad, eso que existe, siempre, antes de una guerra y después de su devastación; antes del dolor, cuando asolan las heridas de la violencia y cuando por fin sanan. Seguramente no la reconoceréis si pasa a vuestro lado, porque el poder de esta mujer para abrir belleza está en sus dedos: en su aparente anonimato, encontraréis la respuesta al misterio que une a cada ser humano con el universo y su armonía, creados para nuestra trascendencia. *Escritor
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