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Parana » Inventario22
Fecha: 09/04/2025 01:22
El último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reveló cambios significativos en los ingresos de los hogares argentinos, que delinean una nueva pirámide social en el país. Aunque la pobreza y el desempleo mostraron una mejora en los últimos meses, la desigualdad sigue siendo marcada, con una brecha creciente entre los distintos sectores socioeconómicos. Cuánto hay que ganar para pertenecer a cada clase social Los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), correspondientes al cuarto trimestre de 2024, muestran los rangos de ingresos totales del hogar que identifican a cada segmento social: Clase baja: hasta $700.000 Clase baja superior: entre $1.060.000 y $1.750.000 Clase media baja: entre $1.850.000 y $2.100.000 Clase media alta: entre $3.200.000 y $4.500.000 Clase alta: entre $6.000.000 y $9.500.000 Estas cifras corresponden a ingresos mensuales totales del hogar, no individuales, y permiten dimensionar las diferencias entre los distintos estratos. Ingresos promedio y desigualdad El ingreso promedio per cápita en los 31 aglomerados urbanos relevados fue de $442.596, mientras que la mediana fue de $320.000. El 62,6% de la población total (18.652.800 personas) percibió algún ingreso, con un promedio de $701.865. Por estrato de ingreso individual, el promedio del sector bajo (deciles 1 a 4) fue de $243.074 el medio (deciles 5 a 8) llegó a $663.190, y el alto (deciles 9 y 10), a $1.696.916. La brecha entre el 10% con mayores ingresos y el 10% con menores fue de 13 veces. Además, el 10% más rico concentró el 32,3% del ingreso total, es decir, 17 veces más que el 10% más pobre. Transformación de la clase media El informe también sugiere una transformación en la estructura social argentina. La tradicional clase media, históricamente identificada como mayoría, enfrenta nuevos desafíos para sostener su nivel de vida. Mientras la clase media alta logró estabilizarse tras los ajustes económicos recientes, los sectores medios bajos viven bajo una sensación de constante recorte y dificultad para llegar a fin de mes. Entre la clase baja, la prioridad es evitar la marginalidad. Muchos hogares ya no acceden a primeras marcas y sólo logran sostenerse hasta el día 20 del mes. La resignación se volvió parte del día a día en un contexto donde las diferencias entre clases se miden por el consumo que ya no se puede sostener. El informe también expone la persistente desigualdad de género: el ingreso promedio de la ocupación principal de las mujeres fue 26,2% menor que el de los varones en el segundo trimestre de 2024. Otros indicadores relevantes - El coeficiente de Gini, que mide la desigualdad del ingreso, fue de 0,43, una mejora frente al 0,47 del primer trimestre, pero lejos de los 0,36 de los años 70. - La pobreza bajó del 53% en el primer semestre al 38% en el segundo, con una proyección del 35% para el primer trimestre de 2025. - El desempleo fue del 6,4% en el cuarto trimestre de 2024, uno de los niveles más bajos en décadas. Los datos del Indec reflejan una Argentina en proceso de reconfiguración social. Los ingresos actuales marcan nuevas fronteras entre las clases, con una desigualdad persistente que desafía la cohesión de una sociedad históricamente identificada con su clase media. (APFDigital)
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