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» Primerochaco
Fecha: 07/04/2025 00:12
Las paradojas y dilemas en el matete de la Corte son evidentes. Uno de los dos jueces en cuestión, Ariel Lijo, es juez federal y estaba propuesto para ser juez supremo. Si era honorable y capaz, debería serlo. Sin embargo, se recuerda que fue considerado el mayor corrupto de la historia. La pregunta que surge es: ¿puede un hijo que es considerado corrupto ser juez supremo y seguir como juez federal? Las contradicciones son evidentes. Se acusa a Milei de negociar con Cristina, pero el hijo no entra al final. Los que criticaban las negociaciones ahora dicen que Milei nunca quiso negociar. Esta situación confunde y deja a todos en un dilema moral. Milei comete un grave error al nombrar jueces por decreto. La excusa de la tardanza en el Senado no justifica esta acción. Hay dos vías para nombrar jueces: la convencional, que es la que se debe seguir, y la del decreto, que es una excepción. Al intentar las dos a la vez, Milei crea un caos. El dilema es que el Senado no quiere a los jueces nombrados, pero el decreto que nombra a Manuel García-Mansilla está vigente. Esto genera incertidumbre sobre la validez de sus fallos. La oposición se queja de que Milei actúa como un emperador, pero ellos también son responsables por no haber tratado los pliegos a tiempo. La situación es complicada. Milei forzó un escenario incorrecto, dejando a la corte en una posición difícil. García-Mansilla es juez, pero no tiene la aprobación del Senado, lo que genera una paradoja. La Constitución establece que para destituir a un juez se necesita un mal desempeño o un delito, lo que complica aún más la situación. La corte decidió que García-Mansilla está bien nombrado, pero ahora hay dudas sobre su validez. La corte no puede invalidar lo que hace dos semanas consideró correcto. Esta situación deja a todos encerrados en un dilema sin solución clara. La falta de buena fe y honestidad intelectual es evidente. Las paradojas del matete en la Argentina son un reflejo de la complejidad política actual, donde las decisiones y negociaciones cruzadas generan un escenario cada vez más complicado. Por Adrián Simioni – Cadena 3
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