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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 30/03/2025 02:46
En los últimos años, tener el pasaporte europeo es el aspiracional de muchísimos descendientes en nuestro país de inmigrantes que llegaron desde el Viejo Continente. La ciudadanía italiana, frente a la española, era la más accesible, hasta que empezaron a sumarse trabas, que aportaron mayor complejidad a la ya tediosa demora para conseguir un turno en los consulados. Pero el laberinto para tramitar el passaporto rosso se acaba de volver infinitamente más intrincado. Incluso, para miles de argentinos, desde este viernes, no habrá salida. Bajo las reglas existentes hasta ahora, cualquier persona que pudiera probar que tuvo un ancestro italiano que estaba vivo después del 17 de marzo de 1861, cuando se creó el Reino de Italia, podía solicitar la ciudadanía. Era el famoso ius sanguinis (derecho de sangre), que cambió drásticamente con esta decisión del Consejo de Ministros. La medida, que es similar a un decreto de necesidad y urgencia (DNU) argentino, entró en vigencia de inmediato. No obstante, ahora el Parlamento italiano tiene la facultad de tratarlo en sus dos cámaras y discutir modificaciones. Pero lo concreto es que sólo podrán tramitar la ciudadanía por descendencia quienes tengan al menos un padre o un abuelo italiano. No se podrá ir más atrás en la línea de sangre para buscar el antepasado que transmita la ciudadanía. El Ministerio de Asuntos Exteriores aseguró que hubo un aumento en la cantidad de personas en el extranjero a las que se les ha concedido la ciudadanía, "particularmente en Sudamérica", donde millones de italianos emigraron en los siglos XIX y XX, a menudo para escapar de la pobreza extrema en su país. Los medios italianos, como el Corriere della Sera, ejemplifican este cambio con el "caso Messi", en relación a que el futbolista argentino tiene triple ciudadanía (argentina, española e italiana) y que fue fichado por el Barcelona como jugador comunitario gracias a su tatarabuelo nacido que a fines del 1800 emigró de Recanati a la Argentina. El “golpe” previo a las posibilidades de tramitar la ciudadanía italiana había sido en octubre, cuando el Ministerio del Interior de Italia, a cuento de dos fallos en el Tribunal de Casación de Roma, cambió la doctrina para solicitarla. La circular N° 43.347 introdujo una reinterpretación del ius sanguinis que consideraba que si el antepasado italiano que emigró y se naturalizó (en nuestro caso, como argentino) cuando su hijo o hija era menor de edad, "provocó" al hacerlo que su descendencia también pierda la ciudadanía italiana. Por ejemplo, al ser ese hijo menor de 18 años, se considera que debe seguir la ciudadanía de su padre, que dejó de ser italiano al naturalizarse argentino. Ese hijo o hija, según la circolare, al ser menor, está subordinado a la patria potestad de su padre (el padre queda facultado para disponer jurídicamente de su hijo). Entonces, si el ancestro se naturaliza como ciudadano extranjero mientras los hijos eran menores de edad, y éstos no solicitaron la ciudadanía entre los 21 y 22 años, también pierden automáticamente la ciudadanía italiana, al igual que la perdió él al naturalizarse.
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