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» Diario Cordoba
Fecha: 28/03/2025 00:55
En estos días nos ha llegado la noticia de que el señor Trump está muy ofendidito. ¡Vaya por Dios!... Y no, no ha sido por su crisis de seguridad compartiendo planes militares ultra-secretos con periodistas a través de un grupo de chat, por sus terribles decisiones con impacto mundial, por su traición a los jóvenes que cayeron en Europa luchando junto a nosotros contra el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, por sus numerosas condenas, por las deportaciones salvajes que está haciendo o por la vergüenza en cómo trató a un jefe de gobierno en guerra como es Zelenski… No, Trump se ha ofendido con un retrato oficial para el Capitolio Estatal de Colorado que le han pintado. Ha llegado a decir que prefería no tener un retrato a tener ese, poniendo de manifiesto la sospecha de que la pobre creadora -Sarah Boardman, la artista que ha tenido que retratarle- lo hizo mal a posta para hacerle quedar peor que el retrato de Barack Obama que estaría a su lado en la colección de presidentes. En fin… como si hiciera falta mucha intención para retratarle tal y como es. Esto de las ofensas de presidentes por los retratos no es nada nuevo. Uno de los casos más apoteósicos fue el del retrato que realizó el célebre artista Yonathan Yeo (retratista de estrellas y políticos como Nicole Kidman, Dennis Hooper, Tony Blair…) para la Biblioteca Bush en 2007. Presentó una primera versión que no fue del todo del agrado de las autoridades, así que el artista presentó una segunda propuesta. En esta nueva opción se identificaba perfectamente al presidente George W. Bush, pero había un detalle si lo mirabas detenidamente: la nueva versión del artista estaba hecha con recortes de revistas pornográficas. Así que, al fijarte, podías apreciar en el rostro del presidente todo tipo de posturas, genitales, carnes y demás. Suerte tiene el presidente Trump de que los pintores, hasta ahora, no podamos pintar claramente cierta moralidad, el alma del retratado; que no tengamos el poder de hacer cuadros a lo Dorian Gray, porque en ese caso no habría oscuridad ni materia en este momento para representar lo que esa cara esconde. La dificultad sería encontrar con qué representarlo ya que a él -con sus antecedentes y delitos- es probable que ni siquiera el material pornográfico le hiciese mella. Lo mismo hasta se identificaba más. Cualquier cosa es posible con este señor. *Artista y profesora de la Universidad de Sevilla Suscríbete para seguir leyendo
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