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» Sin limites
Fecha: 27/03/2025 06:11
Cuando el príncipe Harry cofundó Sentebale en 2006 junto al príncipe Seeiso de Lesoto, lo hizo con la esperanza de honrar la memoria de su madre, Diana de Gales, y brindar apoyo a los niños más vulnerables del sur de África. Casi dos décadas después, el duque de Sussex ha abandonado la organizaciónen medio de un huracán de acusaciones, dejando tras de sí una crisis institucional y preguntas sin respuesta. BATALLA INTERNA Su renuncia, anunciada en un comunicado conjunto con Seeiso, es la consecuencia de una fractura irreparable dentro de la organización. La tensión entre la junta directiva y su presidenta, Sophie Chandauka, ha derivado en una batalla interna que ha expuesto profundas discrepancias sobre la gestión y el futuro de la fundación. Es devastador que la relación entre los administradores y la presidenta se haya roto de manera irreparable», expresaron ambos príncipes en su declaración oficial. La decisión, según sostienen, no ha sido fácil, pero aseguran que informarán a la Comisión de Beneficencia sobre los eventos que los llevaron hasta aquí. SIN EMBARGO, CHANDAUKA NO HA GUARDADO SILENCIO. La presidenta de la junta ha lanzado serias acusaciones contra los administradores, denunciando una cultura de intimidación, abuso de poder y discriminación, especialmente hacia las mujeres negras. Su testimonio ha llegado a la Charity Commission del Reino Unido, que actualmente investiga el caso. «Este no es un proyecto de vanidad al que pueda renunciar cuando me llamen a rendir cuentas», ha afirmado Chandauka, sugiriendo que hay quienes se sienten por encima de la ley. SITUACIÓN INCÓMODA PARA EL HIJO MÁS POLÉMICO DE CARLOS III La tormenta en Sentebale plantea una incómoda cuestión para Harry: ¿cómo afecta este escándalo a su imagen pública? Para un hombre que ha hecho de la lucha por la justicia social y la equidad su bandera, este episodio podría representar un golpe a su credibilidad. Mientras tanto, la organización sigue en pie, con su misión intacta, pero con su reputación en la cuerda floja. fuente: La Razón
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