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Parana » Inventario22
Fecha: 25/03/2025 12:19
Desde Córdoba Cuando los relojes marcaban las 17.00, la lluvia todavía mojaba a los puntuales que ya estaban concentrados en la avenida Colón, en una larga fila de varias cuadras por la zona céntrica de la capital provincial. Los organismos de derechos humanos a la cabeza y luego las organizaciones de la sociedad civil, independientes, gremios, organizaciones estudiantiles y partidos políticos. Mezclados entre todos ellos, distintos colectivos de artistas le pusieron color a una movilización que arrancó bajo una garúa mansa. La marcha empezó minutos después, mientras desde las calles laterales se seguían descolgando los que, demorados por el agua, buscaban su columna. A poco de andar, como si estuviera sincronizado, las nubes cedieron y la lluvia ofreció una tregua. Para ese momento, 120 mil personas -según la estimación de la organización- se movilizaban en Córdoba bajo la consigna “frente a la impunidad y la crueldad, la memoria nos une por un país más solidario”. El afiche de los organismos de derechos humanos mostraba una motosierra rompiéndose en pedazos al intentar cortar una flor roja (un símbolo de la lucha por Memoria, Verdad y Justicia en Córdoba). La coyuntura del país estuvo presente en los carteles, pintadas, afiches y también en el documento oficial que se leyó en el escenario. “Nunca antes desde la restitución de la democracia hemos enfrentando tales niveles demenciales de impunidad y crueldad por parte de un Gobierno Nacional. Pisotean la Constitución, avasallan los derechos ganados y las conquistas sociales alcanzadas, imponen una política económica que excluye a los sectores más humildes y así empobrecen y condenan al hambre a millones”, fue parte del texto de los organismos de derechos humanos. Abajo, en las calles, los carteles rezaban consignas que vinculaban el pasado con el presente. “Los dos demonios son Karina y Javier”, se leía en un cartel con la firma del colectivo Milei Culiadazo. Diana es comunicadora y en la marcha repartía volantes que se preguntaban: “¿Dónde dejaron el país que había?”. “Marchamos porque todavía nos faltan los cuerpos de las personas desaparecidas, un lugar para llevarle flores y honrarlos y nos faltan nietos y nietas que todavía no saben su verdadera identidad”, le dijo a Página/12. Las puestas artísticas se multiplicaban cuando la marcha giraba hacia avenida General Paz: en el frente de la Basílica Santo Domingo, en el balcón de la sede de la CGT Córdoba, en el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba. Una cuadra más adelante, la Red de Orquestas Barriales -integrada por menores de barrios populares de Córdoba- hacía sonar unos tangazos. En las solapas de los músicos, flores rojas. Detrás de los violines, bandoneones y contrabajos, la foto de desaparecidos de Córdoba. Detrás de esas fotos, la fachada imponente del Teatro del Libertador, escenario mayor de la ciudad. La lluvia no detuvo la música ni la memoria. Ana Guillón, de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas de Córdoba, le dijo a este diario que “la marcha fue masiva porque fue una respuesta a un gobierno nacional que desmenuzó todo lo que tenga que ver con derechos humanos”. La integrante de la Mesa de Trabajo por los DDHH agregó que esos ajustes obturan la posibilidad de continuar con los juicios y la construcción de memoria. “En Córdoba por suerte seguimos teniendo los espacios de memoria en los centros clandestinos de detención porque dependen de la provincia”, completó. Las represiones actuales El nombre de Pablo Grillo estaba por todos lados. En los carteles, en las intervenciones artísticas, en el pecho de los fotógrafos que pidieron “justicia por Pablo” mientras sonaba la parte instrumental del himno nacional. La represión comandada por Patricia Bullrich no pasó por alto en el texto que leyó la organización en el escenario: “No olvidaremos la violencia contra nuestros viejos, nuestras abuelas y contra quienes se solidarizan con su causa. No nos olvidamos de la jubilada Beatriz Blanco, salvajemente golpeada por manifestarse y del fotógrafo Pablo Grillo, herido letalmente por parte de las fuerzas represoras”. Abajo los fotorreporteros levantaban sus cámaras como lo hicieron el miércoles pasado durante el Camarazo que se sumó a la ronda de jubilados. El reclamo por la privatización de la energía en Córdoba Hacia el final del acto, trabajadores de Luz y Fuerza tomaron la palabra para denunciar que el gobierno provincial pretende transformar la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) en una sociedad anónima. “Es el quinto intento privatizador que enfrenta EPEC. No hay razón para hacerlo, la empresa es superavitaria. EPEC cumple un rol social imprescindible que ningún privado va a llevar adelante. Es momento de defender la empresa que es de todos los cordobeses”. La palabra de los trabajadores de EPEC llegaba nítida hasta el monumento a Agustín Tosco, nombre histórico del sindicalismo cordobés que fuera titular de Luz y Fuerza, que está a escasos cincuenta metros.
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