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Basavilbaso » Riel FM
Fecha: 23/03/2025 10:32
Tras casi 40 días de incertidumbre y recuperación, el Papa Francisco hizo su primera aparición pública este domingo al mediodía, conmoviendo a los fieles que se habían reunido a las puertas del policlínico "Gemelli" de Roma para verlo. A sus 88 años, el pontífice, que estuvo ingresado debido a una neumonía bilateral, se mostró visiblemente cansado, pero con su característica cercanía. Sentado en una silla de ruedas y con signos evidentes de fatiga, el Papa se asomó al balcón del quinto piso del hospital, donde se encontraba una multitud que había esperado con ansias ese momento. Con la ayuda de uno de sus colaboradores, Francisco se acercó a un micrófono y, para sorpresa de todos, comentó sobre una de las asistentes que sostenía un ramo de flores amarillas: "¡Esta señora con las flores amarillas, qué brava!", expresó con una sonrisa, dejando ver su buen ánimo, a pesar de las secuelas de la enfermedad. Aunque no se había previsto que el Papa hablara en esta ocasión, sus palabras llegaron como un rayo de luz en medio de su proceso de recuperación. Ayer los médicos informaron que, aunque el obispo de Roma todavía tiene dificultades para hablar, los ejercicios de fisioterapia continúan ayudando a que recupere gradualmente su capacidad de comunicarse con claridad. A pesar del evidente cansancio, el Papa no dejó pasar la oportunidad de impartir su bendición apostólica a los miles de presentes que abarrotaron la plaza frente al centro sanitario. Entre ellos se encontraba el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, quien también quiso estar cerca del sucesor de Pedro en este emotivo momento. El Papa, que llevaba casi cuatro décadas internado, a bordo del Fiat 500 que utiliza para sus desplazamientos en Roma, dejó el policlínico en este mismo vehículo, sin la necesidad de ambulancia, lo que dio una señal de su notable mejoría. Sin embargo, aún deberá seguir rehabilitándose por un par de meses más en su residencia de la Casa Santa Marta. Durante estos días de internación, los médicos que atendieron al pontífice informaron que su vida estuvo en peligro en un par de ocasiones. Sin embargo, la combinación de terapias farmacológicas, oxígeno de alto flujo y respiración mecánica no asistida lograron estabilizarlo, permitiéndole superar los momentos más críticos. El Papa Francisco, incansable en su labor pastoral, continúa siendo un símbolo de resiliencia, y esta breve pero significativa aparición en el hospital refuerza su presencia espiritual, más allá de las adversidades.
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