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Concepcion del Uruguay » RNLT-11
Fecha: 21/03/2025 09:52
Hace cinco años atrás, el 19 de marzo de 2020, se dio una situación inédita en Argentina. Se decretaba la cuarentena obligatoria o ASPO, siglas de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, una medida que duraría 10 días pero que se estiró por varios meses, relajándose progresivamente con la llegada de las vacunas. “Desde el 20 de marzo a las 0, todos tienen que quedarse en sus casas”, anunciaba el entonces presidente Alberto Fernández en cadena nacional junto a gobernadores del oficialismo y de la oposición. Prometió que el Gobierno será “absolutamente inflexible” contras quienes circulen en las calles sin permiso dado el “momento excepcional” que había. La decisión, que, conocida con los dispuesto en la mayoría de los países del mundo, se comunicaba poco después de anunciarse la suspensión de clases en todo el país y el cierre de fronteras. Solo estaba permitido salir a la calle para hacer compras en negocios de cercanía de productos esenciales como alimentos y medicamentos, permitiéndose la apertura de farmacias, supermercados y estaciones de servicios. En los bancos solo funcionaban los cajeros automáticos. También se ordenó la suspensión de las actividades como espectáculos y deportes para impedir la concentración masiva de personas y continuar propagando el virus. Como parte de las medidas también se decidió la suspensión de actividades no esenciales y la licencia laboral para mayores de 60 años. Las fuerzas de seguridad tenían permitido detener y secuestrar los vehículos que circulen en infracción con consecuencias penales. Para ese entonces ya se habían registrado 56 casos de coronavirus en el país y dos fallecidos. Había pasado poco menos de medio mes del primer caso, registrado el 3 de marzo de una persona que había llegado al país luego de estar en Italia y España. La primera muerte llegaría el 7 de marzo. Previo al silencio en las calles, una multitud se había anticipado a la medida, realizando compras anticipadas en supermercados –incluyendo productos que faltarían como alcohol en gel y papel higiénico y retornando masivamente desde la Costa Atlántica. Ese mismo día a las 21, los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires y varias ciudades del Interior salieron a aplaudir para apoyar el esfuerzo de los médicos y enfermeros. En tanto, en el mundo, los contagios se agravaban: Italia superaba ya a China en número de decesos con 3.405 muertos. En Francia fallecieron 108 en tan sólo 24 horas. Desde ese día la vida de los argentinos cambió, con secuelas que persisten hasta hoy, en un hecho que quedará marcado en la historia.
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