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  • El impacto de la soledad: nuevos hallazgos revelan sus efectos en la salud física y mental

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 16/03/2025 00:36

    Investigadores de la Universidad de Wollongong advierten que el aislamiento social es un factor de riesgo comparable al tabaquismo y la obesidad (Imagen ilustrativa Infobae) Tal como ha indicado la Organización Mundial de la Salud (OMS), el aislamiento social y la soledad “son formas de desconexión social”: el primero “es el estado objetivo de tener pocos roles, relaciones o interacciones sociales, y constituye la dimensión estructural de la desconexión social”. En tanto, la soledad “es el sentimiento o emoción desagradable o negativo que se deriva de la falta percibida de conexión social, que refleja una discrepancia entre la experiencia de conexión deseada y la real”. Según ha reportado la OMS, una de cada cuatro personas mayores “sufre aislamiento social, tasa muy similar en todas las regiones”. Además, resultados de diversos estudios indican que “entre un 5% y un 15% de los adolescentes padecen soledad, pero es probable que estas cifras representen una subestimación”, de acuerdo a la entidad internacional. La ciencia ha ahondado en sendos estudios sobre este tema, al subrayar no solo consecuencias sino también posibles abordajes. Aquí, un repaso por los últimos hallazgos y el análisis de especialistas a Infobae. Un estudio reciente destaca que el aislamiento social y la soledad deberían evaluarse periódicamente en pacientes con enfermedades crónicas (Imagen Ilustrativa Infobae) Recientemente, un estudio ha subrayado la creciente importancia de detectar el aislamiento social y la soledad en personas que viven con enfermedades crónicas. Los investigadores de la Universidad de Wollongong (UOW), en Australia, instaron “a estar atentos a quienes podrían estar en riesgo”, según divulgaron en un comunicado de la casa de estudios. Scott William, investigador principal del Centro de Investigación de Atención Crónica y Compleja de la UOW, expresó que nunca ha sido tan urgente abordar el aislamiento social. “Australia está experimentando un cambio hacia una población de mayor edad. Las personas con enfermedades crónicas, como la insuficiencia cardíaca, viven más tiempo . El aislamiento social afecta a uno de cada cuatro adultos y se reconoce como una crisis de salud moderna, con un factor de riesgo comparable al tabaquismo, la obesidad y la inactividad física”, dijo el experto. William subrayó la necesidad de que los profesionales de la salud evalúen de manera periódica el aislamiento social y la soledad, especialmente en personas con enfermedades crónicas. Sin embargo, un aspecto clave del estudio es la falta de claridad sobre cómo los médicos están evaluando estos factores. “El aislamiento social y la soledad deben evaluarse periódicamente en todos los pacientes, pero especialmente en aquellos que tienen un alto riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca. Sin embargo, no está claro cómo los médicos evalúan el aislamiento social y la soledad, por lo que nuestra investigación tuvo como objetivo explorar este concepto”, afirmó William. En una revisión de 30 estudios realizados en 15 países, investigadores analizaron cómo se evalúan la soledad y el aislamiento en pacientes con insuficiencia cardíaca, con la meta de mejorar la detección y desarrollar estrategias de intervención más eficaces (Imagen Ilustrativa Infobae) La investigación, titulada “Una revisión sistemática para identificar instrumentos de evaluación para el aislamiento social o la soledad en adultos con insuficiencia cardíaca”, fue publicada en la revista npj Cardiovascular Health. En ella, un equipo interdisciplinario, compuesto por profesionales de la salud mental, cardiovascular y enfermería, revisó 30 estudios realizados en 15 países. En total, casi medio millón de pacientes participaron en esta investigación. El objetivo de este análisis fue identificar los instrumentos clínicos y de investigación que se utilizan con más frecuencia para evaluar la soledad y el aislamiento social en pacientes con insuficiencia cardíaca. “Esperamos que este estudio conduzca a una mejor comprensión de la importancia de la detección, a una mejor evaluación del riesgo de los pacientes y a mejores intervenciones y resultados”, afirmó William. La revisión apunta a mejorar la manera en que se evalúan los riesgos, con el fin de crear mejores estrategias de intervención. El estudio no solo pone el foco en el trabajo de los profesionales de la salud, sino que también apela a la comunidad en su conjunto. William hizo hincapié en que el aislamiento social y la soledad no son problemas que se puedan resolver únicamente desde el ámbito médico. “No podemos confiar únicamente en los profesionales de la salud para hacer el trabajo pesado; debe ser una responsabilidad comunitaria compartida”, comentó el investigador. En su opinión, todos tienen un papel que desempeñar. William, por eso, destacó la necesidad urgente de desarrollar intervenciones basadas en la comunidad para abordar esta problemática. En su visión, la colaboración y el apoyo mutuo entre vecinos y comunidades podrían jugar un papel crucial para reducir riesgos en las personas más vulnerables. Los beneficios de una vida social activa Los especialistas enfatizan que combatir la soledad no es solo tarea de los médicos, sino una responsabilidad compartida por la sociedad, ya que mantener conexiones humanas es clave para la salud mental y física de las personas en riesgo (Imagen Ilustrativa Infobae) Semanas atrás, en tanto, un trabajo publicado en la revista Nature Human Behavior ha revelado que una vida social activa parece estimular el sistema inmunológico y reducir el riesgo de enfermedades graves, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes tipo 2. Los investigadores encontraron que la soledad y el aislamiento social tienen un impacto profundo en la salud. “Estos hallazgos resaltan la importancia del contacto social para mantenernos bien”, dijo Barbara Sahakian, profesora de la Universidad de Cambridge, en un comunicado de prensa de la universidad. El estudio identificó 175 proteínas en la sangre asociadas con el aislamiento social y 26 relacionadas con la soledad. Algunas de estas proteínas se producen en respuesta a, por ejemplo, inflamación, infección viral, respuesta inmunitaria y enfermedades crónicas, como la enfermedad cardíaca y la diabetes, señalaron los investigadores. Chun Shen, investigador postdoctoral del Departamento de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Cambridge, comentó sobre la relevancia de este descubrimiento: “Sabemos que el aislamiento social y la soledad se vinculan con una peor salud, pero nunca hemos entendido por qué”. A través de la investigación, los expertos identificaron una serie de proteínas clave que parecen desempeñar un papel crucial en esta relación. Shen siguió: “Nuestro trabajo ha puesto de relieve una serie de proteínas que parecen desempeñar un papel clave en esta relación, con niveles de algunas proteínas en particular aumentando como consecuencia directa de la soledad”. Un estudio en Nature Human Behavior revela que una vida social activa puede fortalecer el sistema inmunológico y reducir el riesgo de enfermedades como diabetes tipo 2, accidentes cerebrovasculares y afecciones cardíacas (Imagen Ilustrativa Infobae) Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron muestras de sangre de más de 42,000 personas de entre 40 y 69 años, quienes participaron en el Biobanco del Reino Unido, un estudio de salud a largo plazo. Los resultados mostraron cómo las proteínas en la sangre se asociaban con los niveles de aislamiento social y soledad autoinformados, así como con el estado de salud general de los participantes. Los investigadores identificaron cinco proteínas específicas que aumentaban notablemente debido a la soledad. Una de ellas, la ADM, tendría un papel importante en la regulación de las hormonas relacionadas con el estrés, así como la llamada “hormona del amor”, la oxitocina. “Los niveles más altos de ADM se vincularon con un mayor riesgo de muerte prematura”, destacaron los investigadores. Otra proteína significativa identificada en el estudio fue ASGR1, que estaría relacionada con el colesterol alto y un mayor riesgo de problemas cardíacos según apuntaron. “Las proteínas que hemos identificado nos dan pistas sobre la biología que subyace a la mala salud entre las personas que están socialmente aisladas o solas, lo que resalta por qué las relaciones sociales juegan un papel tan importante en mantenernos sanos”, concluyó Jianfeng Feng, profesor de la Universidad de Warwick. Investigadores de la Universidad de Cambridge hallaron 175 proteínas en la sangre asociadas con el aislamiento social y 26 con la soledad, lo que ofrece nuevas pistas sobre los efectos biológicos de la desconexión social en la salud (Imagen Ilustrativa Infobae) La soledad en el psicoanálisis Jorge Catelli, psicoanalista y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), explicó en diálogo con Infobae que la soledad “ha sido objeto de análisis tanto en el psicoanálisis como en diversas ramas de la psicología, y ambas disciplinas coinciden en que su impacto en la salud mental es profundo, multicausal y se encuentra en un entramado complejo para realizar entre factores constitutivos, de la temprana infancia, accidentales y de índole ambiental o social”. El psicoanalista subrayó que tanto el psicoanálisis como la psicología coinciden en que “la soledad es más que la ausencia de compañía: es una experiencia interna altísima complejidad que afecta profundamente los estados mentales”. “Desde el psicoanálisis se considera que la soledad puede tener orígenes en experiencias tempranas del lazo con el otro, constituyendo de este modo, los primeros rasgos identificatorios y de la subjetividad”, dijo Catelli. La psiquiatra Patricia O’Donnell resalta la importancia de la cultura como un recurso clave para la supervivencia psíquica, ya que la música, la literatura y el arte pueden actuar como bálsamos en momentos de aislamiento y desconexión social (Imagen Ilustrativa Infobae) Al tiempo que destacó que el encuentro con el otro “puede ser un encuentro acogedor, que diga de un modo amoroso en el momento en que es necesaria la satisfacción de las necesidades básicas. También puede transformarse, de acuerdo a la configuración psíquica, de quien cumpla esa función, en un encuentro enloquecedor, o bien a veces aterrador, dando lugar a una particularidad propia de cada sujeto”. A lo largo de su intervención, Catelli enfatizó la importancia “de no generalizar en relación con las situaciones psíquicas de los sujetos, para tomar conciencia de que se trata de un análisis caso por caso, considerando justamente la singularidad constitutiva de la subjetividad y en la relación con las figuras significativas de la historia constitutiva del sujeto”. Para Catelli, la soledad no solo se refiere a “la falta de compañía, sino también a un estado interno en el que la persona se siente desconectada, incomprendida o no reconocida. En algunos casos, esto refleja conflictos internos no resueltos y la incapacidad de integrar experiencias afectivas de manera integrada”. En el ámbito del psicoanálisis, la soledad es vista como una experiencia compleja que impacta en la construcción de la subjetividad, entre otros factores (Imagen Ilustrativa Infobae) “La soledad puede tener una función simbólica relacionada con el proceso de individuación y la búsqueda de una identidad propia, aunque, cuando se vuelve abrumadora, genera malestar emocional y afecta los estados psíquicos del sujeto”, dijo el psicoanalista. La soledad persistente y el riesgo de demencia La soledad persistente podría ser un factor de riesgo significativo en el desarrollo de demencia, según un estudio que rastreó los autoinformes de soledad y la salud neurológica de más de 600.000 personas en todo el mundo. En 2024, la investigación, apoyada por el Instituto Nacional de Salud Mental de EE. UU., reveló que la soledad aumentó en un 31% las probabilidades de que una persona desarrollara cualquier forma de demencia. Además, incrementó en un 15% las posibilidades de deterioro cognitivo. El estudio, del que participó la doctora Martina Luchetti del Colegio de Medicina de la Universidad Estatal de Florida, también subraya que la soledad no solo afecta a la salud emocional, sino que tiene un impacto tangible en el cerebro. Este hallazgo se publicó en la revista Nature Mental Health. Se han identificado cambios cerebrales relacionados con la soledad, como la reducción de la conectividad neuronal y el deterioro de áreas clave para la percepción, según Celeste Beltramini (Imagen Ilustrativa Infobae) El doctor Páraic Ó Súilleabháin, coautor del estudio y director del Laboratorio de Personalidad, Diferencias Individuales y Salud Bioconductual de la Universidad de Limerick, en Irlanda, destacó la relevancia de los descubrimientos. “Estos son hallazgos muy importantes e indican que la soledad es un factor de riesgo críticamente importante en el desarrollo futuro de la demencia”, expresó. En su explicación, el Dr. Ó Súilleabháin también abordó el impacto de la soledad en la longevidad y en diversas enfermedades cognitivas. “La soledad es de vital importancia para la salud cognitiva, ya que la soledad conduce al desarrollo futuro de demencia, demencia vascular, enfermedad de Alzheimer y un deterioro cognitivo más general”, explicó el experto. Para él, este estudio es “una investigación muy importante que tendrá consecuencias de largo alcance”. Uno de los aspectos más llamativos del estudio es el hecho de que la soledad es un factor de riesgo modificable. “Hay diferentes tipos y fuentes de soledad que pueden afectar los síntomas cognitivos en todo el proceso de la demencia. Aordar la soledad promoviendo un sentimiento de conexión podría proteger la salud cognitiva en la vida posterior”, dijo Luchetti. La soledad y su impacto en el cerebro Por su parte, Celeste Beltramini, especialista en neurología en la Unidad de Neurología Cognitiva de la Clínica Universitaria Reina Fabiola de Córdoba, explicó en diálogo con Infobae que los adultos mayores “están en mayor riesgo de aislamiento social y soledad debido a los cambios en la salud y las conexiones sociales que pueden llegar con el envejecimiento, como la pérdida de audición, la vista y la memoria, discapacidades, dificultades para moverse y/o la pérdida de familiares y amigos”. La soledad no solo afecta el estado emocional, sino que también puede alterar la conectividad neuronal, de acuerdo a expertos (Imagen Ilustrativa Infobae) La especialista detalló los efectos de la soledad en el cerebro, al indicar que la soledad puede afectar el cerebro de varias maneras”. Activación del sistema de estrés. “La soledad puede activar el sistema de estrés, lo que puede llevar a un aumento en la producción de cortisol, una hormona que puede dañar las neuronas y afectar la memoria y el aprendizaje”, dijo. Reducción de la conectividad neuronal. La soledad puede reducir la conectividad neuronal en áreas del cerebro involucradas en las emociones, la motivación y la cognición, según Beltramini. Inflamación crónica. “La soledad puede llevar a una inflamación crónica en el cerebro, lo que puede contribuir al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer”, planteó la experta. En cuanto a los efectos a corto plazo de la soledad en el cerebro, Beltramini comentó que la soledad puede tener efectos a corto plazo, incluyendo los siguientes: Deterioro de la memoria y el aprendizaje: “Cambios en el estado de ánimo. Dificultades para dormir. La participación en actividades sociales y comunitarias se ha relacionado con una mayor esperanza de vida (Imagen Ilustrativa Infobae) Finalmente, la doctora Patricia O’Donnell, psiquiatra y psicoanalista integrante de APA, amplió en conversación con Infobae sobre el complejo tema de la soledad y su impacto en la vida humana. “Vivimos en una época con una mirada negativa sobre la soledad. Sin embargo, si logramos disfrutarla, puede ser un espacio donde encontrar recursos para no caer en la superficialidad de un mundo narcisista. Para algunos también fue un momento de conexión con el futuro y con el pasado, leyendo, escuchando música e historias de cómo se lidió en otros tiempos con situaciones semejantes”, reflexionó la especialista. La importancia de la soledad en la vida de las personas, según O’Donnell, no debe ser subestimada. “Igualmente, el encuentro humano es insustituible. Pensemos en la importancia de la amistad que puede otorgar una vivencia de sostén y confianza, resultando un antídoto para la soledad, un alivio al sufrimiento, ser fuente de creatividad, e incluso, otorgar otro sentido a la vida”, agregó. O’Donnell también mencionó el papel de la imaginación y las artes como recursos esenciales para atravesar momentos difíciles: “También se puede apelar a la imaginación, el arte, la música, la lectura y la poesía. Recordemos la importante función que cumple la cultura como bálsamo para la supervivencia psíquica, fundamental para atravesar tiempos difíciles”. Finalmente, la psiquiatra abordó el concepto de la soledad elegida (solitude), y la diferenció del aislamiento: “La soledad elegida no implica aislamiento, es ‘el estar en soledad’, que puede ser rica, inspiradora y creativa. Pensemos cuántos creadores buscan la soledad, necesaria, para su desarrollo espiritual, artístico o intelectual. La originalidad de la creación demanda un trabajo meditativo y solitario”, concluyó.

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