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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 10/03/2025 08:35
Aunque la idea de resucitar animales muertos hace mucho tiempo se generalizó con Parque Jurásico (1993), la mayoría de los rumores sobre la desextinción giran en torno a otro icono de un pasado no tan lejano: el mamut lanudo. Y aunque John Hammond se equivocó en muchos aspectos -no pongas animales devoradores de hombres en tu parque temático, por ejemplo-, sí acertó en una cosa: para resucitar a un animal del olvido, se necesita información genética. Y mucha. En el caso del mamut lanudo, se han encontrado restos antiguos de ADN enterrados en fósiles recuperados en la tundra helada de la Tierra, pero esta información sólo contiene unos 100 pares de bases, lo que no es suficiente para obtener una imagen genética completa de este majestuoso paquidermo. Pero un nuevo estudio internacional, encabezado por investigadores de la Universidad Rice, ha descubierto con éxito un cromosoma fosilizado de un mamut de 52.000 años de antigüedad que fue esencialmente liofilizado después de morir en lo que hoy es Siberia. En lugar de contener los 100 pares de bases habituales, este descubrimiento cromosómico es más de un millón de veces más largo y muestra tanto cómo estaba organizado el genoma en las células vivas como qué genes estaban activos en el tejido de su piel. Los resultados del estudio se publicaron en la revista Cell . «Los cromosomas fósiles cambian las reglas del juego», afirma en un comunicado Olga Dudchenko, de la Universidad de Baylor y coautora del estudio. «Conocer la forma de los cromosomas de un organismo nos permite ensamblar toda la secuencia de ADN de criaturas extinguidas, lo que permite conocimientos que antes eran imposibles». Como era de esperar, el equipo descubrió que el mamut lanudo contenía 28 pares de cromosomas, el mismo número que los elefantes asiáticos modernos, y que los genes activos en la piel promovían el crecimiento de los folículos pilosos, dando a los mamuts lanudos su característico pelaje.
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